Dos de cada 10 adultos mayores en el Perú es afectado por algún tipo de trastorno mental con variados grados de severidad. Las cifras pueden ser mayores debido a que muchas de estas afecciones no son diagnosticadas o tratadas, por la poca cultura de prevención o porque en definitiva sus síntomas son confundidos o pasan desapercibidos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el aislamiento social y la soledad aquejan a casi la cuarta parte de los adultos mayores. De hecho, ambos son factores de riesgo que desencadenan afecciones de salud mental en etapas avanzadas de la vida. Para el psiquiatra Cristopher Salirrosas, jefe del Departamento de Adultos Mayores del Instituto Nacional de Salud Mental, el sentimiento de soledad puede acompañarse de ansiedad o angustia, donde la persona se siente separada de los demás y presenta conductas de alejamiento, no permitiendo que las redes de apoyo lo rescaten.
“El aislamiento social es la falta de conexiones sociales”, asegura el experto. Esta condición puede causar soledad en algunas personas, mientras que otras pueden sentirse solas sin estar socialmente aisladas.
En el caso de los adultos mayores, esta actitud se da como resultado de las vivencias que experimentan; tales como: abandono del hogar por parte de los hijos, exclusión social, pérdida del cónyuge y otros seres queridos, discapacidad, descenso del nivel socioeconómico como consecuencia de la jubilación y prejuicios sobre la vejez.
“La exposición a la adversidad, la pérdida significativa de la capacidad intrínseca y una disminución de la funcionalidad pueden provocar angustia psicológica”, indica el psicólogo Mateo Carranza. “Los adultos mayores tienen más probabilidades de experimentar eventos adversos como el duelo, una reducción de los ingresos o un menor sentido de propósito con la jubilación. A pesar de sus muchas contribuciones a la sociedad, muchos adultos mayores son objeto de discriminación por motivos de edad, lo que puede afectar gravemente a su salud mental”.
Una población que envejece más rápido
“La población mundial envejece rápidamente”, afirma la OMS. En 2020, señala el organismo, había en el mundo 1.000 millones de personas con 60 años o más. Esa cifra aumentará a 1.400 millones en 2030, lo que representa una de cada seis personas en todo el mundo. Para 2050, el número de personas de 60 años o más se habrá duplicado hasta alcanzar los 2.100 millones. Se prevé que el número de personas de 80 años o más se triplique entre 2020 y 2050, hasta situarse en los 426 millones.
El envejecimiento de la población mundial, advierte Carranza, involucra el incremento de la prevalencia de enfermedades que afectan de salud mental, como la depresión y demencia, en las personas mayores.
“Las afecciones de salud mental en las personas mayores suelen estar infravaloradas e infratratadas, y la estigmatización que rodea a dichas afecciones puede hacer que las personas sean reacias a buscar ayuda”. Además, detalla que de acuerdo a estimaciones de la OMS, a nivel mundial, alrededor de una cuarta parte de las muertes por suicidio (27,2%) se producen en personas de 60 años o más.
El Minsa señaló en 2016 que un 2% de la población adulta mayor puede experimentar Trastorno Depresivo Mayor. Los síntomas incluyen persistentes sentimientos de tristeza, vacío emocional, desesperanza, apatía, insomnio o hipersomnia, retardo psicomotor, aislamiento social y disminución de funciones cognitivas. En el Trastorno Depresivo Persistente (distimia) o “depresión crónica” los síntomas pueden estar presentes por meses y años.
Solo en el 2022, el Instituto Nacional de Salud Mental realizó 4.001 atenciones a los adultos mayores, siendo las patologías atendidas más frecuentes depresión, esquizofrenia, demencia y ansiedad.
El abandono
Carranza indica que existen otras causas que pueden desencadenar en afecciones mentales, como los maltratos del que son víctimas los adultos mayores, que incluye cualquier tipo de abuso físico, verbal, psicológico, sexual o económico, así como el abandono. Según data de la OMS, uno de cada seis adultos mayores sufre malos tratos, a menudo por sus propios cuidadores. El maltrato de los adultos mayores tiene graves consecuencias y puede conducir a la depresión y la ansiedad.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), de acuerdo con las proyecciones de población al año 2023, en Perú había más de 4 millones 598 mil personas mayores de 60 años y al menos 900 mil presentaba algún tipo de trastorno mental. “El abandono es muy frecuente, pero a veces no se materializa en el desentendimiento físico del adulto mayor, sino en el aislamiento de la propia familia incluso viviendo bajo el mismo techo”, señala Carranza.
Estadísticas del INEI detallan que el 39,6% de los hogares del país tenía entre sus miembros al menos una persona de 60 y más años. “Cuántos de ellos le brindan la atención que requiere un adulto mayor, cuántos de ellos son empáticos con sus necesidades y no hablamos como de cosas básica como comida y techo, sino con la urgencia de ser escuchados y acompañados”
“Muchas personas mayores son cuidadoras de cónyuges con afecciones crónicas, como la demencia. Como es natural, los cuidados pueden ser abrumadores y afectar a la salud mental del cuidador también”, agrega el experto.
Algunos adultos mayores corren un mayor riesgo de sufrir depresión y ansiedad, debido a las pésimas condiciones de vida, la mala salud física o la falta de acceso a apoyo y servicios de calidad. Esto incluye a los adultos mayores que viven en entornos humanitarios y a los que padecen enfermedades crónicas (como cardiopatías, cáncer o ictus), afecciones neurológicas (como demencia) o problemas de abuso de sustancias.
Estrategias de atención
El Instituto Nacional de Salud Mental, como parte de las estrategias de intervención para tratamiento, ha implementado un programa de intervención multidisciplinaria para los adultos mayores que sufren de deterioro cognitivo, la cual comprende el abordaje en 6 disciplinas: Consulta médica realizada por el médico psiquiatra, rehabilitación cognitiva realizada por la neuropsicóloga, seguimiento, monitoreo y psicoeducación realizado por la enfermera; abordaje social y familiar realizado por la asistenta social; terapia ocupacional realizada por la terapeuta ocupacional; y terapia física realizado por el terapeuta físico.
Sin embrago, comenta Carranza, desde casa, en el día a día, se pueden hacer pequeñas labores que generan un mejor ambiente de convivencia y ayuda a las personas mayores. “Es importante mantener conversaciones con ellos, preguntarle cómo resolvería un problema, cómo era su niñez o pedirle que cuente historias de sus familiares. No permitir que se desconecte de las conversaciones familiares ni que se aísle”.
Otras ideas que se pueden aplicar: hacer ejercicios en casa, tomar el sol desde la ventana, compartir a través de juegos de mesa sencillos, ver un programa de televisión familiar y comentarlo después, etc. “Hay que mantener las rutinas de aseo y tratar de que duerma en la noche, pues los mayores tienden a tener desórdenes del sueño”
Dónde buscar ayuda
- Para mayor orientación en temas de salud mental puede llamar a la Línea gratuita 113, opción 5 disponible las 24 horas, los 7 días de la semana.
- También puede acercarse a cualquiera de los 276 Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC) a nivel nacional. Estos cuentan con personal especializado en adultos, niñas, niños y adolescentes. Puede conocer los CSMC más cercanos a su domicilio ingresando aquí.
- Además de los Centros de Salud Mental Comunitaria (CSMC), el Minsa tiene 49 Unidades de Hospitalización en Salud Mental y Adicciones en los hospitales generales, 94 Hogares Protegidos para la población con discapacidad psicosocial en abandono familiar y condición de calle.