(Ilustración: Giovanni Tazza)
(Ilustración: Giovanni Tazza)
Alfredo Torres

La primera encuesta de Ipsos para El Comercio del 2018 confirma que Kenji Fujimori es el único ganador neto en la incertidumbre política que reina en estos tiempos, tal como se anticipó en la encuesta de fines de diciembre. Su aprobación popular ha crecido a 38%, por encima tanto de su hermana Keiko (30%) como de los demás líderes políticos de mayor potencial electoral –Julio Guzmán (28%), Verónika Mendoza (25%)– y del presidente Pedro Pablo Kuczynski (23%).

La aprobación actual del presidente es superior al 18% que registraba en vísperas del pedido de vacancia, pero no es mayor al 25% que obtuvo inmediatamente después del indulto. La designación de los nuevos ministros ha sido aprobada por 37% de la ciudadanía, pero no lo ha ayudado a incrementar su apoyo, quizá por la demora en conformarlo. Está claro que la mayor parte de la ciudadanía ya no confía en él. Lo que no está claro es cómo podría recuperar ese respaldo.

El indulto a Alberto Fujimori sigue polarizando a la población. Lo aprueba 53% y lo desaprueba 43%. La aprobación es más alta entre las personas de más de 40 años mientras que la desaprobación es mayor entre los jóvenes. La explicación puede estar en la lectura que ambos sectores tienen de la responsabilidad de Fujimori en los crímenes de Barrios Altos y La Cantuta. Entre los informados, 44% piensa que Fujimori es el principal responsable y 48% piensa que no ordenó dichos crímenes. Sin embargo, entre los jóvenes, la gran mayoría cree que Fujimori dio esas órdenes mientras que, quienes vivieron la época tienen una opinión más matizada, como

En otros aspectos del debate político, la opinión pública tiene posiciones menos polarizadas. El 41% cree que el indulto fue otorgado tanto por razones humanitarias como políticas, mientras 40% cree que fue solo por razones políticas y 15% solo por razones humanitarias. Donde hay más consenso es en que Alberto Fujimori debe retirarse de la política, 69% piensa así, solo 3% cree que debe asumir el liderazgo de Fuerza Popular. Sobre las sanciones que se han tomado en el Apra y se anuncian en Fuerza Popular para los militantes y congresistas que han decidido apoyar al gobierno apelando a su libertad de conciencia y no de acuerdo con las consignas de sus partidos, la gran mayoría se inclina por lo primero. Las sanciones partidarias son mal vistas.

PPK se salvó ajustadamente de la vacancia el 21 de diciembre y tres días después, la víspera de Navidad, procedió al indulto que, según han demostrado Ricardo Uceda y otros periodistas de investigación, se venía preparando tiempo atrás y no con motivo de la vacancia. Su decisión irritó al antifujimorismo que se sintió engañado, pero descolocó también a Fuerza Popular, neutralizando cualquier nuevo intento de vacancia por ese lado. El riesgo, sin embargo, subsiste. El 41% de la población apoya el nuevo pedido de vacancia del Frente Amplio y 54% se opone. El apoyo a la vacancia podría crecer si aparece un nuevo escándalo de corrupción que afecte al presidente.

Si la vacancia se produjera en los próximos meses y terminase en elecciones anticipadas, la encuesta de este mes confirma que el país está dividido entre un amplio sector fujimorista (32%), una diversidad de candidatos alternativos (40% en esta encuesta) y un sector significativo al que no le gusta ninguna de las alternativas anteriores (28%) y que podría inclinarse por un nuevo ‘outsider’.

La principal novedad está en que el fujimorismo, que hasta el 2016 votó en bloque, podría ir dividido si prospera el pedido de expulsión de Kenji Fujimori que se ha propuesto en Fuerza Popular. El problema que enfrenta el fujimorismo es serio ya que el apoyo electoral a Kenji ha trepado a 12%, gracias al indulto a su padre, mientras que el de Keiko ha caído a 20%.

El único candidato potencial que disputa ahora los primeros lugares con los hermanos Fujimori es el frustrado ‘outsider’ del 2016 Julio Guzmán, con 13%. Los demás candidatos de la elección anterior (Verónika Mendoza, Alfredo Barnechea, César Acuña, Alan García, Gregorio Santos) figuran todos con intenciones de voto de un dígito porcentual. Quizá el electorado los percibe ya como políticos tradicionales.

Si las elecciones son el 2021, mucho podría cambiar, pero una elección anticipada no parecería tener un resultado nítidamente favorable para ninguno de los probables contendores. Por el lado de la opinión pública, tampoco hay gran expectativa por nuevas elecciones. Ante una pregunta específica sobre qué debería hacer el Congreso, solo 25% se inclina por “una oposición radical, que busque la renuncia o la vacancia”; en cambio 41% pide una actitud de “cooperación ya que el país necesita un trabajo conjunto entre el Ejecutivo y el Legislativo”; y 28% pide una “oposición responsable, que apoye lo bueno y critique lo malo”. Si prevalecen estas dos últimas actitudes, el país podría salir del entrampamiento en que se encuentra.

* El autor es presidente ejecutivo de Ipsos Perú