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Reimond Manco: “Ser streamer no te va a dar una casa en La Molina con dos piscinas, pero te dará para vivir medianamente tranquilo”
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Hubo un tiempo en el que Manco gambeteaba tanto y tan bien, que James Rodríguez le miraba el número de la camiseta y enseguida lo sentaban en la misma mesa de Toni Kroos. Eran épocas de los queridos ‘Jotitas’, las cuales rápidamente comenzaron a quedarse atrás por la mala cabeza de Reimond. Sin habilidad para convivir con la fama, que subía como espuma de cerveza, el chico de Lurín se volvió abonado de los programas de farándula, llevando a pique su corta pero explosiva carrera. Ya lejos de las canchas de fútbol, el talento de aquella promesa que pintaba para crack mundial le abrió un nuevo camino, esta vez en el campo digital, Edén preferido por varios de sus colegas. Abrazado a su familia y llevando el conteo de los días sin ser ampayado, como si de un paciente rehabilitado con éxito se tratara, ‘Rei’ parece haber encontrado la fórmula perfecta para volver a driblar con sonrisa pícara y sacarle la vuelta al retiro.
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-Cada vez que te escucho, me parece que estoy oyendo a otra persona, muy distinta al Manco futbolista. ¿Qué pasó para que se diera este cambio?
Las personas no cambian, es difícil, mejoran, que es diferente. Cambiar es una palabra muy fuerte. Puedes cambiar de carro, casa, quizás hasta de esposa o pareja, pero nosotros los seres humanos mejoramos. Tienes solamente que centrarte en tratar de ser buena persona y actuar de buena manera, partes desde ahí. Eso sucede mucho cuando ya tienes hijos porque tu enfoque y perspectiva cambia al tener personas que dependen de ti: lo que hagas o digas va a repercutir mucho en ellos. He mejorado en no tomar decisiones apresuradas, en dejar de comportarme como un chibolo inmaduro porque así me trató la vida. Los hijos llegaron, llegó mi esposa y había que mirar de otra manera la vida.
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-¿Hubo algún punto de inflexión?
Varios, sobre todo conocer a mi esposa, con quien voy a cumplir 11 años. Ella tiene dos hijos de su primer compromiso, lo acepté desde un principio y me tocó hacerme responsable. Eso fue cuando tenía 25 años. Luego, vinieron mis hijos seguidos. Uno tiene 10 y la otra tiene 9. Pero, ya venía tranquilo. Lo de mi esposa terminó de reforzar esa parte de madurez que venía obteniendo. Yo sí hago un recuento de cuántos son los años en los que me estoy portando bien, y hace 15 que no aparezco en un ampay.
-¿Tus hijos te han mostrado algún video en el que salías en un ampay?
Ya vivimos ese momento. Todos cometemos errores y creo que no maté a nadie. Se sobredimensiona lo que hice por la expectativa que había sobre mí como jugador, pero estoy seguro que lo que hice le pasó a más de un peruano de a pie. Debí haber sido profesional y no cometer esos excesos. Se lo he explicado a mis hijos. Ellos lo que les tiene que importar es cómo asumí [responsabilidades] desde que llegaron a mi vida. Ellos saben que también van a cometer errores, pero me sentiría muy mal si cometen los que yo cometí.
-¿Alguno de tus hijos juega fútbol?
No. El último se desvive por el fútbol, pero no lo quiero presionar porque cuando empiezas desde muy niño te terminas aburriendo rápido. El mayor juega, pero no sé si tenga un nivel para tentar ser profesional, quizás sí fútbol universitario, que es lo que está buscando. Pero que te diga que alguno tenga mi talento, no. No puedo ser mentiroso. Me encantaría que alguno hubiese salido con mi talento.

-¿Eres de los padres que prioriza el estudio sobre el deporte?
Como ellos no tienen el talento como para decir ‘vamos a meterle todas las fichas al fútbol’, no se me ha hecho tan difícil la elección. Estudian y tienen, como les digo, el privilegio de no tener que trabajar a muy temprana edad -como lo hice-, de llegar a casa y tener un plato de comida, de necesitar zapatillas y tenerlas. Pero tienen que acostumbrarse a ganárselo. Trato siempre de que ellos sepan el valor de lo que uno ha luchado para que tengan lo que hoy tienen. No tienen grandezas, pero tampoco necesidades. Es difícil con cuatro hijos, pero creo que estoy haciendo un buen trabajo con mi esposa, quien también es la que insiste con eso.
