Desde hace varios episodios Armin Arlert, considerado como uno de los soldados más listos de Eldia, ha mostrado confianza ciega en su mejor amigo, Eren Yeager. Pero el episodio 80 de “Attack on Titan” (“Shingeki no Kyojin”) pone fin a tal confianza cuando el joven enfrenta la realidad: Eren tiene un plan injustificable y lo ejercerá hasta lo último. Pero no todo en este episodio es sobre los titanes de Ataque y Colosal; también es una historia de origen. Del origen de todo, para ser más exactos.
A continuación, SPOILERS de “Attack on Titan” 80, “Para ti, hace 2000 años”:
La madre del titán
El episodio se desarrolla en tres tiempos. Primero, en los “Caminos”, donde Eren y Zeke hablan luego de echarle un vistazo a las memorias de Grisha Yeager. Se confirma que el hijo menor manipuló constantemente a Grisha, así como al anterior portador del Titán de Ataque, Eren Krueger. Todo esto es posible porque el hermano mayor, Zeke, capaz de controlar esta dimensión paralela, le dio acceso a recuerdos ajenos; algo que ya estaba “escrito” en el futuro que Eren predijo.
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Si empiezas a hacerte demasiadas preguntas —”¿Desde cuándo Eren controla voluntades ajenas?” ¿A quiénes manipuló en total?” —; las respuestas no serán satisfactorias. Una vez apartas la duda y abrazas la narración, el episodio es más disfrutable; pues incluso hay atisbos de respuesta. La serie elige mostrarnos que incluso Eren tiene límites, pues él no manda sobre Ymir, la primera portadora del poder de los titanes representada como una niña con delantal. Zeke le ordena a Ymir esterilizar a los eldianos, orden que Eren, al no tener sangre real, es incapaz de suspender. A pesar de eso, Eren se opone a los planes de Zeke; sacrifica parte de sus manos para escapar de los grilletes y va en persecución de la esclava.
Aquí es donde la historia cambia de punto de vista, pues conocemos la vida de Ymir, quien vivió 2000 años antes de la caída del muro María que dio inicio a la serie.
Ymir, esclava de un señor de la guerra, es acusada por sus compañeros de liberar a unos cerdos. Su castigo es ser “libre”, eufemismo para referirse a que la perseguirán con flechas y perros de caza hasta matarla. Herida, Ymir encuentra un árbol en cuyo tronco hay una abertura, casi una cueva. Se refugia allí, pero tropieza y cae en un pozo. Antes de ahogarse, una criatura luminosa similar a una hallucigenia, la toca. Es entonces cuando ella se convierte en el primer titán.
Lejos de acabar con su opresor, Ymir se somete a él. Pasa a ser la mayor arma de guerra para acabar con los enemigos, así como pieza clave en la construcción de infraestructura. La “recompensa” de Ymir por sus logros es más esclavitud: será la concubina del rey. En todo momento de estos recuerdos, los personajes aparecen con la mirada borrosa, una elección de estilo presente también en el manga original. Al no mostrar los ojos de los personajes, estos pasan a tener expresiones limitadas. “Attack on Titan” elige no mostrar, ni siquiera sugerir, qué sentían.
Esto se aplica a Ymir en toda la secuencia, incluyendo su “muerte”, cuando pone el cuerpo frente al rey para protegerlo de un atentado. ¿Por qué lo salvó? No lo sabemos y adentrarnos más en ese tema transformaría esta reseña en un ensayo sobre las dinámicas del agresor y su víctima. El rey, al ver a su esclava herida, le ordena ponerse de pie. No hay piedad en sus palabras, ni preocupación. Al comprobarse el fin de Ymir, el rey ordena a las tres hijas que tuvo con ella, María, Rose y Sina (nombres que inspiraron los muros de Eldia); que devoren el cuerpo de su madre para adquirir el poder del titán. También le pide a sus hijas repetir el ciclo, hacer que su descendencia les devore el fluido espinal. Esa es la razón por la que solo los descendientes de Ymir pueden convertirse en titanes. Y en su dimensión paralela, donde el tiempo va más lento que en la “realidad”, la esclava pasa incontable tiempo dando forma a figuras que se convertirán, eventualmente, en titanes.
