La figura es imponente: una mujer con un asustadizo niño emprende un camino. Su mano derecha está en el pecho del pequeño, como si intentara trasmitirle confianza. Él, coge firme la muñeca de la señora. Probablemente falte poco para que lleguen a su destino: un estado donde haya libertad para ellos. La estatua de bronce (Harriet Tubman: Journey to Freedom) bien grafica una de las tantas escenas que vivió Harriet Tubman, la heroína antiesclavista, lideresa militar durante la Guerra Civil estadounidense y pionera del sufragismo que el presidente Joe Biden quiere que aparezca en los billetes de 20 dólares (la primera mujer en más de un siglo).
MIRA: ¿Qué hubo detrás de la misteriosa desaparición de los billetes de 500 y 1000 dólares?
Hay pocos detalles sobre su nacimiento. Se conoce que fue entre 1820 y 1822 en el condado de Dorchester, Maryland. Nacida como Araminta ‘Minty’ Ross, hija de Harriet Green y Benjamin Ross, tuvo ocho hermanos. Criada en cautiverio y obligada a realizar labores domésticas desde los cinco años para ser alquilada a los vecinos; mostró sus primeros signos de resistencia a los siete, cuando intentó escapar. Tuvo gran influencia de su abuela, Modesty, una africana que llegó a Estados Unidos en barcos de “carne humana”, que amenazó de muerte a los tratantes que quisieron arrebatarle a su Benjamin.
De adolescente le rompieron el cráneo con una pesa de casi un kilo cuando intervino para que su amo no golpeara a un esclavo fugitivo. Sobrevivió gracias a su peinado en forma de cesta, pero los fuertes dolores de cabeza y narcolepsia la acompañaron gran parte de su vida (en sus últimos años le hicieron una cirugía cerebral). Tenía sueños vívidos y visiones que interpretó como “símbolos divinos”. A finales de la década de 1840, el esclavista Edward Brodess intentó venderla. No pudo. Tras la muerte de su amo, cambió su nombre a Harriet, en honor a su madre; tomó el apellido del esposo (John Tubman, un afroestaounidense libre) y así escapar para siempre.
CAMINO DE LUCHA
Tubman, de 27 años, llegó -con dos de sus hermanos- a Pensilvania desde Maryland con la ayuda del Ferrocarril Subterráneo, una red clandestina organizada por el movimiento abolicionista para ayudar a escapar a esclavos a través de una serie de rutas y conexiones en Estados Unidos y fronteras cercanas. Ahí empezó una labor que fueron los cimientos para la -verdadera- libertad de los afroestadounidenses. 13 misiones. 70 personas rescatadas. Nunca perdió un(a) pasajero(a). Su nombre clave fue Moses (Moisés, el personaje bíblico que llevó a los judíos a su libertad). Su código era la canción Go Down Moses, que cambiaba la letra si había peligro. Su éxito molestó a los esclavistas: publicaron una recompensa de 40 mil dólares por su captura o muerte. “Solo tengo derecho a una de estas cosas en la vida: libertad o muerte. Si no tengo una, tendré la otra”.
Gracias al ferrocarril subterráneo, Harriet conoció las ciudades y las rutas de transporte que caracterizan al sur, información que la hizo importante para los comandantes militares de la Guerra Civil. Luchó al lado de la Unión en calidad de cocinera, enfermera, espía, exploradora y soldado. Se transformaba en una adulta mayor para escabullirse por las calles bajo el control confederado y aprendió de la colocación de tropas y las líneas de suministro. Fue la primera mujer en dirigir un asalto (el de Combahee Ferry, en 1863) donde se rescataron setecientos esclavos. “Vi mis manos para asegurarme de que era la misma persona; ahora era libre. Todo era glorioso. Sentí que estaba en el cielo”.
Luego de la guerra, abogó por los derechos de las mujeres y, en especial, el del sufragio. “He sufrido lo bastante para creer en la necesidad del voto femenino”. Se unió a Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony, a las que escuchaba en discursos en Washington D.C. y Nueva York. En 1896, compró una propiedad de 10 hectáreas en Aurburn, Nueva York, que más adelante se convertiría en el Hogar Harriet Tubman para Ancianos, una residencia para adultos mayores e indigente de color. Falleció en ese mismo hogar a los 91 años y fue enterrada con honores militares.
LEE TAMBIÉN: ¿Carnet para entrar a un restaurante? Esto opinan los chefs peruanos
REINVICACIÓN HISTÓRICA
Ninguna mujer ha figurado en un billete de dólar desde la primera dama Martha Washington, en la década de 1890, y la nativa Pocahontas, hacia 1865. Durante el gobierno de Barack Obama, en 2016, el Departamento del Tesoro de EE.UU. anunció que Tubman sustituiría en los billetes de 20 dólares al séptimo presidente del país, Andrew Jackson, responsable de firmar e implementar la ley que forzó a las tribus indígenas a abandonar sus tierras.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca sumó dificultades, por decir menos, al descalificar la idea como “pura corrección política”. La administración de Joe Biden ha retomado el proyecto. “Es importante que nuestros billetes, nuestro dinero (...) reflejen la historia y la diversidad de nuestro país”, señaló el portavoz presidencial a inicios de año. //
VIDEO RELACIONADO
Contenido Sugerido
Contenido GEC