-Con esta madurez y teniendo 35 años, ¿no se te pasó por la cabeza volver a jugar?
No. Desde que falleció mi papá, decidí no volver a jugar de manera profesional. Eso está jurado y sacramentado. Después, sí viajo a eventos, hago partidos de exhibición, juego la Superliga. Ahora, me han llamado para la selección de creadores de contenido, así que ahí vamos a ver qué sale. No extraño todavía el fútbol profesional.
-¿Hoy eres más inteligente para saber responder los ataques?
Hay que tener, digamos, la sabiduría de esperar a ver cómo responder. No suelo quedarme callado cuando hay una falta de respeto o te tratan de denigrar. Después, críticas va a haber. No suelo responder ese tipo de cosas porque es un país libre de expresión, no le vas a gustar a todo el mundo. Sin embargo, hay gente que tiene el poder de un micro y busca dañarte. A esa gente no tengo ningún reparo en responderle, sin necesidad de entrar en la chabacanería, en los insultos o en denigrarlos. No es mi estilo.
-¿Qué pasó con Farfán y Cueva?
Con Farfán, por salir a defender a Paolo Guerrero, llegó un momento en que ya estaba entrando en la burla. No me gustó y salí a responder. Después hubo una llamada del tío ‘Cuto’, al que respeto mucho, y el tema quedó ahí. Desde ahí, siento que han hablado de mí en ese programa, pero ya no como lo hacían. Pueden hablar bien o mal de mí, es parte de este medio, pero de ahí a cruzar la línea del respeto cuando uno tiene familia, ya es delicado. Nada más. Con Jefferson está todo bien, y si lo veo, lo saludo. Con ‘Cucurucho’ (Guizasola) no hemos podido hablar, pero es mi amigo. Él lo sabe y yo lo sé, que es lo más importante.
Con Cueva no hay nada. Incluso, me ha llamado, pero no le he contestado no porque no haya querido, sino porque cuando me ha llamado he estado haciendo algo, en programa o algo y no hemos coincidido. Pero en algún momento hablaremos porque hemos tenido una relación cordial y creo que le pasaron el reel equivocado. Supongo que habrá pensado que yo, como se dice en el ámbito futbolístico, lo tiré mal. Pero no fue así. Lo único que dije es que me parecía que estaba empezando a jugar y que lo estaba haciendo muy bien, pero que debía sostener un poco más ese rendimiento para volver a la selección. Sé que si iba en ese momento, no le habrían salido bien las cosas. Él genera amor y odio también, entonces habrían sido muy duros con él. Yo tratando de proteger el lado humano, declaré eso. Él lo entendió mal. Definitivamente, estuvo mal asesorado y salió a responder de una manera donde al final quedó mal parado. Creo que después se dio cuenta porque empezó a llamar, supongo que con ganas de apaciguar las cosas, pero no hemos tenido la oportunidad de conversar. No tengo ningún problema con Christian; al contrario, soy admirador de su juego.

-¿El Manco de hoy hubiera triunfado en el PSV?
No lo sé. De repente me lesionaba y no jugaba más. La verdad, no te lo sabría decir. Definitivamente, hubiese sido distinta la historia, pero no sé si para bien.
-O quizás habría llegado al Real Madrid porque talento nunca te faltó, ¿no?
Hablando de talento, no ha habido otro chico con el mismo talento que yo. Eso lo tengo claro porque veo los videos, comparo con los chicos de ahora y hay mucha diferencia. No lo digo por un tema de soberbia, sino que el talento que tenía era algo, digamos, desbordante. Cuando terminó aquel Sudamericano (2007), tuve 15 ofertas de clubes europeos y dentro de ellas, estaba la del Madrid. Incluso, mi representante viajó a Valdebebas a reunirse con Mijatović, quien creo era el director deportivo. Mandaron una oferta formal, utensilios del Real Madrid, un libro con la historia y todo. Pero tenía todo arreglado con PSV. Hubieron muchas ofertas de Portugal, de España. Incluso, en ese tiempo un representante me hizo hablar con Monchi, el del Sevilla. Es que fui el mejor jugador, la gente dice del Sudamericano, pero en realidad fui el mejor jugador de Sudamérica.
-¿El fútbol o el medio te hicieron daño?