El recuerdo se interrumpe cuando Eren, abrazado a la Fundadora, le grita que ya no es necesario que obedezca las órdenes de alguien más, pues ya tiene quien la salve; que puede entregarle el poder. Eren pone incluso en discusión si es que Ymir lo invocó desde el pasado, si durante 2000 años esperó por una mano amiga. Eren hace lo que, al parecer, no hizo ninguno de sus predecesores: tratar a Ymir como un ser humano. Las palabras del Titán de Ataque tienen efecto, detienen la orden de un desesperado Zeke, quien ve cómo su hermano está por conseguir lo imposible. Las lágrimas de Ymir, a quien recién vemos los ojos, muestran que el Titán de Ataque tuvo éxito. Pero no son lágrimas de pena, son de furia.
La decisión de un hombre
En el mundo “real”, de la cabeza decapitada de Eren brota el mismo ser de luz que se adhirió a Ymir en el pasado remoto. Eren, consciente, absorbe a Zeke y se transforma en algo gigantesco. Si es un titán, entonces es el más grande, pero más parece el esqueleto de un dinosaurio grotesco, con costillas que hacen de patas y una espina dorsal protuberante. Por si esto fuera poco, los muros caen y todos los titanes están libres. No solo hablamos de aquellos que protegen el distrito de Shiganshina, sino los del muro María, que envuelve todo Eldia. Potencialmente, millones de titanes colosales ahora están libres.
Aquí volvemos a Armin, que creyó en Eren desde un inicio y ahora ve con incredulidad que esta liberación de los muros solo puede significar que su mejor amigo no es quien él quería creer. De pronto, los súbditos de Ymir, en todo el mundo, escuchan a Eren Yeager, quien les habla por medio de los “Caminos”. El mensaje es claro: como el mundo quiere acabar con los eldianos de la Isla Paraíso, ha decidido aplastar a todos los seres vivos del exterior de los muros.
Cuando no hay justicia
Así concluye el episodio de las escenas más fundamentales para “Attack on Titan” de toda su historia. Además de ofrecer momentos visualmente únicos (el impacto de ver el derrumbe de los muros es imposible de olvidar), añade otra capa a la narrativa de la inevitabilidad que traza la serie; pues además de saber que Eren tuvo un rol muy activo en el pasado, incluso antes de nacer, ahora añadimos a Ymir a la ecuación. Estas son las consecuencias de un régimen que, por siglos, se sostuvo solo en la fuera bruta.
Vemos por primera vez parte del efecto que tuvieron los titanes como armas en manos de Eldia. Si un solo titán, el de Ymir, pudo causar tanto daño, es comprensible que nueve titanes, sus descendientes, hayan puesto al mundo de rodillas. Esto pone en perspectiva los cien años de “paz”: las heridas causadas por el imperialismo eldiano todavía están frescas. Sin justificar a Eren, cuya cura de genocidio es peor que la enfermedad, estamos ante las consecuencias de un conflicto cerrado unilateralmente cuando el 145 rey de Eldia, Karl Fritz, se retiró con los suyos a la Isla Paraíso; una forma de “pagar por culpas” en las que no solo no hubo participación de la parte afectada, Marley (quienes conspiraron para el éxodo fueron miembros de la familia eldiana Tybur).
Al persistir la sensación de impunidad entre las víctimas, quienes pagaron las culpas fueron los eldianos que, por alguna u otra razón, quedaron fuera de los muros. Ellos pasaron a campos de concentración donde fueron blanco de constantes abusos por parte de la población de Marley; que pasó a controlar varios titanes. Además, esta potencial mundial, a lo largo del “siglo de paz”, envió titanes a la Isla Paraíso para complicarle la vida a personas que, sin saberlo, han sido condenadas por los crímenes de sus ancestros.
