Era 1872. El presidente del Perú era José Balta, aunque sería asesinado ese mismo año. Caballos y carrozas recorrían caminos apenas afirmados. Las murallas de Lima tenían poco tiempo de haber sido derrumbadas para dar lugar a un amplio espacio cultural, social y de esparcimiento. El Palacio de la Exposición se construyó aquel año como parte de las celebraciones por el 50 aniversario de nuestra independencia, cuyo evento central era la Exposición Internacional de aquel año. Visitantes nacionales e internacionales pudieron ver allí una incalculable cantidad y variedad de tesoros artísticos e históricos. Desde 1959, el palacio alberga al Museo de Arte de Lima (MALI). Hoy, que estamos a puertas del Bicentenario, el proyecto de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) que involucra al Metro de Lima podría convertirse en una seria amenaza para su subsistencia.
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Es de dominio público que la estación central del proyecto de la línea 2 del Metro de Lima estará en una ubicación próxima a la esquina de Garcilaso de la Vega con Paseo Colón, a pocos pasos del MALI. Lo que pocos saben es que, según los mapas entregados por la ATU al MALI, esta estación podría terminar apareciendo en pleno museo, según afirma José Antonio Ríos, gerente general del MALI, quien cuenta que fue en julio cuando se reunieron por primera vez –vía zoom– con la autoridad de transporte y, desde un principio, le mostraron su disconformidad por el riesgo que el proyecto significaba para el museo, su ambiente exterior más cercano y las valiosas piezas artísticas que guarda.
“Ellos nos enseñaron unos planos en los que la estación se ubicaba a solo 4 metros de la fachada del museo. Entonces, tratándose de una excavación subterránea de 20 o 25 metros, nosotros le dijimos en esa reunión que, primero, iba a haber un serio problema con el flujo de personas. Los 50 mil que, según la misma ATU, transitan en hora punta, más los miles que visitan o llevan cursos en el museo. Segundo, que al ser un edificio construido en 1872, situarlo a solo 4 metros de una excavación de al menos 25 metros hace que corra un riesgo altísimo de caerse”, nos dice Ríos.
El MALI ha solicitado que la estación pueda hacerse más pegada a la esquina de Garcilaso de la Vega y Paseo Colón, con sentido de salida hacia Garcilaso, para que el impacto sobre el museo sea el menor posible. Tras el primer pedido de rectificación de la información que les fue proporcionada en un principio, y que el MALI evaluó incompleta, la ATU envió lo mismo, sin correcciones de ningún tipo, según aclara Ríos. “En un plano se mostraba que la salida estaba a 4 metros, pero en otro plano la salida no estaba a 4 metros, sino dentro del edificio del MALI –nos dice Ríos, con preocupación–. Les pedimos información técnica, memorias, estudios de mitigación de riesgos, estudios de estructuras, todo. Al mismo tiempo les dijimos que era un contrasentido que consideren ese diseño porque pone en riesgo este edifico que es Patrimonio Cultural de la Nación desde 1973. Y, además, les reiteramos el pedido de una visita con el concesionario para que vean en vivo lo que significaba este diseño. Nos dijeron ‘ok, vamos a ver’. Pero nunca nos respondieron la carta".
Más problemas
Tras una segunda carta, el Museo contrató los servicios de un grupo de ingenieros, dirigidos por Carlos Casabonne, a quien consideran uno de los principales estructuralistas del país, para que los ayude a hacer una evaluación técnica del posible impacto de las obras y así poder argumentar técnicamente cuáles eran los riesgos que corría el museo. “Sin la información completa, que no nos brinda ATU, eso es imposible”, afirma el gerente del MALI.
Pero ese no sería el único de los problemas. Hace cerca de dos semanas, el Servicio de Parques de Lima (Serpar) le comunicó al MALI que la ATU había cursado un oficio comunicando que tomaban en administración una franja de terreno que va desde Paseo de la República hasta el límite del parque que da hacia Garcilaso de la Vega, atravesando el parque delante de la fachada del museo, informa Ríos.
“Nosotros supimos que ellos tienen la intención de poner una tubería de desagüe o una acequia subterránea de unos cuatro metros de ancho. Estas tuberías tendrían, además, unos respiraderos o ventilas para que salgan los gases del desagüe. Todo esto, en el terreno adyacente al MALI. Obviamente, con los olores fétidos y contaminación que esto traería, se haría inviable el funcionamiento del MALI y de los muchos cursos que se les brindan a más de 25 mil alumnos", agregó el gerente.
Ante esta situación, el museo decidió enviar una demanda de habeas data ante el Tribunal Constitucional contra la ATU. “Ellos manifiestan que sí nos han dado la información y que no habrá ningún impacto. Y no es así. Todos estamos a favor de la modernización de la ciudad y de un transporte más eficiente, pero eso no implica que la ATU considere que un edificio histórico es una interferencia. Una interferencia es una tubería, una subestación eléctrica, un poste, pero un edifico histórico no lo es”, indica Ríos.dAgrega que también habrían propuesto demoler dos aulas que existen al lado del Museo, donde muchos jóvenes llevan cursos de diversas expresiones artísticas. Además, en uno de los planos, una escalera del Metro aparecería también dentro del área del MALI. “Es un contrasentido que un parque público en el que debería tener lugar una de las principales exposiciones del Bicentenario, en julio del 2021, vea perjudicados los esfuerzos que estamos haciendo por ponerlo en valor".
Aparentemente no han pensado que puede caerse el Museo y sí podría pasar. Deberíamos estar sentándonos a conversar para encontrar una solución técnicamente viable para todos. Esta zona del Centro Histórico es una que debemos preservar.
El representante del MALI comparte con nosotros un temor final: “El museo tiene más de 19 mil obras que representan 3 mil años de arte, desde la época preinca hasta la actualidad. No podemos poner en riesgo el patrimonio que es de todos los peruanos".
Respuesta de la ATU
José Antonio Ríos, gerente general del MALI, informó al cierre de esta nota que recibieron, finalmente, una respuesta de la ATU sobre el tema, aunque asegura que no contiene la información solicitada, sino que la ATU insiste en que se reunirán con los representantes del MALI una vez hechos los estudios definitivos de ingeniería. Para las autoridades del museo, sin embargo, la reunión debería darse antes de que se concreten planos finales de la obra. La ATU ha asegurado, por su lado, según Ríos, que en otras ciudades del mundo se han hecho obras similares y que el concesionario a cargo tiene experiencia. “Pero cada ciudad es un ejemplo distinto; Lima es, además, sísmica”, nos dice Ríos.
Por otro lado, es importante recordar lo ocurrido en Colonia, Alemania, el 2009, cuando las obras de ampliación del metro de dicha ciudad provocaron el derrumbe del edificio de su Archivo Histórico que cobró, además, dos víctimas.
Este medio intentó comunicarse en varias oportunidades con el área de prensa de la ATU para recoger su versión, pero no recibió respuesta.
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