"El verdadero interés del ministro es que no existan jalados y que tenga más profesionales para “atender a la población”.
El ministro de Salud, César Vásquez, nos sorprendió en abril al aprobar la resolución que permitió, “de manera excepcional”, que profesionales de la salud que no alcanzaron el puntaje mínimo en el examen nacional de medicina (ENAM) y otros exámenes equivalentes participen en el Serums 2024-I, señalando, entre otros argumentos, que de esta manera protegía a las poblaciones de las regiones más alejadas del país.
“Si por ese examen yo prefiero dejar fuera del Serums a estos profesionales, esa gente se va a quedar sin atender”, dijo el ministro.
“Lo que hemos hecho es revaluar ese sistema de evaluación y mejorar el sistema de evaluación [sic] buscando capacitar más al médico y no restringirlos con el resultado de un examen. No es que estamos sacrificando la calidad del profesional, tampoco es ir en contra de la meritocracia”, agregó.
Aquí podemos encontrar el hilo de madeja del argumento del ministro “evaluador”, entrando en un terreno que desconoce, arrogándose facultades y competencias que no tiene, enredándose más con cada intervención.
Al no tener argumentos que sustenten su posición, ha llegado a expresiones insultantes y difamatorias contra todos los que se oponen a su despropósito, señalando, entre otros improperios, que las evaluaciones al final de la carrera son un negocio y que se jala a los profesionales para “cobrar” más.
Entendemos con esto que el ministro “evaluador” hará exámenes más fáciles que no jalen, con lo que se desenmascara su verdadero interés: que no existan jalados y que tenga más profesionales para “atender a la población”. Para mayor precisión veamos el último comunicado del Minsa, en el que señala: “Los profesionales de la salud que ya hayan dado el examen nacional pueden dar el examen del Minsa... y podrán elegir la nota del examen nacional o de la evaluación tomada por el Minsa”. No importa que salgas jalado, ¡tú eliges!
"Los concursantes desaprobados han sido contratados por el Minsa para el Serums".
Se ha crispado el debate en torno del proceso de selección laboral que realiza el Ministerio de Salud (Minsa) para la realización del Servicio Rural Urbano y Marginal (Serums), debido, entre otros motivos, a la desinformación. Según la Ley 23330, cada año el Minsa requiere contratar profesionales de la salud para que trabajen en el Serums. Los aspirantes deben poseer título profesional y estar registrados en su respectivo colegio profesional.
La ley no exige otro requisito. Además, un fallo de Indecopi ha declarado que exigir un examen nacional de medicina a médicos ya titulados por las universidades es una barrera de acceso al mercado laboral, al exigirse un examen de “suficiencia” adicional. En ese sentido, desinforma quien señala que la ley exige haber aprobado un “examen nacional de la carrera correspondiente”.
Desde el 2008, cuando se utilizaron por primera vez las notas obtenidas en los exámenes que toman las “asociaciones de facultades de las diferentes ciencias de la salud” para establecer la prelación de los aspirantes a obtener una plaza, siempre han alcanzado cupo incluso los concursantes reprobados o jalados. En consecuencia, las “universidades que tenían muchos jalados ya estaban favorecidas”. Con la Resolución Ministerial 263-2024-Minsa, se precisa que los concursantes desaprobados solo pueden ocupar plazas ‘ad honorem’ o a título gratuito, denominadas “equivalentes”. De tal manera que las plazas con presupuesto o rentadas sean cubiertas solo por los concursantes aprobados.
Esta controversia ha generado sendos comunicados, con la apariencia de defender el principio de la meritocracia, cuando en realidad la resolución ministerial hace todo lo contrario. La desinformación ha evitado que la población se entere de que siempre los concursantes desaprobados han sido contratados por el Minsa para el Serums.
El Decreto Supremo 013-2024-SA no prohíbe ningún tipo de examen, sino señala que el Minsa ejerce el derecho que tiene cualquier empresa o institución pública de realizar todo el proceso de selección de su personal, lo que incluye, como es natural, una evaluación integral de acuerdo al perfil del puesto en el que se desempeñará el futuro servidor.