La temporada final de “Attack on titan” dispuso, episodio a episodio, un callejón sin salida. Con tanta muerte de inocentes y traiciones mostró que incluso los más “nobles” podían mancharse las manos. Armin es uno de ellos, que tuvo su propia cuota de víctimas en el ataque a Liberio. La “agudización de contradicciones” propiciada por Eren terminó por romper el equilibrio. Ahora la pregunta es si todavía existirá el mundo cuando el Titán de Ataque lleve su plan hasta el final.
Pensamientos sueltos
- Ya está disponible la versión completa de “The Rumbling”, el tema de apertura de la temporada.
- Nótese que no todos los colosales tienen el mismo rostro.
- Preguntas sin respuestas: ¿Cómo sabía el rey que, al devorar a la madre, sus hijas adquirirían el poder de los titanes?
- Que la Ymir que conocimos al inicio de la serie haya sufrido, en el pasado, un maltrato similar al de la “diosa” es una de esas ironías que abundan en “Attack on Titan”.
- Eren, al destruir los muros, tuvo que matar a sus compatriotas. Sí o sí los derrumbes causaron daños colaterales, además de que el paso de los titanes debe haber aplastado eldianos inocentes.
- Si además del Muro María se derrumbaron los muros Rose y Sina, ¿Cómo ocurrió la evacuación de estos titanes sin perjudicar eldianos inocentes? Necesito una respuesta.
- La hallucigenia es un género extinto de animal de varias patas, siendo tan extraño que su nombre hace referencia a una visión irreal (”hallucination” en inglés es “alucinación”). Es tan feo que llega a ser hermoso (más información en este artículo).
- La historia de Ymir ya había sido revelada, parcialmente, en las imágenes del tercer tema de cierre del anime, “Yuugure no tori” (“El ave en el crepúsculo”). Se trata de una canción lanzada en 2017, dos años antes de que la historia de Ymir apareciera en el manga; prueba de que el autor original, Hajime Isayama, estuvo muy involucrado en el desarrollo televisivo.
- La imagen final de Eren en el episodio es combustible para pesadillas. Ese es el verdadero rostro del héroe.
- Y hablando de héroes, tengo serias dudas de que Isayama hubiese conseguido la serialización del manga si le contaba a sus editores que planeaba convertir a su héroe en villano. E incluso si lo hizo, encuentro perturbador cómo, en sus primeras temporadas, esta serie se inclinó por un discurso que ensalza el heroísmo militar de quienes apretarían el botón del genocidio.
- Otra idea suelta: ¿Cómo encaja el genocidio con la bandera de “libertad” que Eren ha levantado en toda la serie? La idea no se sostiene aunque, a estas alturas, las palabras no significan nada cuando gigantes de 50 metros amenazan con aplastar el mundo.
- Al creer en Eren y no pararle los pies a tiempo, Armin y Mikasa se volvieron sus cómplices.
- Un comentario que me quedó del episodio anterior: qué excelente estuvo el trabajo vocal de Hiroshi Tsuchida como Grisha Yeager, que brilló en su momento de quiebre tras matar a la familia real. Y en el episodio 80 no se quedó atrás Yuki Kaji como Eren, que entonó con fuerza heroísmo y brutalidad.
- Tampoco podía dejar de mencionar la música de Kohta Yamamoto, presente al completo en Spotify.
- El 27 de marzo, día en el que se transmitiría el último episodio de la temporada, habrá un panel de “Attack on Titan” en el evento Anime Japan a desarrollarse en Tokio. ¿Qué se anunciará? Tal vez una tercera parte de la temporada final o una película, pues 12 episodios para cerrar la historia serían insuficientes.
Calificación
4.5 estrellas de 5
Dato
Puedes ver “Attack on Titan” todos los domingos en Crunchyroll.
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