La riqueza arquitectónica y cultural de una parte del Centro Histórico de Lima (CHL) fue inscrita en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 1991. Desde entonces, el reconocimiento internacional a su valor patrimonial no ha hecho más que aumentar. Por ello, el pasado 20 de setiembre, el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco aprobó la ampliación de los límites del área del CHL declarada como Patrimonio Mundial. De esta manera, seis espacios se suman al área protegida internacionalmente.
Estos monumentos y ambientes son la Casa Prado, el Hospital San Bartolomé, el Conjunto Santa Rosa de Santa María, la Quinta y Molino de Presa, la Iglesia y Monasterio de Nuestra Señora del Prado y la antigua reducción indígena de Santiago Apóstol del Cercado.
Este logro forma parte del Plan Maestro del Centro Histórico de Lima 2019-2029, el proyecto que pretende recuperar su valor cultural y turístico. Está a cargo de Prolima, órgano desconcentrado de la Municipalidad de Lima (MML). Precisamente, desde el 2018, Prolima propuso la ampliación del área del CHL declarada Patrimonio Mundial.
Luis Martín Bogdanovich, arquitecto y gerente de Prolima, resalta que los espacios y monumentos anexados son indispensables para comprender y difundir el valor universal de Lima.
“La inscripción de Lima en la lista del Patrimonio Mundial reconoce sus valores arquitectónicos y tecnológicos virreinales. Los seis monumentos añadidos datan del virreinato y suman a la comprensión de la historia de la capital. Este reconocimiento también implica un compromiso que todos debemos asumir para asegurar su conservación”, explica Bogdanovich a El Comercio.
Actualmente, Prolima ejecuta la restauración de la Iglesia y Monasterio de Nuestra Señora del Prado y de la reducción de Santiago Apóstol del Cercado. Asimismo, el proyecto de recuperación de la Quinta de Presa está aprobado y listo para iniciarse.
Acerca de los otros tres inmuebles, Bogdanovich señaló que, a partir de su incorporación al Patrimonio Mundial, Prolima gestionará e impulsará su pronta restauración.
Reducción de Santiago Apóstol del Cercado
La reducción indígena de Santiago del Cercado, ubicada en el actual Jirón Conchucos de Barrios Altos, data de 1570. Era un barrio donde se agrupó a los indígenas en la capital con fines evangelizadores y de asimilación cultural.
“Los antiguos peruanos que vivían en este barrio estaban en un espacio cercado por murallas. En su interior, se encontraba la plazuela del Cercado, que es única en América por su forma de rombo, y la iglesia de Santiago Apóstol. No es posible entender la historiad de la Ciudad de los Reyes sin incluir en el Patrimonio Mundial a este espacio urbanístico único en el continente”, asevera Bogdanovich.
Prolima ya recuperó todo el conjunto de esculturas de la plazuela y, actualmente, restaura la fachada de la iglesia.
Conjunto Santa Rosa de Santa María
Conformado por la iglesia y el convento de Santa Rosa de Santa María, el conjunto religioso se construyó durante el siglo XVII en el mismo lugar donde falleció Santa Rosa de Lima el 24 de agosto de 1617.
Por ello, la inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de un elemento arquitectónico que pertenece a la vida e historia de la primera santa de América reconoce su valor intangible, además de impulsar la preservación de este patrimonio mueble.
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La iglesia, claustros y capillas que reúne el conjunto de Santa Rosa de Santa María se mantienen en muy buen estado de conservación. En sus instalaciones, todavía se practica la clausura religiosa voluntaria. Se ubica en el cruce de los jirones Santa Rosa y Ayacucho.
Además, también se ha integrado al conjunto religioso las zonas del antiguo Monasterio de la Santísima Concepción. Bogdanovich narró que el Mercado Central se construyó sobre una parte de este inmueble.
Quinta y Molino de Presa
Ubicada en el actual jirón Chira del Rímac cerca a la prolongación de la avenida Tacna, la Quinta de Presa se edificó durante el siglo XVIII sobre un antiguo molino de harina de inicios del siglo XVII. Antaño una casa de recreo, se trata de una expresión notable de la arquitectura doméstica virreinal de Lima.
El monumento adoptó la forma de un palacete de estilo barroco afrancesado o rococó.
Luis Martín Bodganovich sostiene que la inclusión de la Quinta de Presa dentro del Patrimonio Mundial de la Unesco resultaba indispensable para preservar el valor artístico y arquitectónico de sus ambientes, acabados y estructuras.
“El proyecto de restauración contempla restaurar también el molino y huerta de la quinta. Por allí pasaba el canal de Piedra Liza; por eso, tenía un molino donde se molían granos de trigo. También, se tiene pensado implementar una panadería”, detalla Bodganovich.
Casa Prado
La Casa Prado es uno de los pocos ejemplos de arquitectura virreinal y republicana limeña que permanece prácticamente inalterado desde el siglo XVII. Dentro del inmueble, se conserva la mayoría de sus bienes muebles de la época y una valiosa colección de lienzos de pintura de caballete.
Fue construida en una zona de huertas y áreas libres que abundaban en Lima a finales del siglo XVI. Para la segunda mitad del siglo XIX, la casa tenía el número 94 y 98 de la antigua Calle del Corcovado.
El monumento actualmente está cerrado. Se ubica en el jirón Cusco N°484.
Hospital de San Bartolomé
Fue construido alrededor de 1640 para atender a la población de negros esclavos o sirvientes ‘liberados’ por sus amos, quienes buscaban eludir la responsabilidad de sus cuidados debido a su avanzada edad o incapacidad física.
Bogdanovich relató a El Comercio que, en el siglo XVII, el hospital de San Bartolomé conformó un ‘clúster hospitalario’ junto con los nosocomios de Santa Ana y San Andrés. El inmueble se ubica en el jirón Huanta, (Barrios Altos, y está en un mal estado de conservación.
Su incorporación al Patrimonio mundial también incluye a la manzana completa de la iglesia de Santa Ana, que contiene el edificio del Instituto Materno Perinatal, un valioso ejemplo de arquitectura clásica modernista del siglo XX.
Iglesia y Monasterio de Nuestra Señora del Prado
Con orígenes en inicios del siglo XVII, la iglesia y monasterio del Prado conserva la mayor parte de sus ambientes y contiene una gran cantidad de valiosos bienes muebles, pinturas de caballete, esculturas y objetos artísticos y ornamentales.
Bogdanovich sostuvo que es uno de los pocos y mejor conservados ejemplos de arquitectura monacal limeña de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Asimismo, por su pertenencia al eje del jirón Junín y a la tradicional zona de ‘Cinco Esquinas’, su inclusión permitirá una integración urbana y monumental entre sus distintos elementos.