
El Perú lleva consigo una profunda y antigua herida: el centralismo. Durante demasiado tiempo, Lima ha concentrado decisiones, recursos y oportunidades, dejando a amplias regiones del país en una constante situación de postergación y aislamiento. Esta brecha no solo limita nuestro crecimiento económico, sino que fragmenta nuestra cohesión social.
Para superar este desafío necesitamos plantear proyectos audaces, no como un ejercicio de ilusión, sino como actos concretos de responsabilidad hacia el país que merecemos. Imaginar un Perú más justo, moderno y sostenible no es un lujo, sino una urgente necesidad. En esta tarea, las universidades desempeñamos un rol protagónico.
En este contexto, el ambicioso proyecto del tren Grau, que uniría Tacna con Tumbes, emerge como una oportunidad histórica. Desde la Universidad de Lima sostenemos que proyectos de tal magnitud deben trascender la dimensión técnica. Vivimos momentos que demandan una visión compartida, colaboración activa y voluntad auténtica de transformación. Estado, empresa y academia tienen la obligación moral de actuar de manera articulada y cohesionada.
Un proyecto bien ejecutado puede redefinir nuestras dinámicas sociales, económicas y culturales. Podría conectar universidades, centros de investigación, industrias y comunidades rurales, generando nuevas oportunidades laborales, espacios de innovación y vínculos académicos.
Las universidades tenemos un papel fundamental en este escenario: primero, en la formación especializada de profesionales. Este proyecto demandará expertos en logística, infraestructura, ingeniería, gestión pública, sostenibilidad y planificación urbana. Nuestra misión es formar un capital humano con excelencia técnica, ética profesional y compromiso cívico.
Segundo, en la promoción de la internacionalización. La implementación de esta red ferroviaria facilitará el intercambio entre nuestras regiones y países vecinos, permitiendo una conexión más fluida para estudiantes, investigadores y emprendedores, creando así un ecosistema dinámico y colaborativo.
Tercero, en la innovación aplicada. Desde nuestras aulas y laboratorios debemos aportar soluciones prácticas en movilidad sostenible, energías renovables, monitoreo ambiental y transformación digital. El Perú no solo requiere trenes modernos, sino también nuevas ideas para resolver desafíos emergentes.
En la Universidad de Lima reafirmamos nuestro compromiso con el desarrollo integral del país. El tren Tacna-Tumbes no debe verse solo como una promesa de infraestructura, sino como una plataforma donde el conocimiento, la equidad y la sostenibilidad viajen en conjunto hacia el futuro que aspiramos construir.