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La brecha se hace abismo: cifras revelan el fracaso de la lectura en escuelas rurales y públicas del Perú
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“Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida”. Con esta frase inició su discurso Mario Vargas Llosa aquel 7 de diciembre de 2010, cuando recibió el Nobel de Literatura.
Habían pasado más de 60 años desde que el escritor había tomado su primer libro entre las manos y como “magia” -como él mismo lo describió- aquellas palabras de los libros se transformaban en imágenes; y él comenzó a viajar a través de aquellas páginas, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio.
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Vargas Llosa nos dejó un 13 de abril del 2025, pero su legado, aquel amor por la lectura, quedó para el mundo entero.

Sin embargo, lejos de los podría esperarse, teniendo el Perú un Nobel de Literatura qué presumir, las cifras oficiales del Ministerio de Educación (Minedu) han mostrado que la lectura, aquel acto de interpretar y comprender textos, es cada vez menos asimilada por los escolares.

De acuerdo a la Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje (ENLA) 2024 aplicada por el Minedu, solo el 7% de los estudiantes de secundaria de escuelas rurales y un 11.2% de escuelas públicas alcanzaran el nivel satisfactorio en lectura
De acuerdo al informe, aplicado en noviembre del 2024, la evaluación tuvo un muestreo de 105,534 alumnos de 4,442 escuelas en sexto de primaria y otros 532,203 estudiantes de cuarto grado de primaria de 18,112 centros educativos.
Y, en el desagregado -de acuerdo al ENLA-, tomando como ejemplo el muestreo de estudiantes de cuarto año de primaria, la diferencia entre los alumnos en áreas rurales con los de las zonas urbanas, es significativo pues llega a una brecha de 18.5%.

Y es que, en el área rural, el nivel “satisfactorio” de los resultados alcanzar el 17.3%, mientras que del área urbana, la satisfacción en el aprendizaje de la lectura llega a un 35.8%.

¿Se están implementando las políticas adecuadas en las escuelas? De acuerdo al Informe de “Política Nacional de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas al 2030” del Ministerio de Cultura (Mincul), “es aún reducido el porcentaje de aulas de instituciones educativas que cuentan con bibliotecas”.
“Si bien se registra un incremento gradual en la disponibilidad de estos espacios culturales en las escuelas públicas, del 23,2% en el 2017 al 26,6% en el 2019, la brecha entre los ámbitos urbano y rural aún es crítica (INEI, 2017.2019).”
Según la recomendación del citado informe, las “bibliotecas escolares” requieren de recursos y espacios adecuados, capaces de proporcionar un entorno propicio para el aprendizaje.

Por ello, en el Colegio EC-29-IE San Miguel de Piura, cuyas aulas albergaron al Nobel Mario Vargas Llosa, se han implementado diversas estrategias para que cada vez más alumnos no solo se interesen por la lectura; sino que la asimilen. Para ello, toman como base el Plan Lector que viene siendo impulsado por el Minedu, desde el 2006.
Los lectores de la comunidad sanmiguelina
El Colegio San Miguel de Piura es uno de los pocos que puede mostrar con orgullo las calificaciones del Nobel Mario Vargas Llosa, quien egresó de sus aulas en 1952, con un promedio ponderado de 92 sobre 100, en literatura.
Siete décadas después, la realidad causa alarma pues luego de un contexto de post pandemia, donde primó el estudio a distancia, hoy los escolares entienden poco o nada de lo que leen.
Por ello, los maestros del área de comunicación, junto con el equipo directivo, implementaron el proyecto del Plan Lector: “Leer para crear, San Miguel, una comunidad lectora”.

El plan incluye enlistar títulos y leerlos cada mes, desde las aulas y desarrollando una ficha de lectura en reuniones fuera del colegio. Cada mes, los profesores de las diversas especialidades o cursos desarrollan actividades que puedan implementar par fomentar la lectura.
El pasado mes de junio, por ejemplo, docentes del área de ciencia y tecnología, desarrollaron la actividad “La frase diaria”, donde cada profesor, antes de iniciar su clase, compartía la frase de un científico.
También se implementó el primer “Ecoespacio lector”, donde se habilitan estantes, sillas, mesas y libros en espacios abiertos, debajo de árboles, para que los alumnos puedan acudir y leer estando en contacto con la naturaleza.

“Gracias a este ambiente el estudiante puede leer cómodamente en un espacio adecuado, además sirve para reforzar el buen hábito de lectura, especialmente para concentrarnos, analizar y comprender la lectura en un espacio que está disponible todo el día”, señala la profesora Mary Sullón.
Desde el colegio San Miguel de Piura consideran que realizar un plan lector fuera de las aulas, a través del Plan lector “Leer para crear, San Miguel, una comunidad lectora” rompe con la percepción de la lectura como una obligación académica y, en cambio, ayuda a fomentarla como una actividad placentera, enriquecedora y voluntaria.
Nota realizada por los corresponsales escolares Claudia Romero Correa, Felipe Andre Sosa Peña, Marlon Cesar Zapata Crodova, Kelly Xin Ni Zhou Jiang y Jesus Mateo Culquicondor Purizaca, del Colegio San Miguel de Piura, bajo la mentoría de la periodista de El Comercio Karem Barboza.











