— ¿Qué le ha permitido ganar a Donald Trump las elecciones en Estados Unidos?
Hay un sector de la sociedad estadounidense que solía ser base electoral de los demócratas: trabajadores blancos de mediana edad con bajo nivel de educación formal, sin educación superior, a algunos de los cuales realmente les iba mal en la vida. Esa gente fue abandonada por los demócratas. Sienten que gente con título profesional de las élites demócratas los ve por sobre el hombro, y es difícil medir el daño que causó. No hay duda de que Biden diciendo en la etapa final de la campaña que los seguidores de Trump eran basura alimentó ese resentimiento contra las élites.
— ¿Kamala Harris hizo una buena campaña?
No estaba preparada para ser candidata. Entra en contienda cuando Biden decide renunciar muy tarde. Lo suyo ha sido una campaña precipitada. Lo que yo pensé que la iba a ayudar era el entusiasmo que su candidatura causó entre los jóvenes, y en particular entre mujeres jóvenes. Lo que nadie previó fue la asistencia de grupos que nunca habían salido antes a votar.
— ¿Y por qué Michelle Obama no participó como candidata siendo mejor política?
Si bien las encuestas indican que Michelle Obama era la candidata demócrata con mayor posibilidad de éxito, también habría que decir que ella nunca ha tenido que hacer campaña electoral. Es una buena oradora y tiene a su esposo que fue presidente dos veces y probablemente la habría asesorado de cerca, pero no sabemos qué tan bien le hubiera ido en una campaña porque no hay precedente en su caso.
— ¿Cuánto cree que impactó el intento de asesinato en el voto a Trump? Él apeló a que Dios le dio una oportunidad más...
Rara vez un hecho aislado mueve la intención de voto más de dos puntos. Ayudó a Trump, pero poco, además el efecto no necesariamente perdura a lo largo de la campaña. No creo que haya ganado por eso. Un tocayo mío, un periodista que me parece muy bueno, Farid Zakaria, dijo que probablemente lo que mejor define a Trump era una foto de él sentado en su avión particular comiendo Kentucky Fried Chicken. Come lo que come el ciudadano medio, el hombre de la calle.
— Y después de la frase desastrosa de Biden sobre la basura, Trump se trepa a un camión de basura y lo maneja como diciendo que no tiene problema en ser el chofer de estos camiones.
Todo eso demuestra que Biden hubiera sido desastroso como candidato. Biden no sabía lo que decía. Ya está con problemas cognitivos serios y la prueba es que pueda decir algo tan estúpido. Trump ha dicho cosas peores de sus rivales, pero tiene el efecto teflón que no tienen los demócratas. Eso es precisamente lo que hace que esa gente vote por alguien como Trump. El hecho de sentirse sistemáticamente menospreciado y ninguneado por una élite autocomplaciente.
— De esa élite le quería hablar. ¿Cuánto ha influido esta sensación de que siempre se suben en el trono de la superioridad moral y le dicen a la gente el grave error que están a punto de cometer? Pienso en todos los actores y grandes figuras del entretenimiento que en los últimos días dieron su respaldo a Harris.
Bueno, precisamente por eso. Mientras más chocante fuera lo que dijeran sobre Trump, más apoyo le daban. Es este sentimiento que en EE.UU. llaman ‘antiwoke’. Un comediante británico decía: si a la gente le dices constantemente lo estúpida que es por opinar como opina y por pretender votar por alguien como Trump, qué crees que harán cuando estén solos en el centro de votación. Van a votar por Trump. Ese es un factor.
— Para los demócratas como que viene el fin del mundo, el inicio del autoritarismo global. ¿Es el acabose el triunfo de Trump?
Los optimistas dirían: “Mira, su primer gobierno, con todos sus bemoles, no fue el desastre que muchos preveían”. Creo que es una exageración de sus enemigos. Trump intentó permanecer en el gobierno habiendo perdido la elección y fomentó una marcha que terminó siendo violenta, pero las instituciones funcionaron. Igualmente es cierto que en otros aspectos no se cumplieron las peores previsiones. Algo que se puede atribuir positivamente a Trump es que no inició ninguna gran guerra.
— Pero ahora encontrará guerras en curso.
