Lunahuaná vuelve a la aventura: los mejores lugares para hacer canopy, canotaje y más

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La pandemia paralizó el destino, y además este año –en que se empezó a recuperar el turismo– hubo que esperar a que el río Cañete calmara un poco su caudal para poder retomar el gran atractivo de estos lares: surcar en balsa el impresionante río o sobrevolar sobre sus aguas en uno de los canopys más largos de Sudamérica.

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Nuestra travesía inicia en el km 172 de la Panamericana Sur, donde hace varios siglos el inca Túpac Yupanqui construía su cuartel general, Inkahuasi. Cerca de allí, en la zona de Paullo-Socsi, se puede practicar el rafting o canotaje, deporte por excelencia en la región, y que en temporada alta ofrece una experiencia de 40 minutos en un tramo de 5 km, que pondrán a prueba su resistencia frente a los rápidos. Eso sí, abandonen cualquier esperanza de llevar celulares o cámaras, pues pueden terminar en el agua.

Si prefiere permanecer con los pies en la tierra, recomendamos visitar el rocoso camino que separa el pueblo de Lunahuaná de su mirador, en las ruinas de Suero, localizadas en Catapalla. Tras 6 km de trocha en cuatrimoto, puede optar por esta otra actividad: canopy en San Jerónimo. Se trata de una ruta de 2 mil metros de longitud que sortea por los aires diversas montañas a través de cuatro cables operativos y arneses de máxima seguridad.

Si lo que se busca es una opción más tranquila, el anexo de Condoray, ubicado en el km 41, ofrece una vista impresionante, a lo largo de un valle de 800 metros, rodeado de árboles de guaba (pacae), ciruelo y vid. Lunahuaná está listo para seducir nuevamente al más intrépido viajero. Gran opción para estos días de descanso santo. //