A la fecha, más de 7,4 millones de adultos aún no han recibido la tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19, mientras que cerca de 4 millones de niños menores de 11 años todavía no cuentan con la segunda dosis de la vacuna pediátrica. A pesar de ello, solo entre noviembre de 2021 y el mismo mes de 2022, al menos 10.325 dosis de vacunas de los laboratorios Pfizer, AstraZeneca y Moderna vencieron o se echaron a perder debido a presuntas irregularidades de las autoridades a cargo de su almacenamiento y distribución. Así lo señalan diversos informes de la Contraloría General de la República emitidos entre octubre de 2022 y enero del presente año.
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Según los reportes, las dosis dejaron de ser aptas en puestos, centros, redes y direcciones de salud de Lima, Tacna, San Martín y Madre de Dios, debido a presuntas irregularidades de distintos funcionarios, especialmente del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos (Cenares) —la unidad encargada de recibir, almacenar y distribuir recursos médicos— y del Ministerio de Salud (Minsa).
En la mayoría de casos, las vacunas desperdiciadas eran del laboratorio AstraZeneca y estaban destinadas a regiones. Según la contraloría, la demora en la programación de su distribución por parte de funcionarios del Minsa llevó a que las vacunas sean entregadas a pocos días de su vencimiento, lo que ocasionó que los establecimiento de salud no lograran aplicarlas a tiempo y el personal tuviera que reportar su baja.
En noviembre del 2021, un total de 120 trabajadores del hospital Carlos Lanfranco La Hoz, en Puente Piedra, fueron vacunados con dosis de Pfizer que debieron haber sido desechadas debido a que su periodo de validez —el tiempo en el que la vacuna puede ser administrada luego de haber sido descongelada— había concluido. Según la contraloría, las dosis podían utilizarse, como máximo, el 8 de noviembre. No obstante, estas continuaron siendo aplicadas al personal del hospital hasta 36 días después de dicha fecha, cuando ya no eran aptas para la aplicación en seres humanos.
Además, en marzo del 2022, se corroboró que 81 frascos de dicho grupo de vacunas aún se encontraban en el hospital.
En total, la contraloría ha detectado responsabilidad por estos hechos en alrededor de 14 funcionarios. Las pérdidas económicas están valorizadas en S/ 389.050.
En riesgo
Por otro lado, según los reportes de la contraloría, un total de 8′188.230 dosis estarían en riesgo de vencer debido a presuntas irregularidades de funcionarios, en especial de Cenares. Estas vacunas, que deberían ser distribuidas a nivel nacional, empezarán a vencer este 31 de enero.
Para Wilder Díaz, directivo del Colegio Médico del Perú, el mal manejo de las vacunas tiene que ver, en parte, con la alta rotación de ministros de Salud y la falta de idoneidad de las autoridades del sector en general. En la misma línea, el exministro de Salud, Fernando Carbone, señaló que la pérdida de dosis responde a la “ineficiencia e incapacidad” de los funcionarios a cargo. “El haber colocado a personas que no tenían experiencia ha generado este problema. Es lamentable que se estén perdiendo vacunas, porque nos han costado a todos los peruanos “, dijo.
El exministro sostuvo también que el colocar una vacuna vencida o con un manejo inadecuado en la cadena de frío “genera una falsa seguridad en el vacunado, que cree que está protegido cuando no lo está”.
Díaz agregó que, a pesar de que los índices de mortalidad por el COVID-19 se han reducido considerablemente —precisamente por el avance en la vacunación—, las autoridades deben asegurar que la inoculación continúe.
“Las cepas siguen apareciendo, por lo que la vacuna se va a tener que convertir en parte del programa nacional de vacunación. El virus ha llegado para quedarse”, sostiene.
El Comercio consultó al Minsa por las dosis vencidas y aquellas en riesgo. Ante ello, la entidad se limitó a señalar que las distribuciones de dosis se realizan según el cuadro remitido por la Dirección General de Intervenciones Estratégicas de Salud Pública (Digiesp), a través de la Dirección de Inmunizaciones. “Si es a nivel de Lima Metropolitana se realiza en 24 horas y en regiones de 3 a 7 días calendario, según la disponibilidad de los vuelos solidarios de las líneas comerciales de Latam y Atsa”, respondió la entidad.
Dosis perdidas
En diciembre del 2022, la ministra de Salud, Rosa Gutiérrez, señaló que el primer lote de la vacuna bivalente de Pfizer llegaría en enero del 2023. Sin embargo, luego se conoció —por un en un informe de la contraloría— que en noviembre ya había llegado un lote de 432 mil dosis.
ECData accedió a un segundo informe de control de diciembre, en el que se señala que para ese entonces existían ya 512 mil dosis de esta vacuna almacenadas. De estas, alrededor de 185 mil se encontraban en cajas con hielo seco debido a falta de espacio para refrigerarlas. En diálogo con El Comercio, el Cenares señaló que estas vacunas ya han sido distribuidas.