Santiago Aspericueta Reyes, músico fundador de Caribeños de Guadalupe, secundado de sus hijos 'Chanta' y Fernando, quienes tomaron la posta del legado musical. (Foto: archivo de la familia Aspericueta)
Santiago Aspericueta Reyes, músico fundador de Caribeños de Guadalupe, secundado de sus hijos 'Chanta' y Fernando, quienes tomaron la posta del legado musical. (Foto: archivo de la familia Aspericueta)
Sonia del Águila

Hace 50 años, en agosto de 1971, en plena dictadura militar de Juan Velasco Alvarado, en tiempos en que se limitaba numerosas manifestaciones artísticas, como la música, Santiago Aspericueta Reyes emprendió en su natal Guadalupe, el proyecto más importante de su vida: crear su propia agrupación musical. Virtuoso con la trompeta y la guitarra se unió a talentos musicales de la zona y bajo el nombre de Ritmo Boys, que con los años pasaría a llamarse , inició la conquista del norte del Perú.

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La agrupación norteña comenzó animando eventos sociales en la provincia de Pacasmayo, La Libertad. Aspericueta Reyes, además de tener a su cargo la dirección, tocaba la trompeta; Óscar Balcazar, la batería; Ruperto y Miguel León, la primera guitarra y teclados respectivamente. José Pacherre y Roberto Gálvez ponían las voces.

Imagen de los años 70, en uno de sus primeros shows bailables. (Foto: archivo personal de los Aspericueta)
Imagen de los años 70, en uno de sus primeros shows bailables. (Foto: archivo personal de los Aspericueta)

La versatilidad de su repertorio, que incluía cumbia, salsa, ritmos caribeños y rock, le dio al grupo la posibilidad de abarcar diversos mercados, aunque ese no era precisamente el objetivo que perseguía. Incluyó en su set list un rock clásico de gran envergadura: “Silly Love songs” de Paul McCartney.

En 1974, la agrupación enfrentó cambios notables. Pasó a llamarse Caribeños de Guadalupe y priorizó la cumbia con miras a abrirse camino en la capital. Santiago Aspericueta Cabanillas, hijo del fundador de la orquesta y actual gerente general, recuerda que el camino que emprendió su padre para conquistar Lima, en una época en la que imperaba la cumbia costeña, fue duro.

Mi mamá vendía ropa y gran parte de lo que ganaba lo invertía en comprar equipos e instrumentos para el grupo, fue una pieza clave”, apunta con orgullo Aspericueta Cabanillas.

Durante los ensayos de Caribeños, en el hogar de los Aspericueta, los hermanos Santiago y Fernando tuvieron su primer acercamiento con la música. “Empecé tocando bajo y mi hermano teclados. En ese entonces tenía 16 años, mi padre nos puso un profesor de música, tomábamos clases después del colegio”, recuerda el empresario.

Don Santiago en primer plano haciendo gala de todo su talento artístico con su fiel compañera de metal. (Foto: archivo familiar de los Aspericueta)
Don Santiago en primer plano haciendo gala de todo su talento artístico con su fiel compañera de metal. (Foto: archivo familiar de los Aspericueta)

Cambios

Al llegar el nuevo siglo, el fundador de Caribeños de Guadalupe decide dejar la administración y el liderazgo a sus hijos Santiago ‘Chanta’ y Fernando ‘Nando’, por problemas de salud. Fallece en 2002 por complicaciones de la diabetes que padecía.

Don Santiago, músico fundador de Caribeños, secundado de sus hijos Chanta y Fernando, quienes tomaron la posta del legado musical. (Foto: archivo familiar de la familia Aspericueta)
Don Santiago, músico fundador de Caribeños, secundado de sus hijos Chanta y Fernando, quienes tomaron la posta del legado musical. (Foto: archivo familiar de la familia Aspericueta)

Pese a la irreparable pérdida, la agrupación siguió imparable. Apenas llegó a Lima, consiguió un contrato para telonear a Agua Marina en el Súper Complejo de la Panamericana Norte. Aquel era un sueño hecho realidad para los músicos guadalupeños. “Tenía 23 años, recuerdo que don Teófilo Quiroga (fundador de Agua Marina) me felicitó, me dijo que teníamos un gran futuro, que podíamos llegar lejos. Y así fue”, señala el músico.

En 2003, Caribeños de Guadalupe graba “Mentirosa”, su primer disco de estudio, del cual se desprende el éxito “El solitario”. “Con este disco entramos a radio Inca, de a pocos comenzamos a impactar, a conquistar al público con temas como “Ilusión de amor”, “En mil pedazos”, “Volverte a amar””. Luego llegaron “Se acabó la farsa” y “Mil noches”, y no paramos”, añade.

Muerte y dolor

El 1 de enero de 2004, la tragedia ensombreció a la agrupación norteña. Iban camino a Jaen, después de ofrecer un concierto en el club Gema de Casa Grande (La Libertad), cuando el automóvil que los trasladaba chocó con una camioneta. Producto del accidente de tránsito, el promotor y el chofer perdieron la vida, además del vocalista, Edwin Alcántara, y un trompetista.

“Fue una experiencia terrible, antes de que el carro diera vueltas de campana, la Virgen de Guadalupe se me presentó, se puso frente a mí. Los médicos me dijeron que el impacto que sufrí fue tan fuerte que era un milagro que no haya muerto desnucado. Ella me salvó”, narra Aspericueta

Por la popular orquesta norteña que celebra 50 años de vida artística, han pasado reconocidos cantantes, como Tommy Portugal, Esaud Suárez, Darwin Torres y Josimar Fidel.

De aniversario

Este 23 de octubre, Caribeños de Guadalupe se presentó en el Jockey Club de Lima con sus nuevas voces: Edu Baluarte y José Henríquez. El 24 de octubre estuvo en Arequipa y el 29 ofrecerá un espectáculo en Lima, el 30 en Guadalupe, el 31 en Trujillo, y finalmente cierra su periplo el 1 de noviembre en Ayacucho.

Grupo Caribeños de Guadalupe con su nueva y última generación de cantantes, incluidos José Henríquez y Edu Baluarte. (Foto: difusión / Caribeños de Guadalupe)
Grupo Caribeños de Guadalupe con su nueva y última generación de cantantes, incluidos José Henríquez y Edu Baluarte. (Foto: difusión / Caribeños de Guadalupe)

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