Ahora recién vamos a saber cómo reacciona ante ese tipo de situaciones que no tuvo que enfrentar la primera vez. Su desempeño económico fue bueno, salvo por la etapa de la pandemia, que fue malo para todos. Pero él recibió una economía que va bien, como la va a recibir ahora, salvo por el tema de la deuda pública. Tercero, había lo que en inglés llaman ‘adults in the room’. Tenía gente como John Kelly, su jefe de Gabinete, o el primer secretario de Estado, Rex Tillerson. Gente con criterio responsable.
— Ninguna de esas personas ha apoyado esta candidatura.
La mitad de quienes fueron sus ministros más cercanos no lo apoyó. Quizá no estén ahora con él, pero ya nombró a tres miembros de la Corte Suprema. Los republicanos han nominado a seis en total. Parece que se retiran dos más. Los nominaría Trump, que tendrá mayoría en el Senado. Esto es una hipótesis, pero las instituciones que funcionaron como contrapesos en la primera gestión, probablemente, no funcionen con la misma eficacia esta vez.
— ¿Trump va a tener más poder?
Creo que Trump va a tener más poder, y eso no es necesariamente bueno.
— ¿Y el primer ministro israelí Netanyahu? Ha estado feliz con el triunfo...
Claro que sí, por las cosas que dijo Trump. Netanyahu es un ingrato, porque los demócratas le han dado todo lo que pidió. Le han dado casi US$15.000 millones adicionales desde el 7 de octubre del año pasado. Además, EE.UU. ha enviado fuerzas militares, equipamiento para interceptar misiles dirigidos contra Israel. Pero los demócratas también le han dicho que tiene que permitir que ingrese más ayuda humanitaria a Gaza, y que si no, podrían reducir la ayuda militar.
— A veces siento que lo que está pasando en Palestina es un holocausto moderno que nadie quiere ver o discutir, y mientras tanto los niños siguen muriendo...
Cuando empezó la guerra de Ucrania, las potencias occidentales escarmentaban a países como el nuestro porque nos limitábamos a criticar en foros internacionales lo hecho por Rusia, pero sin tomar medidas económicas contra Moscú. Ahora la hipocresía de las potencias occidentales se plasma en toda su dimensión porque esto es peor. Yo creo que es un genocidio.
— ¿Trump podría buscar un cierre pacífico al conflicto o echará más gasolina?
En su primer gobierno, Trump reconoce la anexión israelí de las alturas del Golán con una violación flagrante del derecho internacional; es el mismo principio que viola Putin en Ucrania: es inadmisible adquirir territorios por medio de la guerra. Segundo, traslada la Embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén. Hoy ha dicho que Israel debe acabar el trabajo, lo cual suena ominoso dado el tipo de trabajo que está haciendo. Ha dicho que estaría de acuerdo con que Israel ataque el programa nuclear iraní, lo cual puede terminar convirtiendo la región en un polvorín. Nuevamente, como en el primer gobierno, puede que alguna de las cosas que dice no las haga, pero tener que confiar en que no cumplirá su palabra es un flaco consuelo.
— ¿Qué pasará con Trump y Putin?
Dijo más de una vez que el conflicto se resolvería en un día si él es elegido. ¿Bajo qué circunstancias un conflicto como ese puede acabar en un plazo perentorio?
— Solo si conviertes el statu quo en la solución final.
Única y exclusivamente si condonas la anexión de casi 20% del territorio de Ucrania por Rusia.
— Zelenski no lo va a permitir.
En honor a la verdad, ya había un agotamiento con la ayuda a Ucrania y hay la convicción de que Ucrania va a tener que negociar y conceder territorios. Pero si tú dices que se resuelve todo en un día, ni siquiera le vas a dar esa oportunidad de llegar a la mesa de negociaciones con una mejor posición.
— ¿Y China?
En honor a la verdad, ahí no era tan grande la diferencia. Los dos partidos han apostado a confrontar a China que tiene prácticas comerciales anticompetitivas. La única diferencia que yo esperaría es cómo afronte Trump el conflicto comercial con China. Que lo va a enfrentar, lo va a enfrentar. La diferencia es en qué medida cuenta con sus aliados para enfrentar.
— ¿Y cómo será la relación con América Latina? Milei es el más feliz.
Milei debería recordar que Trump está hablando del 20% de arancel a todas las importaciones. Eso va a afectar a Argentina si lo cumple. Trump ya sancionó un gobierno argentino en su primera gestión: aplicó aranceles punitivos contra las importaciones argentinas de acero y aluminio.
— Pero ese era un gobierno distinto, era el kirchnerismo.
