Celeste Pérez

Como sucede con los humanos, una buena alimentación puede ser la mejor medicina preventiva que existe para las . Sin embargo, y con todas las opciones que hoy abundan en el mercado, cada vez se hace más complicado dar con la ideal para nuestros animales. El ingeniero zootecnista y especialista en nutrición de perros y gatos, Jesús Mauricio Pisco, recomienda conocer las cualidades de nuestro engreído: raza, edad, nivel de actividad y si ha sido diagnosticado con alguna enfermedad. Con ello, se puede tener un punto de partida para una dieta balanceada con los nutrientes necesarios.

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Segundo, y no menos importante, es esencial reconocer que un animal mal nutrido no es solo aquel que no come. “También es el que se alimenta mal, con comida inadecuada o en cantidades incorrectas. Una mascota con dieta inadecuada puede caer en problemas de obesidad o de la piel, riñones e hígado, que son los casos más usuales”, alerta Mauricio (más recomendaciones vía IG: ).

Por su parte, la veterinaria Leire Artziniega () llama a romper con algunos mitos normalizados que la gente aún comete, como darles a los gatos leche de vaca o atún enlatado para humanos. “Muchos dueños aún dejan a sus mascotas comer pasto en los parques. Esto, en realidad, es un indicador de que la fibra en su dieta no está siendo bien absorbida y ellos la buscan en otros lugares, pero su sistema digestivo no puede degradarla”, suma.

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La comida casera también tiene pros y contras. Lo positivo es que no se emplean preservantes y el dueño puede monitorear cada ingrediente; sin embargo, es complejo mantener un balance según el requerimiento nutricional de cada mascota. “Los perros tienen un metabolismo más elevado que el de los humanos, por lo que la comida casera puede terminar no teniendo la concentración de proteína y nutrientes necesarios para su salud”, sostiene la veterinaria Vanessa Fiestas, de Medivet San Miguel.

Finalmente, los expertos coinciden en que al final del día lo mejor siempre será contar con una asesoría personalizada e invertir en alimentos (como croquetas o paté) de gama alta. Aunque su precio es más elevado, a largo plazo la inversión podría evitar problemas de piel, hepáticos, renales y de alergias.

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-¿CAMBIO DE COMIDA? SIGUE ESTOS CONSEJOS-

  1. El cambio siempre debe ser paulatino. La veterinaria Vanessa Fiestas recomienda un plazo no menor a 10 días, en los que se incorpora la nueva comida de a pocos junto a la anterior, en porcentajes de 10%, 25%, 50%, 70% y así sucesivamente.
  2. Fiestas, también indica que es importante tener en cuenta el por qué de este cambio. Por ejemplo, si se trata de un paso a una comida premium, el proceso no debería ser muy complejo, ya que son más ‘palatables’ (ricos en sabor).
  3. La veterinaria Leire Artziniega alerta, además, que hacer un cambio brusco de comida podría desencadenar un cuadro de gastritis o hígado graso, al no dar un “tiempo de adaptación para su sistema digestivo”. Esto es más común en gatos.
  4. Si pasan los días y el cambio sigue siendo complicado para la mascota, las expertas también recomiendan balancear con algún alimento húmedo de la misma marca o apostar por juegos interactivos como buscar la comida en juguetes personalizados.
  5. Por último, también se aconseja invertir de a pocos: empieza comprando una bolsa o presentación pequeña del nuevo alimento hasta que se adapte al cabo de una semana o 10 días.







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