Eduardo García Birimisa presentó este jueves, 12 de enero, su renuncia irrevocable al cargo de ministro de Trabajo y Promoción del Empleo a través de una carta enviada a la presidenta Dina Boluarte. Esta constituye la cuarta salida de un ministro en el presente Gobierno, tras las dimisiones de Patricia Correa (Educación) y Jair Pérez (Cultura), y el relevo de Pedro Angulo de la Presidencia del Consejo de Ministros.
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En la carta, García Birimisa indica que su renuncia se da en el contexto de las muertes ocurridas en Puno y Cusco, y consideró que el Gobierno debería ofrecer disculpas a la ciudadanía afectada por los enfrentamientos.
“Señora presidenta, las ganas que usted evidenció de servir al país y de dar lo mejor de todos nosotros para sacar adelante al Perú nos daba a entender que renunciar no era la mejor opción para el país. Como bien señaló, se debían investigar las muertas para esclarecer los hechos pero, sobre todo, debíamos redoblar nuestros esfuerzos para poder atender a cada una de las regiones del país y lograr con un real compromiso dar solución a los problemas de nuestros hermanos. Las demandas debían dar lugar a la atención de las necesidades sociales del país y a ello se avocó el equipo de ministros, viajando a todas las regiones del país”, expresó García Birimisa.
“Sin embargo, señora presidenta, la tragedia prontamente se repitió y muchos hermanos cayeron, esta vez en Puno y Cusco. Esta vez creo que la atención de las demandas sociales ya no es suficiente para lo que el país necesita. Las tragedias que acabamos de vivir así lo demuestran”, agregó.
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“Creo, señora presidenta, que se requiere de un acto político en el buen sentido del término político. Se requiere de un pronunciamiento del Gobierno que exprese el dolor que sentimos por la pérdida que han sufrido esas familias. Se requiere que se pida disculpas a la población y que se reconozca que se han cometido errores que deben ser corregidos para que esto no se repita”, remarcó.
Además, García Birimisa aseguró que la situación amerita un adelanto de elecciones, pero no para abril del 2024, ya que no se puede esperar hasta esa fecha. Incluso, criticó al Parlamento al considerar que la mayoría de representantes “parece concebir como única reacción agudizar las contradicciones”.
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