Sí, era Alberto Fernández, pero aplicó iguales sanciones al Brasil de Bolsonaro. Y también aplicó sanciones económicas contra países cercanos, como México, por el tema migratorio.
— ¿Cambiará la relación con México?
El gobierno de izquierda de López Obrador lindó con lo servil con Trump. AMLO se envalentonó en campaña, incluso escribió un libro, pero después fue a EE.UU. y se deshizo en elogios. El problema con México es que más del 80% de sus exportaciones van a Estados Unidos y eso representa más del 20% de la economía mexicana. México no puede darse el lujo de enfrentarse.
Paralelismos con el Perú
— Esta campaña ha sido absolutamente cruenta, llena de insultos, de bulos, de fake news…
A mí me escarapelaba el cuerpo cuando veía a amigos de ambas tendencias en redes sociales diciendo ‘Si vas a votar por fulano, bórrame de tus redes’ o ‘Tú quieres un mundo en donde todos piensen como tú’.
— Eso es lo que está pasando ahora.
Pero ese mundo no existe. Tienes que convivir en un mismo país y tienes que llegar a algún tipo de entendimiento.
— ¿Quién va a ser nuestro Trump?
En esta tragedia política que estamos viviendo acá, sonará raro, pero lo más parecido que tenemos a Trump probablemente sea Antauro. Diría dos cosas sobre Antauro, que son propias de la derecha radical y que no se ven. Él mismo dice que la división fundamental no es izquierda versus derecha, sino nacionalismo o soberanismo versus globalismo, ese es el discurso de Marine Le Pen. Segundo, Antauro apela al nacionalismo étnico. Su padre llegó a decir que quienes tienen ascendencia europea deberían perder la ciudadanía. El fujimorismo llegó a ser una derecha radical popular, pero Keiko pierde buena parte de la base popular del fujimorismo del padre. Terminaría diciendo que lo más cercano al trumpismo que hemos tenido fue Sánchez Cerro y este último se parece más a Antauro que a López Aliaga.
— ¿Le ve posibilidades electorales a Keiko sin el padre?
Keiko tiene dos problemas: el apoyo a un gobierno tan impopular como este. Por eso no descarto que intenten deshacerse de Dina Boluarte en el último año (cuando ya no puede disolverse el Congreso) porque no quieren llegar así a la elección..
— Vladimir Cerrón dice que Boluarte ya está muerta y que su entierro está marcado entre abril y junio del próximo año.
Eso no va a ocurrir. La paradoja es que no importa qué tan radicales sean, de derecha o de izquierda, Cerrón y el fujimorismo votan juntos en la mayoría de temas. En lo que sea apoderarse de instituciones están en la misma línea. El problema que le veo a Keiko es que todos los méritos del fujimorismo eran de la gestión gubernamental del padre. Uno puede discutir si fue él quien acabó con el terrorismo, pero no que se acabó con el terrorismo en su gobierno. Acabó con la hiperinflación, la economía empezó a crecer. Keiko no tuvo nada que ver con esos éxitos. Los problemas del padre sí los hereda y ella le añade problemas, digamos anticuerpos, con su actitud.
— Entonces no la ve como presidenta.
El problema es que pase a esa segunda vuelta como ya hizo en el 2021 con 13%. ¿Puede pasar a segunda vuelta? Creo que sí. ¿Va a perder en segunda vuelta? También creo que sí. Mi problema para pensar en un Trump dentro del elenco estable de la política peruana es que tal vez hubiera sido el padre de Keiko, de una derecha popular. Pero Keiko, López Aliaga y Hernando De Soto son una derecha muy limeña cuyos votos son bastiones importantes, pero están en Lima y la costa norte. En ese sentido no descarto la posibilidad de una derecha radical de base popular, pero no encabezada por ellos. Por eso mencionaba a Antauro como posibilidad.
— ¿Se atrevería a decir que no cree que volvamos a repetir el mismo error de darle el poder a un tipo que surge de la nada y que no sabe dónde está parado?
No me atrevería a decirlo. La sierra sur sigue siendo bastión de posiciones como las de Pedro Castillo y de una identificación con un personaje como él. Ese 19% de votos de la sierra sur podría volver a poner a un candidato en segunda vuelta. La gente quiere cambio. En ese sentido, aunque yo nunca voté por Alan García, él fue muy inteligente cuando en su momento, enfrentando a Ollanta Humala en segunda vuelta, habla de que él representaba el cambio responsable. La gente quiere cambio, pero no un salto al vacío.