Marsha Doucette es ‘chairwoman’ del Bata Children’s Program, que trabaja junto a Fe y Alegría y Aldeas Infantiles SOS. (Foto: Joel Alonzo/GEC)
Marsha Doucette es ‘chairwoman’ del Bata Children’s Program, que trabaja junto a Fe y Alegría y Aldeas Infantiles SOS. (Foto: Joel Alonzo/GEC)
/ JOEL ALONZO

El 21 de setiembre, celebra el Día del Fundador, una fecha que honra la visión de Tomáš Baťa: crear comunidades sólidas donde trabajadores y familias prosperen. Ese espíritu se mantiene vigente a través del Bata Children’s Program, iniciativa global de la marca lanzada en 2010, que hoy llega a 23 países y viene beneficiando a más de 400 mil niños con proyectos de educación, salud, mentoría y sostenibilidad.

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En el Perú, el programa ha impactado en la vida de más de 10 mil niños, adolescentes y jóvenes durante los últimos tres años, gracias a alianzas con instituciones como Fe y Alegría y Aldeas Infantiles SOS Perú. Además, principalmente, el voluntariado es realizado por las personas que forman parte de la empresa. “Estamos convencidos de que lo que hacemos hoy a través del Programa puede servir de modelo para otras empresas que aún no han decidido incorporar el voluntariado en su agenda”, afirma Marsha Doucette, ‘chairwoman’ del proyecto.

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Juan Carlos Fangacio
El tiempo de cada integrante del equipo bata en su children’s program impacta en la vida de cientos de niños y jóvenes del país. (Foto: Bata)
El tiempo de cada integrante del equipo bata en su children’s program impacta en la vida de cientos de niños y jóvenes del país. (Foto: Bata)

Además de sus logros a escala global, el Bata Children’s Program se ha convertido en un pilar de identidad para la compañía. No se trata solo de una iniciativa de responsabilidad social, sino de un esfuerzo que involucra directamente a sus colaboradores en todo el mundo. Desde las fábricas hasta las oficinas centrales, cada voluntario se suma con el mismo propósito: mejorar vidas y demostrar que el impacto colectivo es posible cuando todos ponen de su parte.

El rol de los voluntarios es clave. Solo en 2024 dedicaron más de 50 mil horas a iniciativas que no solo transforman comunidades, sino también a quienes participan. “Es muy gratificante escuchar a nuestros voluntarios decir cómo el trabajo los llena de energía y les da una visión más positiva de la vida. El impacto es doble, en la vida de las familias que tocamos pero también en la familia Bata”, agrega Doucette.

Con programas como YouthCan!, enfocado en la empleabilidad de adolescentes, el Bata Children’s Program mira hacia el futuro, manteniendo viva la convicción de que las empresas deben elevar a las personas y construir un mañana más justo y esperanzador. //

Un compromiso real

Doucette resalta que el futuro del programa está ligado a la colaboración con aliados estratégicos y al compromiso de cada persona dentro de Bata. “Queremos seguir promoviendo iniciativas que se ajusten a las necesidades de las comunidades y fomentar el trabajo voluntario como parte de nuestra identidad y cultura”, asegura. Con esa convicción, el Bata Children’s Program se proyecta como un modelo inspirador de cómo las empresas pueden transformar realidades más allá de sus productos.

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