"Dejen de matarnos", dice este cartel mostrado en una de las manifestaciones al frente de la Casa Blanca, en Washington DC, reclamando por la muerte de George Floyd y por la de otros afroamericanos asesinados por la policía. (AFP)
"Dejen de matarnos", dice este cartel mostrado en una de las manifestaciones al frente de la Casa Blanca, en Washington DC, reclamando por la muerte de George Floyd y por la de otros afroamericanos asesinados por la policía. (AFP)
/ ERIC BARADAT
Gisella López Lenci

La muerte de sigue remeciendo a la sociedad en . Las manifestaciones no cesan, así como los reclamos de cambios estructurales para acabar con la discriminación. Al respecto conversamos con el peruano Nino Bariola, doctorando en Sociología en la Universidad de Texas, en Austin, y máster en Estudios Latinoamericanos por el mismo centro de estudios.

- Hace unos cinco años hubo protestas en varias ciudades de EE.UU. reclamando también por el abuso policial y el racismo. ¿Por qué estas protestas por George Floyd son diferentes?

Han cosas que han cambiado y hay cosas que no. En primer lugar, lamentablemente el brutal asesinato de George Floyd por parte de policías en Minnesota se suma a una larguísima lista de nombres, como Freddy Gray, Breonna Taylor, Eric Garner, Michael Brown o Sandra Bland, que resulta indignante. La violencia policial hacia la población afroamericana en este país es una constante. Pero el asesinato de George Floyd también llega en unas circunstancias singulares. Como contexto está la crisis ocasionada por el Covid-19 que ha complicado mucho la situación económica de mucha gente en el país y en el mundo, y esto ha engrosado varias desigualdades, incluidas las raciales.

Otra cuestión que ha cambiado, es que el presidente del país no es más Barack Obama, un presidente con el que un sector de la población afroamericana podía identificarse. Así como ellos, personas de centro y progresistas que detestaban la violencia policial, creían en la política habitual como camino de reforma de las instituciones.

La muerte de George Floyd ha remecido a la sociedad estadounidense. Casi dos semanas después de su muerte, la gente no cesa de salir a las calles. Esta manifestación se dio en Brooklyn, Nueva York. (Reuters)
La muerte de George Floyd ha remecido a la sociedad estadounidense. Casi dos semanas después de su muerte, la gente no cesa de salir a las calles. Esta manifestación se dio en Brooklyn, Nueva York. (Reuters)
/ JEENAH MOON

Hoy en día el panorama político es distinto. Hay otro presidente, que desde su campaña misma no se ha mostrado ajeno a discursos racistas y que tiene el favor de sectores de la población que abrazan creencias muy discriminadoras contra poblaciones afroamericanas y latinas. En ese sentido, las circunstancias también son diferentes. El asesinato de Floyd ha ocasionado que se originen protestas que inicialmente comenzaron con una magnitud parecida a las de años anteriores, pero que ha ido creciendo, y esto es algo interesante de entender.

- ¿Pese a ello, las protestas podrían diluirse como en otras ocasiones?

Es difícil prever que sucederá con certeza, pero la gente continúa saliendo a las calles, la gente sigue protestando y si bien varios de los medios tradicionales, sobre todo Fox News, han estado procurado poner el foco en la violencia y los saqueos, en muchos otros sitios la mayoría de las marchas han sido pacíficas, o muchas han comenzado de manera pacífica pero se han tornado violentas a partir de la represión policial.

Si la gente protesta por la brutalidad policial y las autoridades responden con brutalidad, pues la protesta continuará. Por ejemplo, aquí en Austin, Texas, hace unos días a un joven estudiante afroamericano, Justin Howell, le cayó una bala supuestamente “no letal” en la cabeza y ha quedado muy mal. Entonces al inicio las personas protestaban por Floyd y ahora también lo hacen por Howell. A medida que la policía siga reprimiendo, yo creo que no va a dejar de salir a las calles y no considero que vaya a detenerse en el corto plazo.

