
La viajera inmóvil
Resumen generado por Inteligencia ArtificialEl cordón de plata no se parece a una pulsera Cartier, pero es fácil figurarse a la señora Boluarte dando un respingo ante su sola mención. Alguien, en efecto, pudo haberle sugerido echar mano de ese recurso cuando, hace dos años, se encontraba interna en la clínica del doctor Cabani, provocando en ella cierta confusión. El referido cordón, sin embargo, no es ninguna joya, sino el supuesto vínculo que se establece entre nuestro cuerpo y nuestro espíritu cuando este último decide emprender un viaje astral. La creencia en esa prodigiosa cuerda y en las excursiones que permite es antigua y se encuentra testimoniada en diversas culturas, pero cobró vigencia en Occidente a mediados del siglo pasado, cuando el fabulador británico Cyril Henry Hoskin publicó una serie de libros esotéricos bajo el seudónimo de Lobsang Rampa. Ese nombre, sostenía Hoskin, era el de un lama que había reencarnado en él y le inspiraba una cháchara abundante sobre asuntos como el tercer ojo, el manto azafrán y, por supuesto, el cordón de marras.

Sea como fuere, la idea que él contribuyó a divulgar es la de que a veces nos es posible a los humanos proyectarnos espiritualmente hasta lugares remotos mientras nuestro cuerpo permanece inmóvil en un determinado ambiente. El traslado, además, puede ser bastante vital. A Fray Martín de Porres, por ejemplo, se le atribuye haber atendido enfermos en África y China sin haberse movido de su celda conventual en Lima, lo que sugiere que las bilocaciones tendrían una larga tradición también en estas tierras. Una tradición que de alguna manera el doctor Mario Cabani ha evocado esta semana en la carta notarial que le envió a la presidente Boluarte.
–‘Wayki’ tibetano–
Como se recuerda, en junio del 2023, el referido cirujano, sometió a la mandataria a una intervención en la nariz que, según ella, obedeció a razones de salud, pero que curiosamente incluyó trabajos en los párpados y la colocación de “hilos de sustentación absorbibles a cada lado del rostro para rejuvenecimiento”. En la carta aludida, no obstante, Cabani se hace una pregunta que no tiene que ver con la naturaleza de la operación, sino con las actividades que la gobernante podría o no haber realizado durante el período de recuperación. Esto es, con la circunstancia de que, estando internada en su clínica el 29 de junio de ese año, hubiese firmado una resolución “que se expidió el mismo día, en sede de gobierno”. “No entendemos el poder de desdoblamiento en dos lugares”, confiesa el médico desconcertado en el documento. Y si bien las suspicacias políticas sobre eventuales falsificaciones de firmas que esa revelación ha levantado resultan justificadas, debemos considerar también la posibilidad de que se haya producido aquí un fenómeno como el descrito líneas arriba. Una pericia grafológica determinará lo sucedido, pero mientras los especialistas hacen lo suyo, ¿no podemos conceder, a título especulativo siquiera, que las cosas admiten otra explicación? La señora Boluarte, después de todo, da señas de padecer un auténtico prurito por visitar tierras extrañas. Un día llega de Roma y al siguiente parte hacia Ecuador, para luego, casi sin tregua, embarcarse rumbo a Francia. Todo esto mientras hojea guías turísticas de Vietnam. Una dinámica intensa… que corre el riesgo de verse drásticamente interrumpida cuando, el 28 de julio del próximo año o antes, abandone el poder. ¿No es razonable, entonces, imaginarla adiestrándose desde hace tiempo en el sutil arte de, a la manera de Fray Martín, viajar hacia los confines del planeta sin salir de su celda? Total, su eventual acceso al cordón de plata no dependió nunca de un improbable ‘wayki’ tibetano que se lo obsequiase.

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