En Barrios Altos, donde la Municipalidad de Lima hace esfuerzos por recuperar las plazas y devolver espacios públicos a los limeños para departir como vecinos, persisten los lugares donde, pese a la tradición y la historia, pueden más el descuido y la inseguridad que los buenos deseos.
Uno de estos lugares es el cruce de los jirones Junin y Cangallo, a pocos metros del tristemente célebre solar El Buque. Se trata de “la peña horarada” o “piedra del Diablo”, mineral que protagoniza una de las tradiciones de Ricardo Palma. De casi un metro de alto por unos 35 cm. de ancho, la piedra es de color oscuro. Presenta un ligero brillo que, según sus vecinos, se debe a todos los curiosos que, a lo largo de los años, pasan por ahí y la tocan.
Según la tradición de Palma, el agujero que luce en la parte baja lo hizo el Diablo cuando trató de huir de una procesión del Señor de los Milagros. Resulta que, en aquel entonces, la procesión del Nazareno pasaba por la Calle del Suspiro (hoy Jirón Cangallo). El Diablo, que acostumbraba pasear por ahí para tentar a los devotos limeños, se pegó tal susto que quiso huir, sin imaginarse que, por el otro jirón (hoy Junín), también pasaba en procesión la Virgen del Carmen, patrona de Barrios Altos. ¿Por dónde escapar?, habría pensado el demonio. Y no le quedó más remedio que atravesar la roca.
Cuentan los vecinos de mayor edad que, durante muchas gestiones municipales, se ha tratado de retirar la piedra de esta equina porque obstruye el paso. Este aspecto es crítico sobre todo porque la zona es peligrosa de noche, debido a la poca iluminación y al pandillaje. Sin embargo, hasta hoy todas las diligencias al respecto han sido infructuosas.
Aunque hay algunos vecinos de la cuadra que insisten en afirmar que la piedra inspira temor, lo cierto es que hasta graffitis se han pintado en las paredes cercanas, y los arrebatos no cesan en las cuadras cercanas. Todo ello con la piedra como mudo testigo.
Si Ud. está pensando en conocerla, lo más recomendable es hacerlo de día. Por si acaso.