Las enfermedades cardiovasculares se han vuelto cada vez más comunes, ya que son aproximadamente 17.9 millones de personas en el mundo las que fallecen a causa de estas. Las enfermedades cardíacas y cerebrovasculares se pueden originar por diversos factores como el tabaquismo, la diabetes, la presión arterial alta y la obesidad, la contaminación del aire o patologías menos comunes.
Por ello, las personas que padecen la insuficiencia cardiaca, no se quedan atrás ante esto, ya que se enfrentan a un flujo reducido de sangre rica en oxígeno. Esto no significa que el corazón deje de latir o se detenga, no obstante, es una condición que provoca síntomas en todo el cuerpo y en casos extremos puede provocar la muerte.
Causas de la insuficiencia cardíaca
Esta enfermedad suele aparecer cuando el corazón está débil o dañado debido a otros periodos de dolencia. Por ejemplo, puede ocurrir si este se vuelve demasiado rígido y no se llena adecuadamente entre los latidos o por la diabetes, un ataque cardiaco, entre otras causas.
Los síntomas varían de acuerdo a cada persona, pero los más comunes incluyen: falta de aliento durante una actividad o al estar acostado, fatiga y debilidad, hinchazón en las piernas, en los tobillos y en los pies, latidos del corazón rápidos o irregulares, menor capacidad para hacer ejercicio o la hinchazón del área del vientre.
Existen diversos tipos de insuficiencias cardiacas: las crónicas y las agudas. Se diagnostica al paciente en función de la velocidad de progresión de la enfermedad.
¿Cómo prevenir la insuficiencia cardiaca?
La clave para la prevención de la mayoría de las enfermedades cardiovasculares está en reducir los factores de riesgo, como el sedentarismo y tabaquismo e implementar hábitos y estilos de vida saludables. En pacientes que ya viven con alguna condición es fundamental que tengan adherencia a su tratamiento, asistan de manera periódica a controles médicos, además de reducir y controlar el estrés.
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