Definitivamente, no hay nada más placentero que despertar por la mañana y tomar un buen desayuno en familia; sin embargo, muchas veces por el ritmo de vida tan acelerado que predomina en nuestra sociedad; sobre todo, en los últimos años, este hermoso panorama queda en el olvido. Inclusive, muchas personas suelen omitir esta importante comida por falta de tiempo o apetito, hábito que puede repercutir negativamente en la salud.
Sin lugar a duda, el desayuno es considerado como la comida principal del día, puesto que los alimentos que se ingieren por la mañana son la clave para obtener una mayor energía y nutrientes necesarios para desempeñarnos adecuadamente a lo largo de nuestro día; en especial, después de un largo periodo de ayuno de unas 10 o 12 horas en promedio.
¿Qué sucede con nuestro celebro cuando no desayunamos?
En efecto, cuando nos saltamos el desayuno, nuestro cerebro no recibe la cantidad de glucosa necesaria, motivo por el cual, nuestro cuerpo no funciona correctamente. Además, es importante destacar que, el cerebro consume aproximadamente el 25% de toda la glucosa que alberga nuestro organismo. Entonces si no hay una mayor producción, esto puede causar dificultades en ciertas funciones cognitivas, como la memoria, la atención y el pensamiento.
¿En qué consiste un buen desayuno?
Según expertos de la Universidad de Harvard, para lograr un desayuno perfecto, en primer lugar, es fundamental seleccionar una fuente de carbohidratos de buena calidad, es decir, alimentos que no hayan sido sometidos a un proceso de refinación. Por esta razón, destacan que la mejor opción son los cereales integrales, como la avena y la fruta, ya que en ambos existe una porción de fibra importante para una adecuada alimentación. De igual forma, aportan nutrientes, como calcio, zinc, cobre, fósforo, hierro, magnesio, potasio, sodio y vitaminas B1, B2, B3, B6 y E.
Asimismo, recalcan la ingesta de proteínas de valor biológico, específicamente, los productos lácteos, tales como el yogurt, que garantiza los probióticos y péptidos, los cuales refuerzan las defensas naturales del cuerpo, mejorando así la función gastrointestinal.
Por otro lado, un estudio publicado en la revista médica International Immunology de la Universidad de Oxford, reafirma la importancia de los alimentos previamente mencionados para obtener todos los micro y macronutrientes necesarios, pero adicionalmente, sugiere la incorporación de las semillas, pues sus ácidos grasos son muy beneficiosos para mantener la inflamación bajo control.