
Luego de que se difundieran nuevas imágenes de supuestos hundimientos en vidrios del Puente de la Paz, también llamado puente Bicentenario, la Municipalidad de Miraflores descartó la existencia de daños estructurales. Fuentes del municipio precisaron que se trataba de “ligeras imperfecciones imperceptibles propias del uso” y que lo que se estaba realizando era un trabajo de prevención y mantenimiento.
El municipio optó por cerrar temporalmente el paso, mientras un equipo técnico realizó labores de inspección y mantenimiento preventivo en la vía. La comuna miraflorina informó que la estructura no presenta roturas ni daños críticos. “No se ha roto nada, eso es falso. Lo que se ve en los videos es parte de un mantenimiento preventivo y una revisión exhaustiva de todo el puente. Se inició el miércoles en la madrugada y se culminó el jueves a las 2 p.m. Se observó que, por el tiempo transcurrido y el uso, algunas siliconas que circundan los vidrios presentaban ligeros agujeros”, expresaron fuentes del municipio.
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“Como parte de los trabajos de mantenimiento realizados, se prefirió retirar esas siliconas y volver a aplicar el sellado en la zona. Estamos hablando de al menos unos diez vidrios donde se realizó este proceso”, agregaron.

Respecto a por qué se volvió a colocar silicona en los vidrios apenas dos meses después de inaugurada la obra, la municipalidad explicó que se detectaron “imperfecciones casi imperceptibles”. “Hay que entender que el puente recibe alrededor de un millón de visitantes. Es una infraestructura que necesita mantenimiento mensual, bimestral, semestral y anual. Por eso se retiraron algunas siliconas, no porque estuvieran deterioradas, sino para reemplazarlas por unas de la más alta y óptima calidad”, señaló.

La comuna recordó que antes de la inauguración se realizaron pruebas de resistencia, en las que cuatro camiones de 15 toneladas cada uno pasaron por el puente para confirmar su seguridad. “No debe haber temor; la gente no se va a caer. Que hagamos mantenimiento no significa que el puente esté roto o deteriorado”, aseguró.
También aclaró que el puente ya se encuentra abierto. “Estaba previsto reabrirlo el jueves a las 8 a. m., pero como no hubo un clima óptimo para el secado de la silicona, finalmente lo abrimos a las 2 de la tarde, únicamente porque el material aún estaba fresco. Nuestro próximo trabajo será la limpieza de los vidrios laterales exteriores”, mencionó.
Luego de que se difundieran imágenes de supuestos hundimientos en vidrios del Puente de la Paz, la Municipalidad de Miraflores descartó la existencia de daños estructurales. Fuentes del municipio precisaron que se trataba de “ligeras imperfecciones imperceptibles propias del uso” pic.twitter.com/oFn9WHUc7U
— Sebastián Ramírez (@chinoperiodista) October 28, 2025
“Insisto, en el video parece haber una imperfección porque la silicona se ve negra y genera un contraste que da la apariencia de un desnivel, pero es un efecto óptico. Lo que hicimos fue retirar la silicona y volver a aplicarla. En ningún momento alguien estuvo en peligro, todo forma parte del mantenimiento”, concluyó.
Opiniones
En una entrevista con El Comercio, Krishan Barr Rosso, magíster en Urban Management por la Technische Universität Berlin e ingeniero civil por la Pontificia Universidad Católica del Perú, explicó que lo observado podría deberse a diversos factores, siendo uno de ellos el sellado defectuoso de la silicona. “Existen otras posibilidades más allá de una falla del adhesivo, como un movimiento particular en la estructura o una dilatación térmica”, mencionó.
A raíz de las denuncias sobre una supuesta ruptura de vidrios en el puente Miraflores–Barranco, El Comercio acudió al lugar de los hechos y constató que se realizaron trabajos que, de acuerdo con la comuna miraflorina, correspondían a labores de mantenimiento. @elcomercio_peru pic.twitter.com/rzMQ81genB
— Sebastián Ramírez (@chinoperiodista) October 24, 2025
“Una causa puede ser un montaje o un control de calidad, así como el uso de una silicona inadecuada por razones de costo o una mala supervisión. Eso genera una adherencia insuficiente. Además, es importante que, al realizar este tipo de pegado, las superficies estén correctamente preparadas, no puede haber polvo ni humedad entre ellas”, añadió.
El experto precisó que los movimientos estructurales y la dilatación térmica, cuando no se prevén adecuadamente, pueden dañar o agrietar la silicona. “Existen puentes más transitados que este, a nivel internacional, en los que no se realizan inspecciones con tanta frecuencia. En este caso se han hecho muchos controles de fraguado, sellantes, etc., pero, por ejemplo, en países como Estados Unidos o China, ese tipo de inspecciones se realizan cada seis meses o cada año”, señaló.
“Respecto a la cifra de alrededor de un millón de personas que cruzan el puente, me parece una estimación algo exagerada. Además, es importante destacar que el problema en el sellado no ha ocurrido sin motivo, puede deberse a que no se realizó un sellado correcto en su momento o a movimientos estructurales que han fatigado los sellos. Esto debió preverse, pero probablemente, por el apuro en la entrega de la obra, no se hizo, lo que impidió una buena adherencia. También es posible que el vidrio esté mal colocado y haya un milímetro que no esté correctamente pegado”, agregó.

Por su parte, el arquitecto urbanista Genaro Alva señaló a El Comercio que existen espacios públicos a los que las personas acuden por la novedad o la impresión que les generan. “Esto ocurre con mayor frecuencia cuando se construye un puente transparente, pues llama naturalmente la atención del público. La municipalidad debió contemplar ese flujo diario de personas. Por ello, argumentar que el daño se debió a la cantidad de gente o al uso no tiene sustento, ya que eso debió preverse desde el diseño estructural”, sostuvo.
“No tiene sentido utilizar el aforo como argumento. En todo caso, es fundamental que las autoridades asuman la responsabilidad de que el diseño atraería ese tipo de flujo. Ya se ha realizado una revisión completa del puente, y se ha determinado que no hay riesgo de ruptura; sin embargo, sí genera una sensación incómoda, e incluso de miedo, en los usuarios. Además, el proceso de entrega de la obra debió contemplar un periodo de observación de hasta un año”, concluyó.
El Comercio recorrió el puente el último viernes y constató que los trabajos de mantenimiento ya habían sido realizados. La Municipalidad recordó que, en mayo de este año, se llevó a cabo una prueba de durabilidad de los vidrios del puente.












