Es curioso cómo funciona la memoria: mis recuerdos del Boulevard de Barranco en esas primeras incursiones adolescentes son de una calle eterna, larguísima, donde cada parada podía ser un mundo en sí mismo. Muchos de los locales de hecho lo eran: una vez que se entraba no se sabía bien dónde terminaban esas antiguas casonas de inicios del siglo XX –construidas más hacia lo largo, que hacia lo ancho– que han albergado bares, restaurantes, discotecas, peñas y hasta bodegas, uno después del otro.
He ahí la magia de este pequeño pasaje en constante y tangible reinvención (parte del plan durante la pandemia ha sido la puesta en valor de algunos espacios) y es precisamente en una de estas casonas donde acaba de abrir un concepto en definitiva peculiar: Morada 173.
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Al bartender Diego Macedo le tomó dos meses aterrizar lo que sería este gastrobar con coctelería de autor. Había que hacerlo rápido y había que lograr que funcione para todos los públicos del Boulevard: los recurrentes y los nuevos. La apuesta era arriesgada, con vermuts, infusiones, shrubs, bitters y espumas. Los mismos que conviven con obligatorios pisco sours y chilcanos, y alguna que otra cerveza. Morada 173 tiene una carta ambiciosa y una vajilla que acompaña: casi todos los cocteles tienen algún vaso específicamente creado para su consumo.
Hay espumas, humos, gomitas, frutas deshidratadas y recipientes poco convencionales: desde retablos ayacuchanos hasta una bañera personal. Sin duda, la primera manera de probarlos es a través de la vista.
La idea con Morada, sin embargo, no es imponer un formato determinado, sino más bien servir distintas experiencias en la misma mesa, al gusto de quien se siente. Macedo ha creado una carta colorida y cercana, con propuestas donde la técnica se luce sin renunciar al juego. Para el verano nos gustan sabores afrutados y herbáceos como los que hay en los cocteles Retablo -hecho con gin, Cocchi Rosa (vino aperitivo), toronjil, cedrón, toronja y limón- y ‘Toro Bravo’, que lleva ron saborizado con mantequilla de maní, piña a la parrilla y naranja.
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El antojo aumenta delante de un Montañez, algo más seco, con destilado de agave reposado, licor de chinotto, vermut rosso y angostura; y se redondea con un dulce Mestiza, con pisco, Aperol infusionado en fresas, naranja, limón y orgeat (sirope de almendras). La presentación es ‘instagrameable’ por donde se le mire, pero conviene ponerle igual de atención al contenido. Precios desde S/ 25.
Salud, 2022.
¿Una barra sin alcohol?
Las alternativas en ‘mocktails’ (cocteles que no llevan licor) son una categoría que enriquece la experiencia. Los mocktails son bastante más complejos que, digamos, un jugo de frutas cualquiera. Suelen llevar tónicas, jarabes, kombuchas, hierbas y otros ingredientes. El resultado es una bebida llena de matices, tanto en sabor como en presentación. En Morada 173 encontramos cuatro opciones en carta. Aquí la receta para “El Paraíso”.
Preparación:
En una coctelera ponemos jugo de limón, naranja, piña y orgeat (sirope de almendras). Batimos y servimos en un vaso long drink con hielos. Completamos el mocktail con kombucha (infusión fermentada) de piña y copoazú, y decoramos con una hojita de menta y piña deshidratada.
Más información:
Dirección: Pasaje Sánchez Carrión 173, Barranco
Contacto: 942646508
Instagram: @morada173
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