La quietud y la calma le perturban. Por eso Vanessa Saba (Lima, 1975) siempre está en movimiento, experimentando, desafiando sus propios límites. Sus padres creían que sería música, pero estudió publicidad y exploró la psicología y los certámenes de belleza antes de involucrarse en la actuación y, ahora, en la escritura. “Escribir me ha permitido volcar mis pensamientos en un escenario distinto, sacarlos de mi cabeza era lo que necesitaba hacer y no me daba cuenta”, comenta. La artista debuta en la literatura con “La calle inclinada”, un libro que reúne cuatro cuentos en los que explora la condición de la mujer y alberga sentimientos de alegría, tristeza, desesperanza y miedo.
“Empecé escribiendo crónicas y cuentos en el 2006, en Mujeres buscando un lugar, un blog que tuve hace algún tiempo. El 2021 me animé a presentarlos a Planeta, les gustó, eligieron dos, y me pidieron que escriba dos más. El año pasado escribí los dos que faltaban. Adopté el gusto por escribir de mi padre, quien es un devorador de libros”, narra la artista nacional.
Una anciana cuyo mayor orgullo es tener una memoria prodigiosa, una joven solitaria que intenta encontrar su lugar en el mundo, una mujer que sufre migrañas a causa del parpadeo de un poste de luz y una viuda amante de los animales que se instala en la campiña para darse una segunda oportunidad. Cuatro historias de ficción con personajes femeninos multidimensionales y complejos integran esta entrega personal de la protagonista de largometrajes como “Un día sin sexo” y “El vientre”.
“La calle inclinada” es una publicación de Editorial Planeta. Este domingo, 2 de abril, Vanessa tendrá una firma de libro en la librería Crisol del Óvalo Gutiérrez, Miraflores.
─¿Qué te motivó a escribir un libro?
Necesitaba escribir porque soy muy introvertida y volcar mis pensamientos en alguna parte es una buena opción para sacar de la cabeza todo lo que tengo.
─Alguna vez comentaste que eres una actriz que necesita de impulsos verdaderos porque no eres tan buena mentirosa para la actuación. ¿También utilizaste esos impulsos para “La calle inclinada”?
Es posible porque estas historias surgen de algo que está dentro de uno, de lo que uno vive, y aunque muchas de las cosas que escribes son por encargo y supervisadas, siempre hay algo verdadero. No es autobiográfico, pero todo en este libro está bien conectado con lo que he vivido.
─¿Aquella joven solitaria que intenta encontrar su lugar en el mundo tiene alguna conexión contigo?
Posiblemente ese personaje es el más cercano a mí, tiene que ver mucho conmigo, con algo que viví cuando tenía como 30 años: me mudé a Santiago de Chile por el amor de un chico peruano que vivía allá. Lo conocí durante una visita familiar. Me pasó como al personaje, estaba enamorada, pero no me encontraba. La señora costurera que vivía en el segundo piso, sobre una panadería, también pertenece a mis recuerdos. Era una amiga de mi mamá.
─¿Y el señor que se suicida por una traición también está inspirado en algún conocido?
Ese personaje lo cree porque me encantan los personajes de fracasados, los que nunca lograron lo que se propusieron. Posiblemente tengo un tema personal, una fijación con el tema de no fracasar, de no ser así.
─¿Qué encontraste en la literatura?
Encontré una nueva pasión y descubrí que estoy cada vez más interesada en escribir. Cada vez pienso más en crear historias desde la narración.
─¿La actuación quedó relegada?
No pienso dejar la actuación, pero esto está jalándome bastante. Encontré una nueva posibilidad de desarrollo personal, una nueva forma de expresión artística para mí. Ojalá pueda continuar con esto muchos años más.
─¿Este era el libro que querías escribir o, como les pasa a muchos escritores, tomó un cauce inesperado?
De hecho yo lo quería así. Lo único que cambió fue el título. Pensaba que se podía llamar “Mujeres buscando un lugar”, como el blog que tenía, porque las protagonistas son mujeres que están buscando su lugar en el mundo, aunque no sea en este mundo. Pero al editor le pareció que “La calle inclinada” era un título más sugerente, un espacio para la especulación y la imaginación.
─¿Cómo crees que la gente reciba tu libro?
Como me pasa a mí cuando leo un libro que me gusta: me meto en este y no quiero dejar de leerlo. Me gustaría que quieran a los personajes, que les agarren cariño mientras van leyendo, y se vean identificados o reflejados.
─“Escondo mis espinas y mis deformidades. Las maquillo, las someto, las censuro, las disfrazo, las destierro, las expulso...”. ¿Este texto es personal, tiene que ver con tus sentimientos?
Esa es la frase más personal del libro porque habla de mis defectos, de las cosas que no me gustan y que están con uno permanentemente. A diferencia de la actuación este proceso es más intuitivo, menos racional, libre. La libertad en el arte me encanta porque siento que muchas veces he sido restringida, y esto me ayuda a liberar.
─¿Es verdad que piensas llevar las historias de tu libro a la pantalla grande?
Es una idea que se me cruzó por la cabeza, pero no hay nada concreto. No fueron escritas pensando en eso, pero si alguien siente que se pueden guionizar, ya sea mi esposo (Frank Pérez Garland) u otro director o productor, bienvenido sea.
─¿Qué tal la experiencia de grabar “Travesuras de la niña mala” para Vix+?
Fue muy bonito, hubo una química muy linda sobre todo por la historia. Me encantan los libros de Mario Vargas Llosa, con quien tuve la oportunidad de trabajar. Mi personaje (Alberta) solo aparece en la primera temporada.
─¿Tienes proyectos de actuación?
Justamente ahora que vine a Lima para la presentación de mi libro, aprovecharé para grabar unas escenas de una película. No puedo dar detalles de esta producción porque no tengo autorización.
─¿Cómo llevas tu vida en México?
Estamos escribiendo, trabajando. Vivo con mi esposo y mi perrito, quien pensé que no se adaptaría rápido, por suerte me equivoqué. Está muy contento. Y a través de las redes sociales mantengo contacto con la gente, intercambiamos ideas y muchas veces meto a discutir.
─¿Como pasó cuando respondiste a un detractor que criticó un comentario tuyo sobre la película “Retablo”?
Dije una grosería liberadora. Lamentablemente, mucha gente piensa que la libertad de expresión radica en insultar o difamar cuando quieras. Si vas a decir algo sobre alguien presenta pruebas porque puedes arruinarle la vida por gusto. Las redes deben servir para generar conversación, exponer ideas, pero no para hacer daño, hay que saberlas manejar.
─¿Cómo manejaste las acusaciones de acoso contra tu esposo generadas en redes?
Ese fue un tema netamente de redes, de gente sin nombre diciendo cosas, no hubo una denuncia penal. Hay un tema con la posverdad que está ligado a las redes sociales, que es creer lo que quieras sin importar las pruebas ni las explicaciones. Esta es una razón por la que no quiero profundizar en el tema. ¿Para convencer a quién? No necesitamos convencer a nadie porque sabemos quiénes somos, lo que hemos hecho mal y lo que no.
─¿Fue una experiencia aleccionadora?
Ha sido una lección interesante de vida, muy provechosa. Nosotros estamos mejor que nunca, creando, haciendo guiones, con muchos proyectos y metas. Estamos cumpliendo un sueño.