Vista aérea de las nuevas tumbas en el cementerio de Maria Canals en las afueras de Guayaquil, Ecuador, que fueron construidas para los fallecidos por coronavirus. (AFP / Jose Sánchez).
Vista aérea de las nuevas tumbas en el cementerio de Maria Canals en las afueras de Guayaquil, Ecuador, que fueron construidas para los fallecidos por coronavirus. (AFP / Jose Sánchez).
/ JOSE SANCHEZ
Redacción EC

Guayaquil [EFE]. Hasta cuatro días esperaban para enterrar un cadáver en donde las colas comenzaban a las 4:00 de la madrugada y los muertos se acumulaban por miles sin que nadie tuviera constancia de su número global.

Aunque el subregistro ha ocurrido en muchos países durante la actual , en la provincia ecuatoriana de Guayas (suroeste), la Wuhan ecuatoriana, las cifras son quizás más alarmantes porque, el desfase, es de hasta diecisiete veces la suma oficial de fallecidos.

Según las cifra oficiales, con 10.128 casos confirmados, Ecuador es el cuarto país de Latinoamérica en contagios después de Brasil, Perú y Chile, y con 507 el segundo en muertos después de Brasil. Pero la diferencia entre esos datos y los que podrían ser los reales en la provincia (unos 8.000 muertos), lo colocarían primero del ránking regional.

8.000 MUERTOS INADVERTIDOS

Porque ahora se sabe que las largas filas que se registraron durante semanas en los exteriores de los cementerios y el colapso de las funerarias en Guayaquil, no se debían al toque de queda ni al temor de operarios al contagio.

Más bien daban cuenta de una realidad muy distinta a las cifras que, durante las últimas semanas de marzo y las dos primeras de abril, el Gobierno de Lenín Moreno ha dado a conocer en sus partes.

Trabajadores construyen tumbas en el cementerio de Maria Canals en las afueras de Guayaquil. (AFP / Jose Sánchez).
Trabajadores construyen tumbas en el cementerio de Maria Canals en las afueras de Guayaquil. (AFP / Jose Sánchez).
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Solo en marzo, la provincia de Guayas, de la que Guayaquil es capital, registró un desfase de 2.236 muertos, indicio de lo que estaba por llegar en la primera quincena de abril, cuando la cifra subió a 5.703, a los que se sumarían los 2.000 fallecidos que, según los registros, la zona suele tener en un mes normal.

En total, 7.939 cadáveres de más fueron enterrados en Guayas desde la llegada de la enfermedad al país el 29 de febrero.

Las cifras oficiales hablaban de unos pocos cientos de muertos, pero en esta ciudad se acumulaban los cadáveres en domicilios y calles.

Jorge Wated, jefe de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), encargada de recogerlos en Guayaquil y cantones aledaños, cifró en 631 los cuerpos recogidos de hospitales, 711, de viviendas y 476 certificados de inhumación particular. En total, 1.878 fallecidos, no todos por COVID-19.

El Registro Civil, sin embargo, tenía guardadas en sus ordenadores las verdaderas matemáticas de la muerte.

Trabajadores entierran un ataúd en el cementerio de María Canals en las afueras de Guayaquil, Ecuador, uno de los países de Sudamérica más golpeados por el coronavirus. (AFP / Jose Sánchez).
Trabajadores entierran un ataúd en el cementerio de María Canals en las afueras de Guayaquil, Ecuador, uno de los países de Sudamérica más golpeados por el coronavirus. (AFP / Jose Sánchez).
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150 ENTIERROS DIARIOS EN UN SOLO CEMENTERIO

“Esto pasó. En un camposanto aquí en Guayaquil antes de la pandemia tenían un promedio de 10-20 sepelios diarios. Luego vi la lista de fallecidos y tenían 140 a las 5:30 de la tarde, cuando lo normal eran 10-20”, explicó a Efe Merwin Terán, presidente de la Asociación de Funerarias del Guayas, sobre las estadísticas.

Terán está convencido de que esos “120 fallecidos (extra) son por COVID”, una realidad inadvertida ante la falta de capacidad para testarlos a todos.

“No me pueden decir que no son porque... ¿De dónde salió tanto muerto? Eso era COVID, no quedaba nada más”, exclama.

Sus cifras coinciden con las del cementerio “Jardines de Esperanza”, en el norte de Guayaquil, y que hasta la semana pasada tenía aún atenciones en espera.

