Editorial El Comercio

(Perú Libre) es una congresista que nunca deja de ser noticia… aunque por las razones equivocadas. Recientemente, por ejemplo, este Diario reveló que de la representación nacional viajaron a Venezuela subvencionados por el chavismo para avalar la farsa electoral montada por . Y Agüero cumplió dicho papel tal y como querían sus benefactores. “Saludo la elección de Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela […]. Las fuerzas opositoras podrán gritar fraude, pero no hay proceso electoral más supervisado internacionalmente que el venezolano”, escribió en su cuenta en X al día siguiente de los comicios.

Además de su defensa de una tiranía que para sostener su fraude ya y apresado a miles que salieron a protestar, la parlamentaria también ha sido noticia por sus inconsistencias y por su afición a las teorías de la conspiración. Desde el hecho de que critica a los Estados Unidos, pero no le hace asco a la posibilidad de en el país norteamericano, hasta su recordada frase de que los atentados del 11 de setiembre del 2001 contra las Torres Gemelas , la representante por Arequipa ha sabido mantenerse en la escena pública con intervenciones que han causado desde estupor hasta risa.

La imputación que se le hace ahora, sin embargo, no tiene nada de gracioso. El domingo, “Punto final” reveló una entrevista con una extrabajadora de su despacho que sostiene que la congresista Agüero suele quedarse de quienes trabajan para ella. Un diezmo que, según la denunciante, solicita alegando que Perú Libre “tiene muchos gastos”. “Me dice que […] son perseguidos por la justicia y tienen que pagar abogados, tienen que pagar local, tienen que pagar logística para los viajes de fines de semana, y que, por lo tanto, vas a tener que dar una colaboración del 10%”, contó.

Estos depósitos, evidentemente, no fueron realizados a las cuentas de la parlamentaria, sino que habrían sido canalizados a través de un trabajador de su confianza, César de la Cruz, quien ya no labora con la congresista, pero que fue muy cercano a ella, como varias fotos colgadas en las redes sociales acreditan. Según “Punto final”, además de la denunciante cuya identidad está en reserva, otros tres extrabajadores de la legisladora Agüero le hicieron entregas de dinero de manera constante a De la Cruz.

Allí están, por ejemplo, los seis depósitos realizados por Richard Medina Villagómez, exasesor de la congresista, entre febrero del 2022 y febrero del 2023, por una suma total de S/8.267. O las seis entregas de Nathaly Hernández, extrabajadora de la parlamentaria, por un valor de S/6.590 que abonó entre noviembre del 2022 y mayo del 2023 a las cuentas de De la Cruz. O los S/2.544 que Lucette Mamani Fernández le transfirió a este entre noviembre y diciembre del 2022.

Consultado por el programa periodístico, De la Cruz afirmó que sus compañeros tan solo le devolvían préstamos que él les otorgaba. Pero esta teoría pierde peso al comprobar que varios de los depósitos que sus excompañeros le hacían coincidían –en algunos casos con una precisión quirúrgica– con el 10% de lo que ingresaba a sus cuentas por concepto de sueldos y bonos. En defensa de Agüero, por otro lado, y hasta el mismísimo líder (condenado por corrupción y prófugo), a quien Agüero suele calificar como cada vez que se refiere a él.

Con ella, además, ya son 13 los congresistas señalados de apropiarse de parte del sueldo de sus trabajadores. Y su caso es una buena constatación de que este mal es transversal a las bancadas, a las ideologías políticas y al discurso de los parlamentarios, incluso de quienes, como ella, se vanaglorian de estar siempre del lado de los trabajadores. Pero, en fin, ya sabemos que la coherencia no es una de sus virtudes.

Editorial de El Comercio

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