El excongresista Jaime Delgado denunció a través de sus redes sociales que la cebolla china, entre otras frutas y verduras, que llegaban hasta los mercados presentaba unas extrañas manchas azules. “Mandamos a analizar el producto y se halló la presencia de alta concentración de pesticidas que no son aceptados por los estándares nacionales ni internacionales. No son aptos para el consumo humano”, advirtió.
El Comercio recorrió mercados de la capital y comprobó que estas manchas se encuentran en varios vegetales y hortalizas, y son vendidos sin informar a los compradores. En muchos de los casos, ni los compradores conocer de qué se trata.
El ingeniero Luis Gomero, presidente del Consorcio Agroecológico Peruano, advirtió que estas manchas se deberían a residuos de pesticidas aplicados hasta un día antes de la cosecha, lo que está prohibido debido a que, por obligación, hay un periodo de carencia entre la última vez que se rocían los productos agroquímicos y la recolección de las frutas y vegetales antes de su llegada a los mercados.
“El periodo de carencia varía según cada fruta, vegetal u hortaliza. Pueden ser días, una semana o dos, pero esto no se cumple. En un recorrido realizado días atrás encontré parcelas de tomate listos para cosechar, pero totalmente manchados con químicos”, alertó.
Gomero explicó que, a diferencia del control que realiza el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa) con los productos de exportación, los cuales son sometidos a continuos monitoreos para descartar residuos químicos, el mercado interno no se fiscaliza con la misma rigurosidad. “Muchas de las verduras que van a los centros de abastos nacionales, como el caso de la cebolla china con manchas azules, no pasarían controles internacionales”, dijo.
Descontrol
El último reporte del Senasa, publicado en abril de este año, analizó 3.762 muestras de alimentos recolectadas en 24 regiones del país y arrojó que el 26.5% de las muestras rebasaban los niveles permitidos de contaminantes químicos.
Entre los contaminantes químicos hallados en el último reporte se identificaron tres plaguicidas prohibidos en nuestro país por su alta toxicidad: metamidofos, monocrotofos y clordecona.
Sin embargo, el biólogo Germán Correa, docente de la Universidad Nacional Amazónica de Madre de Dios, elaboró un informe, publicado en abril de este año, sobre el uso de plaguicidas no autorizados en alimentos agrícolas primarios. Para ello, utilizó los informes de monitoreos publicados del Senasa, entre los años 2011 y 2018.
“En el informe observamos que durante esos años se han usado casi 20 plaguicidas no autorizados en diferentes cultivos como limón, tomates, naranjas y otras frutas y verduras. No existe un control que obligue a los agricultores a no usar esos productos que afectan al sistema endocrino de las personas, así como funciones renales y hepáticas”, explicó Correa.
El especialista además resaltó que no utilizaron la data de los años 2019 y 2020 debido a que no se han presentado “datos exactos” de los análisis realizados.
Gomero manifestó que, junto a Delgado, enviaron la muestra de la cebolla china recolectada al laboratorio Ceimic y los resultados arrojaron hasta seis productos agroquímicos que superaban los límites máximos permitidos. “Se detectó la presencia del mancozeb, un disruptor endocrino que afecta el balance hormonal de las personas, y neonicotienoides, un producto vetado por la Unión Europea debido a que es nocivo para las abejas polinizadoras”, precisó.
Entre los químicos hallados también se reportaron azoxystribina, ditiocarbomatos, clotianidina, ciproconazol, difenoconazol y profenofos. Estos cuatro últimos son ingredientes activos de grado técnico moderadamente peligrosos (clase II), según la clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de los plaguicidas por el peligro que presentan.
Fiscalización
Jenny Malpartida, especialista de la subdirección de insumos agrícolas del Senasa, explicó que los productos agroquímicos, como plaguicidas y fungicidas, son usados para eliminar las plagas y hongos que amenazan los cultivos.
“Cuando un producto nuevo quiere ingresar debe realizar un ensayo de campo que precise la plaga, dosis, límites máximos permitidos, tiempo de carencia y el tipo de cultivo. Nosotros supervisamos, evaluamos los ensayos y establecemos el cuadro de uso de cada plaguicida”, explicó Malpartida.
No obstante, aceptó que existe una mala praxis por parte de los agricultores que, en muchos casos, no respetan las dosis de aplicación de los agroquímicos, incluso algunos prohibidos en el país que ingresan por contrabando a nuestro territorio y son comercializados.
“Si bien nosotros fiscalización en los locales comerciales donde venden los productos agroquímicos, no hay una entidad encargada de fiscalizar en el campo de cultivo. Es imposible poder ir a cada parcela. Para ello está la fiscalización en los mercados que debe hacer cada gobierno local para evitar que sean comercializados productos con residuos”, acotó.
Malpartida precisó que una fruta o vegetal con residuos químicos debe ser descartado porque el lavado no garantiza que se eliminen los restos, ya que hay productos que pueden llegar hasta los tejidos de los vegetales.
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