El crecimiento es una condición necesaria pero no suficiente para reducir la pobreza y la desigualdad.
El crecimiento es una condición necesaria pero no suficiente para reducir la pobreza y la desigualdad.

Con ocasión del III Foro Diálogos para el Desarrollo, está en Lima el economista peruano , especialista en desarrollo, pobreza y desigualdad. El Comercio conversó con él sobre su participación en el evento.

Su presentación se titula “¿Cómo avanzamos en reducir la desigualdad y la pobreza con miras al desarrollo y crecimiento?”. ¿Quiere decir que reducir la pobreza es una condición necesaria para crecer más?

Lo que quiero decir es que hemos mejorado y que podemos seguir mejorando, y que el crecimiento es una condición necesaria para hacerlo, pero no suficiente. Mantenemos en el Perú una gran desigualdad. Si queremos retomar las tasas de crecimiento de 7%, mejorar la inclusión es un tema central y para ello se debe reducir la desigualdad. Dicho eso, el alza reciente en la pobreza ha estado más vinculada a la incidencia de El Niño Costero, pero nos muestra que no podemos seguir pensando únicamente en transferencias, sino que se debe mejorar la focalización y priorizar mejor la inversión pública buscando complementarla con inversión privada. Para reducir la desigualdad debemos invertir en infraestructura, instituciones y capital humano. Hay que pensar en mecanismos que fomenten inversión en la calidad del capital humano.

¿Mayor educación?

Hay que reconocer cierta mejora en la educación. Pero la calidad sigue siendo un reto. La mejora marginal del Perú en las pruebas PISA no es suficiente. A ello va atada la capacitación laboral.

Los retos en el mercado laboral son diversos.

La informalidad laboral es altísima, 73%, 74%. Es por ejemplo superior a la de Paraguay y México. Y la informalidad productiva es de alrededor de 60%. Además, la informalidad laboral y la productiva son dos retos distintos. Reducir la informalidad no está solo vinculado a productividad. El mercado laboral es muy rígido, el sistema tributario es oneroso y la provisión de servicios públicos es deficiente. Como demuestra el régimen agrario, donde los llamados sobrecostos han pasado del 84,8% que tiene el régimen general a 20,1%, la flexibilidad es clave. Lo logrado con este régimen especial muestra que la flexibilidad es favorable, pero también que la productividad puede aumentar. Es preferible la aplicación de un seguro de desempleo con un mercado laboral más flexible a los altos costos laborales actuales.

¿De qué otro modo se puede incrementar la productividad?

El otro aspecto es infraestructura. Reducir las brechas en infraestructura ayudará a reducir las brechas productivas. Y acá entra en juego la comunicación entre sector público y sector privado. El Perú ha enfrentado un problema severo de corrupción, con un costo de US$3.570 millones anuales. Pero hasta de lo malo podemos extraer lecciones. ¿Qué puede hacer un Pro Inversión más moderno? Los propios mecanismos contractuales pueden reducir la corrupción.

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