Las galerías del hemiciclo, desde donde se pueden cubrir las sesiones del pleno, tienen un aforo de 23 personas estrictamente controlado. Foto: GEC / Jorge Cerdán
Las galerías del hemiciclo, desde donde se pueden cubrir las sesiones del pleno, tienen un aforo de 23 personas estrictamente controlado. Foto: GEC / Jorge Cerdán
Víctor Reyes Parra

Son las 10 a.m. en el Congreso, hora prevista para el inicio , pero en el hemiciclo hay apenas una decena de parlamentarios. En ese momento es mayor el número de periodistas en las galerías del hemiciclo, los palcos desde donde ya se puede cubrir presencialmente las incidencias del pleno.

Desde hace dos semanas, , la consigna de los reporteros en los días en los que hay pleno es acceder lo más pronto posible a las galerías. El motivo: solo se permite el ingreso de 23 personas, entre reporteros, camarógrafos, redactores y fotógrafos de decenas de medios locales y extranjeros.

MIRA: Pedro Castillo: los entretelones de su renuncia a Perú Libre y el rol de la bancada

El aforo no es una broma. El Comercio corroboró que los agentes de seguridad del Parlamento cuentan uno a uno a los periodistas que entran a las galerías, y se comunican entre ellos cuando uno se retira o reingresa.

El legislador Carlos Anderson declara en Pasos Perdidos. Detrás de él, el vigilado acceso a las galerías. Foto: GEC / Jorge Cerdán.
El legislador Carlos Anderson declara en Pasos Perdidos. Detrás de él, el vigilado acceso a las galerías. Foto: GEC / Jorge Cerdán.

“Diecisiete”, dijo la persona apostada en la puerta del primer piso cuando nos tocó subir, presumiblemente a su compañero ubicado en las galerías. Una vez ahí, todo ocurre ante sus atentas miradas.

Los periodistas que cubren el Congreso advierten que si alguien sale de las galerías al Hall de los Pasos Perdidos para entrevistar a un legislador o incluso si va a los servicios higiénicos ubicados en el primer piso, otro puede tomar su sitio y es posible quedar fuera del número permitido.

Vista desde las galerías. Un experimentado reportero gráfico comentó que las actuales son las mayores restricciones que recuerda al trabajo de la prensa en el Congreso y recuerda que antes de les permitía a los fotógrafos ingresar al propio hemiciclo. Foto: GEC / Jorge Cerdán.
Vista desde las galerías. Un experimentado reportero gráfico comentó que las actuales son las mayores restricciones que recuerda al trabajo de la prensa en el Congreso y recuerda que antes de les permitía a los fotógrafos ingresar al propio hemiciclo. Foto: GEC / Jorge Cerdán.

“Es un número insuficiente para la cantidad de colegas que cubren el Congreso, sobre todo en fechas especiales”,

El último jueves, varios periodistas tuvieron que arriesgar su puesto entre los 23 para bajar a Pasos Perdidos. La noticia estaba ahí, con los . Era perder el sitio o perder la declaración. Al final, el pleno comenzó poco antes de las 11 a.m.

María Díaz, periodista de Justo Medio, contó que ese día encontró el aforo lleno y debió esperar a que se liberase una plaza. Según dijo, cuatro colegas quedaron afuera.

Víctor Castillo, jefe de Infraestructura y Mantenimiento del Congreso, “de forma técnica”. “Tiene que ver con la función que cumplen, con la cantidad de área que tiene para desarrollarla y las vías de evacuación”, aseguró.

Otra preocupación es el aforo en las salas donde sesionan las comisiones. , contó que esta semana una de estas reuniones fue en una sala con aforo para cuatro periodistas y que tuvieron que coordinar con la comisión para entrar.

Las limitaciones también están en Pasos Perdidos, por donde los legisladores ingresan al hemiciclo. Antes era una zona donde estos podían conversar libremente con la prensa, con micrófono encendido o apagado. Hoy, una cinta separa el espacio de la prensa del área por donde se desplazan los legisladores.

Una cinta fue puesta en un intento por separar a los periodistas de los congresistas en Pasos Perdidos. Sin embargo, dependiendo de la voluntad del congresista entrevistado, los reporteros se pueden acomodar a su alrededor. Foto: GEC / Jorge Cerdán
Una cinta fue puesta en un intento por separar a los periodistas de los congresistas en Pasos Perdidos. Sin embargo, dependiendo de la voluntad del congresista entrevistado, los reporteros se pueden acomodar a su alrededor. Foto: GEC / Jorge Cerdán

Al respecto, Castillo afirmó que esto se debe a que la zona “debe estar libre de todo tipo de obstáculo”. “No puede haber personas que estén detenidas. [...] Es la vía de circulación principal del Congreso”, declaró.

, advirtió que esa cinta limita la labor periodística en una zona donde se solía abordar a los parlamentarios, quienes “a veces rehúyen a las preguntas”.

Solo declaran los que se acercan a la prensa. El resto, usualmente los más requeridos por alguna situación polémica, pasan de largo o se excusan de declarar.

Rodrigo Salazar, director ejecutivo del Consejo de la Prensa Peruana, señaló que el acceso al Congreso es un progreso, pero que las restricciones en Pasos Perdidos “parecen más una excusa para que los congresistas puedan permitirse no responder a la prensa”.

Sobre el aforo en galerías, comentó que sí se puede ampliar. “Espacio hay, lo que falta es que haya un poco más de voluntad del Congreso para que los espacios los puedan utilizar también los periodistas”, afirmó.

Las bancas que se ubicaban en el Hall de los Pasos Perdidos también fueron retiradas durante la pandemia. Foto: GEC / Jorge Cerdán.
Las bancas que se ubicaban en el Hall de los Pasos Perdidos también fueron retiradas durante la pandemia. Foto: GEC / Jorge Cerdán.

Contenido sugerido

Contenido GEC