Cuatro indígenas asháninkas murieron la semana pasada asesinados por madereros ilegales en Ucayali. Esta información fue confirmada por la viceministra de Interculturalidad del Ministerio de Cultura, Patricia Balbuena, quien señaló que un equipo de ese despacho llegará mañana a Pucallpa para atender las demandas de los pobladores de la comunidad de Alto Tamaya-Saweto.
El presidente de la Asociación de Comunidades Nativas Asháninkas de Masisea y Callería (Aconamac), Reyder Sebastián Quinticuari, informó que estos asesinatos habrían ocurrido el lunes 1 de setiembre, pero por la lejanía e incomunicación con el lugar no se pudo conocer el hecho hasta ayer.
“Nuestro pueblo siempre ha defendido nuestros recursos y se ha enfrentado a los madereros ilegales que ven nuestras reservas como un lugar para explotar. Hoy llegarán los comuneros para hacer la denuncia”, cuenta Sebastián.
El dirigente indígena señaló que uno de los fallecidos es el jefe de la comunidad de Alto Tamaya-Saweto, Edwin Chota. Él era reconocido por su incansable lucha contra la tala indiscriminada.
La viceministra Balbuena dijo a El Comercio que insistirán en dar seguridad en esta zona alejada, constantemente amenazada por la ilegalidad. “Necesitamos que haya puestos de control en estas localidades limítrofes con el Brasil”, aseguró.