Raúl Velit creció entre Lima y Cañete, ligado al negocio avícola de su padre. A los 13 años ya era el encargado de preparar las entregas para los supermercados. En paralelo, los días de semana, después del colegio, vendía huevos y mandarinas en una bodega cercana a su casa. A los 15 puso su propia granja de 144 gallinas que luego de dos años sumaban más de mil.
A los 17 vende esa granja y con su primer capital de US$10 mil en ahorros –sumado a un préstamo que le dio un amigo– puso en marcha su proyecto empresarial que inició con diez mil aves. Paulatinamente, su volumen de producción fue creciendo y el negocio terminó fusionándose con el de su padre. Así nació Avivel en el 2010.
En la actualidad, Raúl Velit, graduado en Administración de Empresas en la Universidad San Ignacio de Loyola, es el gerente general de la empresa avícola que ayudó a construir. Avivel tiene 1,5 millones de gallinas, las que representan el 7% del mercado nacional. Es hoy un negocio totalmente integrado en toda la cadena productiva.
Como gerente general, Velit aceptó el desafío de modernizar la compañía, automatizando cada uno de sus procesos. En ese proyecto, la empresa aún invierte varios millones de dólares. Esto les ha servido para ser la primera empresa en todo el Perú en lograr la calificación oficial del Concytec, que les permite obtener beneficios tributarios por su proyecto de innovación, luego de una rigurosa evaluación por expertos internacionales.
Además, en la última encuesta de clima laboral, más del 90% de sus trabajadores dijeron sentirse orgullosos de trabajar en la compañía.
“El espíritu emprendedor de nuestra empresa es el resultado de la pasión, energía, entrega, adaptabilidad al cambio y retos que nos trazamos día a día. Todo eso tratamos de transmitirlo a la gente talentosa que trabaja con nosotros”, explica Velit.
La innovación en los procesos productivos, la gestión transparente con los clientes y la responsabilidad social corporativa son parte de la filosofía de Avivel, confirma Velit