Marco Quilca León

No hace falta hacer un sondeo para concluir que a nadie le gusta perder. Ni en la vida ni en el fútbol. Ni siquiera ante cracks como Neymar o Lionel Messi contra los que arrancas con cierta desventaja. Eso no se celebra. Pero la justa derrota de la selección peruana (1-0) frente a la poderosa Brasil en las semifinales de la Copa América 2021 dejó, dentro de la tristeza por no lograr el resultado esperado, una buena sensación para lo que se viene.