Según parte de una antigua leyenda inca, Ayar Cachi, uno de los hermanos Ayar, fue encerrado en una cueva en Maras, Urubamba, y desde entonces el agua salada brota como un copioso manantial de lágrimas. Con cerca de ocho mil pobladores y ubicada a solo 43 kilómetros del Cusco, esta localidad a 3.200 metros de altitud no solo es un gran mirador del Valle Sagrado de los Incas, sino que se ha hecho ineludible por dos atractivos rotundos: los enigmáticos andenes circulares de Moray y la mina de sal de donde nace y se extrae la famosa sal de Maras.
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