En sus orígenes la televisión fue una vía unidireccional; la pantalla muestra algo y el espectador solo mira. Pero el no tener injerencia en la historia en caso de una ficción no significa ser indiferente a lo mostrado. Con internet, gente unida por las ficciones encontró su hábitat natural hasta llegar a niveles como el que vemos en “WandaVision”, donde discuten semana a semana y, sobre todo, hacen teorías sobre lo que vendrá.
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Magia y suspenso
Como indica el libro “Historia de las series” de Toni de la Torre (Roca Editorial, 2016), las comunidades digitales en torno a la TV empezaron a formarse en los años 90 con el caso de “My So-Called Life” (1994) y “Buffy, The Vampire Slayer” (1997); aunque ya existían en décadas previas, antes de las redes, donde destaca el fandom de “Star Trek”.
En cuanto a “Buffy…”, la creación de Joss Whedon se convertiría no solo en el modelo a seguir por los dramas de ciencia ficción y fantasía por un tema de estructura, sino porque, al tener una construcción de mundo tan específica, con su propia versión de mitos populares, se prestaba al análisis y a la elaboración de teorías.