Es particular el vínculo que tiene el ser humano con el mar. Ese que siempre está presente, que reconforta e inspira cuando uno se detiene a verlo, que purifica cuando uno se baña en sus aguas, que -por alguna razón- estamos atados y, también, al que peor tratamos: cada minuto se vierte un camión repleto de basura se vierte en el mar, según las Naciones Unidas. Para el 2050, prevén, habrá más plásticos que peces en el océano y nuestro país no es ajeno a ese panorama. Perú tiene algunas de las playas más contaminadas por basura marina de Latinoamérica.
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