La Policía Nacional del Perú (PNP) tiene el gran reto de devolver la tranquilidad a los ciudadanos, pero también debe recuperar la confianza de la población. La labor parece complicada teniendo en cuenta que la última encuesta nacional realizada por Ipsos Perú para El Comercio revela que el 66% de los limeños desconfía de los agentes del orden (65% en todo el país).
Miguel Huerta Barrón, director general de Seguridad Democrática del Ministerio del Interior (Mininter), comentó las cifras. “Es un enorme desafío que tenemos desde el Mininter para adoptar políticas a favor de la seguridad, que permitan acercar nuevamente al ciudadano con la policía”, dice.
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En la capital, el 27% de los consultados confía en la Policía Nacional y un 7% decide no opinar sobre ello.
Los resultados de la encuesta en el ámbito nacional son muy similares a los de Lima: desconfían 65%, confían 28% y no opinan 7%.
Otros sentimientos que genera la PNP en la población son temor (47% en el país y 52% en Lima), vergüenza (51% en el país y 54% en la capital). “Lo que buscamos –agrega Huerta– es enfrentar el fenómeno criminal de la mano con otras entidades del Estado y, por supuesto, con la población”.
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— Respeto perdido —
Cuando Ipsos preguntó a los encuestados: ¿Cuál cree que es la principal medida que se debe tomar para mejorar la gestión policial?, el 41% de limeños respondió que se debe sancionar y retirar a los malos agentes (45% en el Perú).
El sociólogo Gonzalo Portocarrero considera que hay estereotipos que dañan la imagen de la policía. “La población dice que los agentes son coimeros o que liberan a los reclusos. Eso es interiorizado por las personas y por eso se cree que siempre es así”, indica.
Agregó que es fundamental que las autoridades sancionen severamente al personal que vulnera las reglas para fomentar un clima de transparencia y respeto.
Para el general PNP José Figueroa, jefe de la Región Policial Callao, la confianza en la policía se perdió durante el conflicto armado de los 80. “En la época del terrorismo es donde se polariza el tema de policía-sociedad. La PNP se fue a sus cuarteles a resguardarse y dejó desprotegida a la población. El policía ya no era el amigo que veías en la esquina, sino que se convirtió en un combatiente”, explica.
Miguel Huerta también lamenta que el respeto hacia la policía haya decaído. “No podemos desconocer los actos de corrupción, de indisciplina, incluso de actividades delincuenciales que han afectado la imagen de la institución. Pero, como dice su himno, la policía es el pueblo hecho ley, noble y leal. Confiamos en la renovada PNP”, remarca.