El Ministerio de la Mujer ha sido denunciado por dejar en desprotección a J, un muchacho de 15 años con retardo leve (Foto: Anthony Niño de Guzmán).
El Ministerio de la Mujer ha sido denunciado por dejar en desprotección a J, un muchacho de 15 años con retardo leve (Foto: Anthony Niño de Guzmán).
/ ANTHONY NINO
María del Carmen Yrigoyen

J nació en la calle. Fue hace quince años, un día que su padre le dio una paliza a su mamá. El parto se adelantó y el bebe nació cuando la mujer enrumbaba a la posta médica.

J dice no saber cómo se llama aquel hombre. Tampoco recuerda cómo es él. Y el vínculo que tiene con su madre se ha ido deshaciendo de a pocos. “Mi mamá nunca me quiso", cree.

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Cuando J tenía 8 años su madre lo dejó en una casa hogar. La mujer trabajaba como empleada y vivía en una situación de pobreza extrema. El niño, que había nacido con un retardo leve (certificado por el hospital Víctor Larco Herrera), demandaba una atención especial.

Recién a los 12, J regresó con ella. La mujer tenía un nuevo conviviente que no demostraba paciencia con el pequeño.

Como ninguno de los adultos ejercía mucha vigilancia sobre él, el niño se podía quedar horas en la calle. Los amigos se lo llevaban. Un día la Policía se percató del abandono en el que vivía y lo entregó al .

Desde entonces el menor ha pasado por cuatro albergues más, de los cuales a veces se escapaba para volver con su mamá. “No me visitaba mucho", explica.

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Pero como en la casa del padrastro no era muy bienvenido, J se vio un día durmiendo en la calle. En los últimos tres años ha sobrevivido vendiendo caramelos en los carros del servicio público, limpiando lunas, lustrando zapatos, mendigando. Ha conocido el alcohol. También la marihuana y el Terokal.

El año pasado volvió con su madre, pero duró pocos meses con ella. "Estaba viviendo en casa de mi padrastro, Johnny, en el asentamiento humano Santa Isabel, en Chorrillos. Pero mi padrastro no me quiere en su casa. Dice que soy un mal ejemplo para mis hermanos porque llegaba con mis ojos rojos. Por eso no me quiere en su casa. Mi mamá no me quiere recibir porque la casa es de mi padrastro”, cuenta.

J no sabe leer. Con mucho esfuerzo puede maniobrar un lápiz para escribir su primer nombre. Mal que bien aprendió a sumar y restar en la calle. Fue cuestión de supervivencia (Foto: Anthony Niño de Guzmán).
J no sabe leer. Con mucho esfuerzo puede maniobrar un lápiz para escribir su primer nombre. Mal que bien aprendió a sumar y restar en la calle. Fue cuestión de supervivencia (Foto: Anthony Niño de Guzmán).
/ ANTHONY NINO

J estuvo a la calle hasta marzo, luego de que se decretara la emergencia sanitaria por el brote de coronavirus. Pasaba hambre y fue a pedir ayuda a un albergue para menores que está ubicado en Pachacámac, Sinergia por la Infancia. Ya había vivido ahí antes. El dueño, Martín Milla, le abrió la puerta y avisó al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables sobre la situación.

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El sector decidió que lo conveniente era que el muchacho fuera alojado en un albergue temporal en Caja de Agua, en San Juan de Lurigancho. El 25 de marzo fue llevado allá. Pero el lunes 4 de mayo, dice el muchacho, un especialista de ese lugar le exigió que se retire.

“A las 5 a.m. me levantó un señor alto con chaleco rojo. Me dio dos atunes, 20 soles, dos manzanas. Luego me dijo que tenía que irme de ese lugar, que esa casa no era para mí. Me amenazó diciéndome que si no me iba del albergue me iban a llevar a la comisaría y de allí me llevarían a Maranguita porque tenía dos denuncias. Luego me dijo que suba al muro que da a la calle y me escape por allí, que sino iba a llamar a la policía. Tuve miedo. Me fui hacia el mar de Chorrillos. Me subí a un bote y me puse a dormir”, recuerda.

Varias noches las pasó ahí, en Agua Dulce, en los botes de los pescadores, junto a otros muchachos en estado de abandono, expuesto a los peligros de la calle y a la pandemia del COVID–19. El 11 de mayo se las ingenió para volver al albergue de Pachacámac. “Fui donde Martín para que me ayude y me pueda quedar en su casa”, dice.

El Ministerio de la Mujer ha sido denunciado por dejar en desprotección a J, un muchacho de 15 años con retardo leve (Foto: Anthony Niño de Guzmán).
El Ministerio de la Mujer ha sido denunciado por dejar en desprotección a J, un muchacho de 15 años con retardo leve (Foto: Anthony Niño de Guzmán).
/ ANTHONY NINO

Milla lo hizo pasar. Luego de que comiera y se aseara, lo llevó a la Unidad de Protección Especial del Mimp en Lima Sur para informar sobre la situación. “Estuvimos desde la 1 de la tarde hasta las 7 de la noche, pero nos negaron la atención. Decían que J estaba inmerso en dos denuncias a nivel policial y que no lo podían albergar”, dice Milla.

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Una denuncia era por hurto. La otra por una pelea con otro muchacho. “La de hurto era una denuncia del 2019 en cuyo caso las autoridades ya habían determinado que no se le podía atribuir responsabilidad a J y lo enviaron con su madre. La otra sigue en investigación. Pero el Mimp insiste en que no puede albergarlo porque hay denuncias en su contra, sin tener en cuenta la presunción de inocencia ni los convenios internacionales de justicia ni los derechos del niño”, se queja el hombre.

Entonces Milla fue a sentar una denuncia a la Comisaría de Mateo Pumacahua, en San Juan de Miraflores. Llegó la Fiscalía. La representante del Ministerio Público llamó a la encargada de la Unidad de Protección Especial de Lima Sur, Noemi Vásquez, quien se negó a ayudar al niño. Todo quedó en actas.

Mientras se resuelve su situación, J se ha quedado en Pachacámac.

Este Diario solicitó al sector el descargo correspondiente. Pero pasadas más de 24 horas no hubo un pronunciamiento.

ACTUALIZACIÓN:

María del Carmen Santiago, jefa de la Dirección de Niños, Niñas y Adolescentes del Mimp aseguró que se le brindará la protección necesaria al adolescente. “Ya hemos iniciado las investigaciones del caso para saber qué pasó en el centro de atención residencial”, dijo en entrevista con RPP.

La funcionaria negó que se le hubiera privado de protección al menor. Insistió en que se estaba esperando que este pase por una prueba para descartar el contagio por COVID–14 antes de ingresarlo a un albergue, cosa que no ha sucedido desde el lunes, cuando Martín Milla llevó a J ante la Dirección de Protección Especial de Lima Sur.

Mientras brindaba estas declaraciones, la fiscal de Familia Violeta Gómez llamó al programa radial para hacer una aclaración. “Lo que dice la directora no se ajusta a la realidad”, dijo.

Siendo las 3:16 p.m. del jueves 14 de mayo, el muchacho sigue en el albergue de Pachacámac sin pasar el examen.

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