‘Tío Factos’: cómo la burocracia condenó a ícono cultural Guillermo Gutiérrez a una fosa común

Durante los últimos años, el también conocido como ‘Tío Factos’ se destacó como un crítico feroz de la realidad del país y, recientemente, compartió sus ideas a través de un programa de streaming La Roro Network. Allí, además de encontrar un espacio para expresarse, también halló un público joven que se sintió atraído por su peculiar forma de pensar.

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Pocos saben que este hombre, que lucía cabellera blanca y grandes lentes negros, casi tan característicos de él como su joroba al andar, es considerado uno de los fundadores del Movimiento Kloaka, un colectivo cultural, poético y literario de la década de los 80, que también estuvo integrado por Mariela Dreyfus, Roger Santiváñez, Carlos Enrique Polanco, entre otros.

El 5 de abril, ‘Tío Factos’ falleció, pero a pesar de los esfuerzos de sus amigos para poder retirar su cuerpo de la morgue y despedirse de él, las trabas burocráticas impidieron que pudieran hacerlo y su cuerpo habría terminado en una fosa común. En una entrevista con el programa ‘Ocurre Ahora’ de ATV, Rodolfo Ybarra, amigo de Gutiérrez, denunció que varios obstáculos legales habían retrasado el proceso, a pesar de que un familiar del fallecido también intentó hacerse cargo de los trámites sin éxito.

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El pasado viernes 25 de abril, a raíz de la presión mediática, finalmente la Fiscalía de la Nación dispuso que el cuerpo fuera entregado a un familiar lejano, luego de que sus restos fueran colocados en una fosa común, según denunciaron sus amigos en redes sociales.

“Ayer en la mañana nos informaron desde la morgue que Guillermo Gutiérrez Lymha había sido arrojado a la fosa común. Todos los amigos nos movilizamos, presionando en todas las esferas posibles: prensa, radio, TV, políticos conocidos y desconocidos, jueces, fiscales, periodistas, regidores, entre otros. Y por la tarde, la terrible noticia se convirtió en una espera angustiante, el cuerpo había sido retenido. Por la noche, nos avisaron que el fiscal cedió, y que el mismo lunes el cuerpo sería entregado a los familiares”, escribió Ybarra en su perfil de Facebook.

Por otro lado, no solo sus amigos han tenido que lidiar con días de angustia para recuperar los restos de su querido amigo, sino también con delincuentes. Según relató una persona cercana a Gutiérrez, vecinos de Villa El Salvador, el distrito donde vivió, se han organizado para vigilar su hogar, temiendo que sea saqueado por quienes busquen robar libros, discos y otros objetos de valor que pertenecían al fallecido.

La abogada penalista Jackeline López indicó que, tras el fallecimiento de una persona, de inmediato se debe llamar a los familiares directos para ayudar a reconocer la identidad de esta. No obstante, en casos como este, amigos o personas allegadas al occiso pueden acceder al reconocimiento a través de una solicitud que se presenta formalmente al Ministerio Público para su aprobación.

“No debería ser una traba el hecho de que en el caso concreto no se cuente con familiares cercanos, lo van a tener que derivar de manera inmediata a una fosa común. Eso no debió realizarse”, explicó la experta. López resaltó que la fiscalía, en un caso mediático, podría actuar de oficio para hacer más céleres este tipo de trámites.

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Por su parte, el abogado penalista Vladimir Padilla explicó que, si la muerte de una persona ha sido natural, certificada por un médico, se descarta una sospecha criminal. En el caso de un fallecido por accidente, o con la sospecha de que estuvo involucrado en la muerte alguna actividad criminal, se realiza una necropsia. En ese sentido, indicó que si luego de dichos procesos hay personas que reclaman el cadáver, se lo debería entregar, y la otra parte tendría que informar dónde está enterrado.

“Desde mi punto de vista es un capricho fiscal. Si hubiera algún tipo de prohibición, jamás se lo hubieran entregado -el cuerpo- a un familiar. ¿Cuál es el sentido de que lo metas a una fosa común a que sea enterrado con cariño por personas de su entorno? Es un tema de puro criterio”, explicó resaltando que no existe una prohibición de poder entregar los restos de una persona a un familiar lejano o a amistades de un fallecido.