En repetidas ocasiones, hemos oído hablar sobre cómo cada uno de nosotros es único e inigualable y, si bien esto puede sonar trillado, al detenernos a mirar desde una perspectiva que considera factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales, veremos que esta idea es bastante real. Esto porque dichos factores influyen en nosotros en la forma en la que pensamos, sentimos y nos autovaloramos.
Desde luego, este pilar fundamental para nuestro desarrollo personal, hace referencia a las características que cada persona logra ver en sí misma, es decir, son aquellos atributos que nos hemos autoasignado tras una evaluación, generalmente, subjetiva con respecto a nuestro propio valor, habilidades, logros, etc. Sin duda, una autovaloración saludable nos permite tener un mayor sentido de autoconfianza y un autoconcepto positivo y realista sobre nosotros.
Cabe señalar que, justamente esa individualidad que mencionaba previamente, es clave para el desarrollo de este importante componente de la salud mental y el bienestar, pues nuestras experiencias pasadas, las interacciones sociales, las creencias y los valores personales, pueden influir significativamente y en muchas ocasiones, nos impulsan a no valorarnos lo suficiente, ya que nos dejamos llevar por nuestra percepción, la cual puede intervenir negativamente en cómo nos tratamos y nos autovaloramos.
¿Cuáles son los factores que pueden causar la falta de autovaloración positiva?
Evidentemente, cada persona al ser única, esta carencia puede ser el resultado de una combinación de múltiples factores; no obstante, creo que los más comunes suelen ser, por ejemplo, experiencias negativas en la infancia, en donde ha primado la crítica, el abuso o el abandono, repercutiendo en la autoestima, puesto que esta serie de eventos traumáticos, pueden habernos generado sentimientos de vergüenza y; sobre todo, indignidad. Otro punto que considero muy importante y vigente, es la comparación social, pues con el apogeo de las redes sociales, constantemente nos sometemos a una presión excesiva por cumplir una serie de estándares sociales y expectativas que, en efecto, llegan a determinar nuestro valor como seres humanos.
Por lo general, este tipo de vivencias y estímulos, pueden llevarnos a ser personas verdaderamente autocríticas con un deseo insano por alcanzar lo que social y culturalmente está establecido como la perfección absoluta, cuestión que, definitivamente, nos conduce a una vida de insatisfacción permanente y una valoración totalmente distorsionada e irreal de quienes somos.
¿Cómo podemos identificar si no nos estamos valorando lo suficiente?
Baja autoestima
Cuando tenemos una opinión negativa sobre nosotros, tendemos a estarnos criticando, ya que únicamente nos enfocamos en supuestos errores o defectos que nos impiden ser eso que los demás o la sociedad espera de nosotros. Por lo tanto, siempre nos estamos comparando con el resto y destacando sus virtudes, pero creemos que nosotros no somos lo bastante buenos y capaces, por lo que solemos minimizarnos y perpetuar esta creencia equivocada de no ser suficiente.
Aceptar malos tratos
Lamentablemente, cuando permitimos que las personas nos traten mal, de cierta manera, vamos internalizando estos comentarios o mensajes negativos que emiten los demás sobre nosotros, entonces empezamos a construir nuestro valor en base a ellos. Por supuesto, podemos llegar a pensar que, somos merecedores de este tipo de tratos e incluso, renunciamos por completo a nuestro sentido de autonomía y control, puesto que nos cuesta establecer límites y saber decir que no, es decir, ser asertivos. Además, esto deteriora nuestra autoconfianza, pues nos sentimos tan insignificantes, que no somos capaces de visualizar todo aquello que nos hace únicos, como nuestras fortalezas, virtudes, habilidades, competencias, etc.
Dificultad para recibir cumplidos
Sin duda, cuando tenemos una visión negativa sobre nosotros, nos resulta casi imposible creer que realmente somos merecedores de recibir elogios, ya que existe una discrepancia entre lo que creemos de nosotros y cómo nos perciben los demás. Básicamente, al estar enfocados en los aspectos negativos, solemos minimizar y rechazar cualquier cumplido que nos hagan las otras personas y esto también puede generarse, pues nosotros al sentir que no somos “perfectos” y no estamos alineados a los estándares inalcanzable que tenemos internalizados, simplemente nos resulta muy difícil concebir la idea de que ese comentario positivo está relacionado con nosotros.
Finalmente, considero que, si estamos muy arraigados a este tipo de factores y aspectos que limitan nuestra capacidad de autovalorarnos, sería recomendable trabajar en mejorar nuestra autoestima, desarrollar una visión más positiva y realista de uno mismos y practicar la autocompasión, lo cual nos permitirá ir dejando atrás todos esos pensamientos negativos e irracionales que hemos ido internalizando y que tristemente, rigen y limitan nuestra vida. Por esta razón, si empezamos a trabajar en fortalecer la autovaloración, nos sumergiremos en un proceso de autodescubrimiento, aceptación, crecimiento personal y mejora continua.
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Milenka Duarte es periodista y psicóloga por la Universidad Peruana Cayetano Heredia.