"Perdón por las clases que no pude dictar, por los mensajes que no respondí, por las llamadas no contestadas y las marchas en las que no estoy”, escribió Edward Venero el pasado julio en su muro de Facebook. Entonces habían pasado unos cuatro meses desde que le encontraran un cáncer testicular –lo operaron tan solo unos días después de confirmar aquel diagnóstico– y su vida, tal y como la conocía, había quedado en stand by. De pronto, y sin avisar.
“Perdón por los brindis que no pude hacer (y que no podré hacer por los próximos meses), por los bailes que no fueron hasta abajo y por los lanzamientos postergados”, continuaba Venero, “pero han sido meses en los que mi salud importaba más que cualquier otra responsabilidad”. De vez en cuando, no obstante, Edward iba informando de sus avances en redes sociales. Nunca tuvo reparo en subir sus fotos despojado de cejas y pelo. Al contrario: insiste en que uno de los motivos por los que le han crecido de vuelta tan rápido es porque ha seguido buena parte de los consejos que la gente le compartía durante ese período. Todo ayudaba, incluso lo que pudiese sonar más absurdo.
El 23 de agosto el cáncer se fue. Oficial y clínicamente, es decir. Edward Venero no ha perdido un solo minuto desde ese momento. Aunque se desconectó –aisló, más bien–, había algunas cosas en marcha que siguieron su curso, y que se reactivaron ni bien el diseñador se sintió preparado. Su participación en la edición número 17 de LIF Week es el punto de partida para un nuevo comienzo.
Ha sido un año intenso, por decir lo menos, para ti. Lo de Nickelodeon, sin embargo, viene de mucho antes. Exactamente. Ellos me buscan para proponerme hacer una colección sobre Bob Esponja, y me entusiasmó de inmediato porque ya había visto lo que hizo Jeremy Scott con Moschino. Un día me llaman los licenciatarios de Nickelodeon en Lima, unos dos años atrás, y así empezó todo. En el mundo se estaban haciendo varias colecciones con Bob Esponja a raíz de un concepto bautizado como ‘Bob Esponja Gold’, que era una línea premium de productos, y es lo que querían replicar aquí.
¿La colección de Bob Esponja está pensada para la pasarela o para el uso cotidiano (o ambos)? En mi tienda [en el Jockey Plaza] puedes encontrar piezas desde la talla 2 hasta la XL. Tenía claro desde el inicio que todas las prendas y las colecciones que desarrollase para ese espacio –ahí estará la de Bob Esponja– serían para todos, sin importar género o edad.
Has conseguido crear un estilo que es fácilmente identificable. Un sello de autor, digamos. Algo que es cada vez más difícil de sostener cuando se piensa en las ventas. Es necesario refrescar el panorama. Hay un gran problema aquí: el consumo de diseño en el Perú es muy pequeño. Tenemos que poder experimentar, tener una propuesta sólida y personal. Muchos diseñadores terminan cediendo al mercado.
¿Cómo has hecho para mantenerte al margen? Me costó diez años. Yo no salgo al mercado hasta diez años después de mi primer desfile, en 2009. Ese es el tiempo que tuvo que pasar para que pueda vender lo que yo quiero hacer.
Una década es mucho tiempo. ¿Con qué te mantenías? Principalmente mi carrera académica, como profesor. Eso fue de la mano.
Pensar en diseño y pensar en negocio no siempre son la misma cosa. Hay una fractura entre la gran industria y la capacidad de diseño. Tenemos una industria alucinante, donde se fabrican todo tipo de piezas para todo tipo de marcas –Dior Baby, Armani, Calvin Klein– y que cuentan con la infraestructura necesaria para desarrollar productos de alta gama. Pero no estamos apostando por tener el mayor margen de ganancia de una prenda, que es la marca y el diseño.
Hace siete años no había Zara en el Perú. Hace cuatro no había H&M. Estamos hablando de gigantes del mundo del fast fashion que hoy nos acercan todas las tendencias, en tiempo real. ¿Esto ha desconfigurado la industria aquí? Yo creo que más bien la ha configurado. Y es, desde mi punto de vista, lo que podría salvar de alguna manera el consumo de marcas en el Perú. Todo el mundo dice que cómo van a competir con ellos, que no se puede; O.K.: donde no puedes competir es en precios. Pero lo que ha generado el ingreso de estas empresas ha sido educar al público. Y eso es valiosísimo porque abre otros nichos. La gente ya sabe lo que viene, y busca tenerlo (ah, o en donde lo encuentre). Antes estábamos sometidos a los catálogos de grandes almacenes, que nos decían qué era la moda, cuando en el mundo no era lo que se llevaba. Tiendas como Zara y H&M te muestran lo que se está usando, de manera completamente democrática.
¿Cuál es el rango de precios en tu tienda? Tenemos piezas de 29 soles, que son los cases de celulares, hasta la prenda más cara, que es una chompa tejida a mano en intarsia, que cuesta 490.
¿Cuándo conviene hacer una inversión grande en moda? ¿Vestidos de novia o de noche, por ejemplo, hechos a medida? Lo que ocurre es que muchas veces terminas haciéndote lo que has querido, con los referentes que has visto, y no consumes la propuesta del diseñador. El cliente peruano está tan poco acostumbrado a consumir diseño, que lo que él quiere es que le construyan una pieza con las referencias que tiene en su mente. Por eso la educación es tan importante: le da valor al diseño.
¿Cómo ordenas tus colecciones? Yo produzco entre 6 y 20 prendas por modelo. El ideal era renovar cada tres meses una colección completa, pero tratamos de tener piezas nuevas cada dos semanas. Ahí es donde tenemos que competir.
Los últimos años han visto surgir nuevos talentos. Unos se han consolidado y otros han fracasado. Es cierto que hay una evolución en la moda peruana, pero también hay cada vez más competencia. ¿Qué hace la diferencia? El arte es uno de los principales ingredientes para el desarrollo de la moda y el diseño en el Perú. No podemos hablar o entender de diseño sin entender los procesos artísticos: desde los procesos creativos hasta el imaginario con el cual se trabaja. Si hoy queremos construir, hacer moda en el Perú, no podemos seguir sosteniendo el valor de nuestras marcas únicamente en el producto. Nadie te va a comprar tu prenda solo porque usas alpaca. La gente te va a comprar porque estás representando un universo al cual quieren pertenecer.
UN MUNDO PARA BOB:
-Aproximadamente dos años es lo que demoró en materializarse la colaboración entre Nickeloden y VNRO para realizar una colección inspirada en Bob Esponja. El resultado son 43 piezas.
-No es la primera vez que el personaje de dibujos animados aparece en el mundo de la moda. Este 2019, Nike lanzó un modelo de zapatillas en su honor. También ha sido inspiración del diseñador colombiano Christian Colorado y de la marca italiana Moschino.
-El desfile de VNRO abrirá la primera jornada de LIF Week Verano 19/20, pero no ocurrirá en la pasarela. La temática es acuática y tendrá lugar en el hotel Los Delfines.
LIF Week Verano 19-20
CUÁNDO: Miércoles 9 y jueves 10 de octubre DÓNDE: Country Club Lima Hotel, San Isidro ENTRADAS: Teleticket de Wong y Metro DISEÑADORES: Ana María Guiulfo, Noe Bernacelli, Yirko Sivirich, Claudia Jiménez, Paola Gamero, Edward Venero, Sophia Lerner, José Zafra, María Ximena Ramírez y Moda & Cia. Diseñador invitado: Pronovias.