La semana pasada, la Administración de Medicinas y Alimentos de EE.UU. (FDA) aprobó para uso de emergencia, la primera prueba para diagnosticar COVID-19 a través del aliento. El dispositivo, llamado InspectIR COVID-19 Breathalyzer, analiza el aliento de una persona supuestamente infectada y en tres minutos da el resultado, al indicar si tiene la enfermedad. Hoy revisaremos el fundamento de esa prueba y su aplicación en otros campos de la medicina.
El olor de la salud
En el mundo animal, los olores son muy importantes para la supervivencia de las especies. Se guían por ellos en su vida sexual, para conseguir sus alimentos, detectar sustancias venenosas en el medio ambiente y distinguir entre especies afines y enemigas.
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Del mismo modo, los seres humanos emitimos constantemente muchos tipos de olores, ya sea a través del aliento, sudor, orina, heces, semen y otras secreciones.
Lo interesante es que esos olores son capaces de reflejar el estado de enfermedad de una persona, por lo que pueden considerarse como si fueran huellas dactilares.
Desde la antigüedad se sabe que algunas enfermedades tienen un olor particular. Ya los antiguos médicos Hipócrates, Galeno y Paracelso reconocían el uso diagnóstico de los olores corporales y desde entonces la medicina se ha ayudado del olfato para diagnosticar enfermedades.
Por ejemplo, en su etapa descompensada (coma diabético), el olor de un paciente es de manzanas verdes; la fiebre amarilla huele como una carnicería; la insuficiencia hepática como pescado crudo; y la fiebre tifoidea como pan integral fresco.
A pesar de la instintiva utilidad de los olores corporales, es recién en los últimos años se han alentado las investigaciones para usar los olores corporales en el diagnóstico de enfermedades, y destacan algunos ensayos clínicos diseñados para hacer que los perros ayuden en el diagnóstico del cáncer de pulmón, próstata y mama.
“La gran ventaja de este nuevo método diagnóstico es que se ahorrarán miles de hisopados nasales para pruebas PCR”.
Estudios en recién nacidos prematuros han demostrado que el análisis del aliento ayudaría a diagnosticar septicemias y graves infecciones intestinales tres y cuatro días antes del diagnóstico clínico, respectivamente. El análisis de compuestos orgánicos volátiles (COV) también ha sido capaz de distinguir a los recién nacidos prematuros alimentados con leche materna de los alimentados con fórmula en el primer mes de vida.
Del mismo modo que el análisis del aliento puede diagnosticar enfermedades del cuerpo, es sorprendente que algunos trastornos de salud mental puedan ser diagnosticados con el análisis de COV.
Se ha investigado si personas con esquizofrenia podrían eliminar sustancias específicas en el sudor y algunos experimentos señalan que los ratones estresados pueden excretar olores distintivos.
Compuestos orgánicos volátiles (COV)
La razón por la que los organismos emiten olores es porque las células son capaces de liberar partículas químicas microscópicas llamadas COV, que se difunden en el aire y pueden ser percibidos por el olfato de otros seres vivos.
Los COV emitidos por diferentes áreas del cuerpo humano varían según la edad, el tipo de alimentación, el sexo, el estado fisiológico y, posiblemente, los antecedentes genéticos de una persona.
La tecnología que permite identificar los diferentes COV es la cromatografía de gases/espectrometría de masa de gases (GC/MS), que separa e identifica los compuestos químicos en la muestra.
Analizador del aliento
Es más fácil entender el dispositivo recientemente aprobado por la FDA, pues la persona con COVID-19 también emite COV específicos, por lo que es posible identificarlos y diagnosticar la enfermedad. Utilizando la GC/MS, el InspectIR COVID-19 Breathalyzer separa e identifica cinco COV asociados con el COVID-19.
Según la FDA, el InspectIR COVID-19 Breathalyzer, del tamaño de un equipaje de mano, será de mucha utilidad en consultorios médicos, hospitales y lugares de prueba ambulatorios, pues da resultados en menos de tres minutos.
La aprobación se basó en un gran estudio de 2.409 personas con y sin síntomas de COVID-19, el cual demostró que la prueba fue capaz de identificar correctamente al 91,2% de las personas con COVID-19 comprobado (sensibilidad) y al 99,3% de las personas que no tuvieron COVID-19 (especificidad).
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Eso significa que, en zonas geográficas de muy baja presencia de la infección, y gracias a su altísima especificidad, una prueba negativa con el InspectIR COVID-19 Breathalyzer debe ser considerada como tal y la persona puede ir a su casa sabiendo que no tiene la enfermedad, mientras que un caso positivo tendrá que hacerse un hisopado nasal para una prueba PCR de comprobación.
La gran ventaja de este nuevo método diagnóstico es que se ahorrarán miles de hisopados nasales para pruebas PCR, pues solo los positivos en la prueba del aliento tendrán que hacérsela para comprobar la infección. De acuerdo con la FDA, la prueba fue capaz de detectar casos causados por ómicron.
Corolario
No es entonces que esta nueva prueba del aliento sea capaz de detectar al virus SARS-CoV-2, lo que hace –al igual que el alcoholímetro– es detectar los compuestos químicos característicos del COVID-19.
Ya están encaminados sendos estudios para usar el análisis de compuestos volátiles orgánicos en el diagnóstico del cáncer de los pulmones y de mama, y una reciente revisión del tema, en el que se analizaron decenas de estudios, concluyó que el análisis de COV tiene un enorme potencial en la lucha contra el cáncer.
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