Yo me hice daño. Buscar culpar a otro o pretextos es de cobardes. Las decisiones las tomaba yo, independientemente del círculo en el que me movía, que era el equivocado. El fútbol no me hizo daño, me hizo feliz. Gracias al fútbol soy la persona que soy: pude ayudar a mi familia, a mi mamá y puedo vivir tranquilo.

-¿Hoy, como streamer, te sientes más feliz?
Me divierto y lo disfruto, pero el fútbol es diferente, mueve más pasiones. No tiene punto de comparación. Me siento muy cómodo, pero no es solo cómo te sientas, sino también la gente con la que te rodeas. Acá tienes que saber hablar y mejorar. Hay mucha gente como mi productor, que siempre está ahí detrás aconsejándome. También está la gente con la que se aprende solamente viéndola, como Eddie Fleischman o Christian Hudtwalcker, que son dos cracks. Son gente que te suma y te hace crecer.
-¿Cuáles son tus reglas como streamer?
No caer en las lisuras, en los insultos, en la brutalidad que ahora le llaman. A YouTube tienen acceso muchos chicos, así como mis hijos. Hay muchos periodistas que han caído en la bajeza de insultar a los jugadores, de denigrarlos, de insultarse entre ellos mismos. Eso tiene que parar.
-¿Es rentable ser streamer?
Todavía no me es rentable porque recién estoy empezando. Solo tenemos un auspiciador y no se monetiza mucho porque los suscriptores recién están subiendo. Creo que cuando ya llegas al nivel de otros canales, empiezas a monetizar y a ser rentable. No te va a dar una casa en La Molina con dos piscinas, pero te dará para vivir medianamente tranquilo.
-¿Qué otros proyectos tienes en mente?
La idea es seguir con “A la Cama con el Rei”, que gracias a Dios estamos subiendo de a pocos. Después es tratar de hacer algún programa más. Creo que ya tenemos los suscriptores como para intentar hacer otro programa y terminar siendo un canal de YouTube con tres o cuatro programas. Es un plan a largo plazo para darle entretenimiento a la gente, pero desde la línea que te he dicho antes, del respeto. Así tengamos algún programa de espectáculos, nunca vas a escuchar lisuras, denigrar ni herir susceptibilidades.

-Sorprendió bastante verte como invitado en el programa de Magaly...
Estar ahí le dio bastante impulso a mi canal de YouTube. Cuando recibí la invitación lo pensamos mucho, pero no le tengo ningún rencor. El que ella haya sacado ampays míos y haya hablado de mí de la manera que lo hizo fue porque le di pie. Al igual que a muchos otros periodistas, incluso con los que hoy me siento. Aparte, la señora Magaly me demostró ese día que no era nada personal. Tuvimos una entrevista muy amena y sorprendió con su comportamiento. Normalmente, suele tener ataques hacia los futbolistas, pero conmigo se portó excelente.
-¿Ser entrenador pasa por tu cabeza?
No. Siempre mucha gente me lo sugiere. Me gustaría tener una academia de niños, formativa, pero no como entrenador, sino como gerente. Es uno de mis proyectos. Creo que para tratar con niños debes tener mucha delicadeza, no solo el carnet. Acá todo está al revés. Para trabajar con niños se debería pedir muchas más cosas a un entrenador. Quiero hacer una academia con un técnico de mucha experiencia que pueda formar a los chicos, pero de una manera más integral: con nutricionista, coach, psicólogo y todo lo que forme la salud de los niños; tanto a nivel deportivo como psicológico, que es lo más importante. Hoy en día, el psicólogo tiene que ser parte de tu chequeo mensual o anual. //
"En el Mundial Sub-17 estuve nominado al Balón de Oro con Toni Kroos y Bojan Krkić. Estuve entre los cinco nominados, algo que quiere decir que con 17 años ya no era solamente el mejor jugador de Sudamérica, sino uno de los cinco mejores del mundo Sub 17".
"Nada hubiese sido posible sin la ayuda de mis compañeros que morían y mataban. Nosotros la teníamos clara y puedes preguntarle a cualquiera de ellos. Era: vamos a defender, tiren el balón la arriba, que Reimond resuelva y que La Torre esté inspirado para que defina bien. A eso jugábamos. No teníamos como ahora idea de juego, que estudias a los rivales. Era muy claro a lo que jugábamos y nos funcionó".
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