Giacomo Benavides hace improvisación teatral, tiene una escuela de arte y la rompe en Instagram.
Giacomo Benavides hace improvisación teatral, tiene una escuela de arte y la rompe en Instagram.
Arturo León

No es psicólogo, ni terapeuta. Mucho menos experto en relaciones humanas o afectivas. Sin embargo, la sección “consejos amorosos” que publica todos los lunes por las noches en su cuenta de Instagram lo han convertido en un verdadero ‘hit’ de la red social. Tanto así que tiene más seguidores que Luciano Mazzetti (@luciano_mazzetti), conocido chef e influencer peruano que hasta tiene un programa de televisión.

Lo curioso es que Giacomo Benavides hizo sus primeras publicaciones a finales del 2018 y, en un año, lo siguen 150 mil personas. Más curioso todavía -y sorprendente- resulta saber que a los 14 era un niño tímido, que casi no hablaba en el colegio y se demoraba “dos horas y media” en decir una oración completa. Si ves sus videos lo último que piensas es eso, que se trataba de un chico introvertido. Todo cambió el día que su mamá, protagonista de varios de sus ‘stories’, lo metió a una escuela de improvisación. Lo obligó, en realidad.

“Después de eso, nunca paré de estudiar improvisación. Encontré lo que verdaderamente me gustaba, me encontré a mí mismo, me sentí libre. La 'impro’ ayudó a que mi personalidad salga a flote. Empecé a desenvolverme mucho más, a crear personajes. Ya son 8 años que llevo haciendo esto y no dejo de aprender”, cuenta Giacomo, quien se graduó hace poco de la carrera de Comunicación Audiovisual. El hijo de Alfredo Benavides, conocido humorista peruano, solo tiene 22 años.

FACETA COMO EMPRESARIO

En junio del año pasado, junto a su hermano Stefano Tosso -actor e hijo de Ricky-, creó la escuela de arte Segundo Piso (José Pardo 223 - Oficina 21, Miraflores). Ahí se dictan talleres de improvisación, actuación, baile y clown. “Era un sueño que mi madre tenía”, confiesa Benavides. Los cursos que se dictan ahí son de diferentes niveles. “Todos te ayudan a perder la timidez y vienen personas cuya única meta es esa, más no volverse actor. El otro día me escribió un exalumno a contarme que, luego de uno de nuestros talleres, se volvió más comunicativo en el trabajo, expresaba mejor sus ideas y terminó siendo ascendido”, agrega.

Existe otro público, cómo le pasó a él, que sí descubre su pasión por la improvisación y puede pasar a un segundo nivel en la academia. ¿Qué es improvisar? Mucha gente lo confunde con rap, pero es distinto. Esta rama de la actuación tiene que ver más con realizar escenas completas sin un guión previamente escrito. Giacomo se ha presentado en diferentes teatros y micro teatros, y está por empezar un curso de un mes en una de las mejores escuelas de Estados Unidos. “Me gustaría experimentar nuevas cosas. Hacer una obra de teatro, actuar en alguna serie o ficción, por qué no salir en la tele. Son muchas ideas, pero en estos momentos pienso más en corto plazo”, asegura.

Por eso su siguiente objetivo es abrir la segunda sede de la escuela. Ya tienen entre 250 y 300 alumnos, sumando todos los talleres, y el espacio con el que cuentan actualmente les quedó pequeño.

SUS BAILES Y CONSEJOS EN INSTAGRAM

¿Es posible sumar 150 mil seguidores en Instagram en un año? Sí. Giacomo es la mejor prueba. Abrió su cuenta hace cuatro años, tenía un celular “malazo” y ni siquiera podía colgar historias. A lo mucho una que otra foto. Dejó de usar esa red social y se enfocó en su carrera universitaria. A finales del 2018 invirtió en un buen smartphone y volvió al mundo de los ‘likes’, fotos y videos. Los primeros post que publicó lo mostraban a él bailando y no precisamente de forma elegante. “Sé que bailo pésimo, pero me encanta el baile. Me atreví a grabarme, a mostrarle a la gente quién soy yo”, cuenta. De a pocos, muchas personas se sintieron identificadas. “Tenía mucho rebote, me compartían bastante. Me escribían y me decían que ellos bailaban igual en la ducha”, comenta entre risas.

Su crecimiento fue orgánico, natural. No gastó ni un céntimo en publicidad. De hecho, sigue sorprendido por lo rápido que ha crecido su cuenta. Hace cuatro meses -de nuevo, como jugando- se puso unos lentes graciosos, cambió su voz y creó un personaje. “Pasó un día que estaba aburrido”, dice. Un usuario le dijo que debía desarrollarlo más y lo hizo. Abrió una caja de preguntas: consejos amorosos. “Me llegaba de todo, empecé a responder de forma irónica, graciosa, y a la gente le gustó. Ahora es el segmento más visto de mi Instagram”, recuerda.

“En realidad no doy ninguna solución a los problemas de la gente [risas]. Se trata de ver el lado cómico, gracioso, de esas dudas amorosas que a veces parecen muy importantes, pero en realidad no lo son. Y lo que hago, de alguna forma, es quitar un peso de encima a esas personas. Mis seguidores ya saben que no van a conseguir un consejo que los ayude a estar mejor del corazón. Al contrario, reímos juntos”, indica Giacomo con el carisma que lo caracteriza.

Desde que tiene tantos fanáticos en redes su vida cambia de forma rápida y constante. Cada vez son más las marcas que se acercan a él, más los eventos a los que es invitado y más propuestas de trabajo las que recibe. Era un limeño tímido, hoy nada se interpone en su camino.




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