La gastronomía peruana es valorada en todo el mundo e incluso cada región posee un valor y sabor particular. Arequipa es uno de estos fantásticos lugares y sus picanterías una marca registrada. Un ejemplo de ello es Laurita CauCau, casa culinaria liderada por Beatriz Villanueva, nuestra Peruana que suma.
Beatriz Villanueva, reconocida figura en el ámbito culinario de Arequipa, ha dedicado su vida a preservar y transmitir el legado gastronómico que le dejó su madre, la talentosa picantera doña Laura Salas. Con una amplia variedad de recetas originales de platos típicos arequipeños, Beatriz se ha convertido en una verdadera embajadora de la cocina tradicional de la región.
Junto a su esposo, Silvestre Valdivia, Beatriz abrió las puertas de su picantería, utilizando los conocimientos culinarios que le fueron transmitidos por su madre. Durante más de tres décadas, se ha dedicado a la preparación de deliciosos potajes y guisos, cautivando los paladares de los comensales.
En el marco de una campaña realizada por El Comercio y el BCP tuvimos el privilegio de visitar su restaurante, lugar en donde compartió sus experiencias en el mundo de la gastronomía, sus inicios y la importancia que la cocina tiene en su vida. Junto a sus hermanas, representan la tercera generación de una tradición que se esfuerzan por preservar y transmitir a sus hijos.
Al preguntarle sobre el origen de su emblemática picantería, Laurita Cau Cau, Beatriz nos cuenta con entusiasmo: “Mi esposo y yo decidimos comprar un terreno para emprender un negocio, pero mi pasión por la gastronomía, inspirada en los saberes culinarios de mi madre, me llevó a inclinarme hacia ese camino. Así fue como comencé en Huaranguillo, adquiriendo un pequeño terreno en la avenida Progreso 319. Inicié con solo siete mesas, en un modesto local, pero a medida que pasaba el tiempo, fui creciendo. Después de aproximadamente siete años, poco a poco me fui dando a conocer. La participación en numerosos eventos gastronómicos y concursos fue clave para lograrlo”.
Con orgullo, Beatriz revela que su picantería en Huaranguillo lleva ya 20 años conquistando paladares y que, gracias a su incansable trabajo y participación en eventos gastronómicos, ha logrado ganarse el reconocimiento del público. “El esfuerzo de salir de mi ciudad y darme a conocer ha sido recompensado con el cariño de los clientes. Hoy en día, somos ampliamente reconocidos y apreciados. Yo también los trato con afecto y dedicación”, enfatiza Beatriz, resaltando la estrecha relación que ha construido con sus comensales.
Desde salsa criollas de lenguado de res hasta unas exquisitas torrejas con salsa huacatay, Beatriz ha coustruido un imperio del sabor que es sello certificado en Arequipa. Ser elegida como la peruana que suma en su localidad, es una consecuencia de su amor y cariño por los sabores oriundos de su ciudad.