“En marzo tuvimos una media de 150 fallecidos por día. A partir de esta semana, la segunda de abril, ese número disminuyó en aproximadamente un 30%”, contó a Efe Manuel Carrera, gerente general del camposanto.

Del 15 de marzo al 15 de abril, cuando la ciudad llegó a su pico más alto de fallecidos, el cementerio habría enterrado entre 3.000 y 4.500 cuerpos.

La crisis obligó a la industria funeraria a incrementar el número de trabajadores para dar abasto y a realizar obras a fin de evitar emplear los nichos que otros clientes ya habían adquirido.

COLAS DE CUATRO DÍAS

Pero la acuciante necesidad de tumbas no era exclusiva de un par de cementerios, pues según Terán, algo similar sucedió en varios de los nueve de Guayaquil y sus cantones más próximos -Samborondón, Daule y Durán-, en los que se concentra más del 90% de los 3,5 millones de habitantes de la provincia.

“Sí, por ahí van igual. Generalmente tardaban unos tres días en enterrar, imagínese, ¡tres días en los que se pudre el cadáver!”, indicó el gerente funerario, aunque en algunos camposantos familiares hicieron filas de hasta cuatro días.

Mientras, a los cementerios municipales, llegaron 826 cuerpos entre marzo y el 11 de abril: 505 de fueron enterrados en el Ángel María Canals, en un suburbio, y otros 321 en el de Pascuales.

La alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, que durante la crisis ha clamado por ayuda, maneja cifras similares que las del Registro Civil, aunque las suyas solo conciernen a la ciudad.

“Según el registro que tenemos de cada uno de los cementerios públicos y privados, ha habido hasta el momento más de 7.000 muertes en este período en relación al año pasado”, aseguró la regidora en un conversatorio virtual la noche del domingo.

SIN EXPLICACIONES DEL GOBIERNO

El Gobierno ecuatoriano afirma que los nuevos datos muestran un panorama “más completo” de la situación que vivió la ciudad y que puso a Ecuador bajo el foco de atención mundial, aunque no ha precisado porqué no informó en su día del masivo número de entierros o si había sospechas que apuntaran a una cantidad ostensiblemente más elevada.

Hasta este lunes, el Servicio de Gestión de Riesgos reportaba 507 fallecidos confirmados de coronavirus, y otros 826 casos probables. En Guayas, solo reconoce a 232 fallecidos.

La titular de Gobierno, María Paula Romo, presidenta del Comité nacional de Operaciones de Emergencia (COE), reconoció que "el dato es alarmante", aunque que las cifras del Registro Civil lo único que muestran es "la cantidad de defunciones que se han registrado".

“¿Qué es lo que cambia entre enero y febrero, y entre marzo y abril? Evidentemente es el tema del COVID. Por eso, muchas muertes podrían atribuirse, aunque no se puede confirmar en sentido estricto”, valoró la ministra sobre las estadísticas de la muerte en Guayas, aún sin esclarecer.

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¿Qué es el coronavirus?

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden causar diferentes afecciones, desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS-CoV).

El coronavirus descubierto recientemente causa la enfermedad infecciosa por coronavirus COVID-19. Ambos fueron detectados luego del brote que se dio en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El cansancio, la fiebre y la tos seca son los síntomas más comunes de la COVID-19; sin embargo, algunos pacientes pueden presentar congestión nasal, dolores, rinorrea, dolor de garganta o diarrea.

Aunque la mayoría de los pacientes (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento especial, alrededor de una de cada seis personas que contraen la COVID-19 desarrolla una afección grave y presenta dificultad para respirar.

Para protegerse y evitar la propagación de la enfermedad, la OMS recomienda lavarse las manos con agua y jabón o utilizando un desinfectante a base de alcohol que mata los virus que pueden haber en las manos. Además, se debe mantener una distancia mínima de un metro frente a cualquier persona que estornude o tose, pues si se está demasiado cerca, se puede respirar las gotículas que albergan el virus de la COVID-19.

¿Cuánto tiempo sobrevive el coronavirus en una superficie?

Aún no se sabe con exactitud cuánto tiempo sobrevive este nuevo virus en una superficie, pero parece comportarse como otros coronavirus.

Estudios indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. El tiempo puede variar en función de las condiciones (tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente).

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