Esta historia de larga data de discriminación y exclusión explica en parte por qué mucha gente en las calles exige no la reforma sino la abolición de la policía. Es una demanda de que la policía sea re-imaginada como una institución enfocada en el cuidado y la justicia, y no en violencia, represión y discriminación.

- Hablabas de Obama, pero justamente pese a ser afroamericano su discurso contra el racismo no caló lo suficiente. Por el contrario, sale presidente Donald Trump, que tiene un discurso divisivo. ¿Crees que Trump salga empoderado ante las situaciones de saqueos?

Trump gana las elecciones gracias al sistema de elecciones en este país, donde no importa el voto mayoritario sino los votos electorales de los estados. El que haya ganado ha empoderado a sectores reaccionarios y abiertamente supremacistas de la sociedad, eso sin duda, pero es poco probable que las protestas estén sirviéndole electoralmente o que esté ampliando su base.

Hay investigaciones que sugieren que los estadounidenses no favorecen mucho las protestas que involucran violencia. Sin embargo, en el pasado, protestas con violencia han generado cambios bastante radicales en la sociedad.

Bariola, egresado de la PUCP, es candidato a doctor en Sociología por la Universidad de Texas, en Austin.
Bariola, egresado de la PUCP, es candidato a doctor en Sociología por la Universidad de Texas, en Austin.

Yo creo que hay un buen sector de la sociedad que, por un lado, respeta la demanda de que los asesinatos por parte de agentes policiales tienen que terminar, y ese mismo sector no está de acuerdo con la represión por parte de la policía. A eso se suma el hecho de que hay una sensación rampante de desgobierno, en virtud de que la violencia no para.

Yo me animo a decir que la situación actual, como está, no lo favorece para nada. Es cierto que su base sigue con él, la base más fuerte, pero un sector amplio de la sociedad no está de acuerdo con lo que está ocurriendo.

Buena parte de esta gente insiste que tiene que haber un cambio, que no puede reducirse a un cambio cosmético. Hay un degradé de demandas, pero que tienen en común un pedido fuerte de cambio.

- Pero es un cambio estructural que no podría darse en el corto plazo…

No depende solamente del presidente, sino de un proceso político más amplio, en el cual la policía también debería estar interesada y eso es lo que no estamos viendo ahora. Sin duda es un proceso complicado, pero mi impresión es que las cosas no se van a calmar hasta que no haya cierto compromiso de cambios sustantivos. Y hay un punto importante que mencionar. En general, la discriminación en contra de personas afroamericanas es notable a través de todo el sistema penal. Y los cambios que se han ido proponiendo o implementando no han tenido impacto en la reducción de la presencia mayoritaria de afroamericanos en las prisiones, ni se ha reducido la violencia policial contra ellos.

Los policías en Estados Unidos están bajo escrutinio en medio de las denuncias por maltrato y represión. Acá durante una manifestación en Brooklyn de "Black Lives Matter". (AFP)
Los policías en Estados Unidos están bajo escrutinio en medio de las denuncias por maltrato y represión. Acá durante una manifestación en Brooklyn de "Black Lives Matter". (AFP)
/ ANGELA WEISS

- ¿Por qué la muerte de una persona como Floyd, un ciudadano común y corriente, provoca estas muestras de indignación y protestas?

Lo que pasa es que no son instancias que sean solas en sí mismas, sino que articulan una historia de opresión que viene desde la esclavitud. Si bien ha habido importantes movimientos revolucionarios en la historia de este país, como la declaración de derechos civiles en los años 60, la discriminación continúa y no es una cuestión menor, es parte de la vida cotidiana de la gente, y el número de ciudadanos afroamericanos que han sido asesinados no es poca cosa, así que la gente no lo percibe como casos aislados, sino como una rearticulación de la opresión que tiene una larga duración, y francamente llega un momento donde ya la gente no puede más. Por eso es que eventos como estos se tornan catalizadores que mueven y remueven cosas que van más allá de esta instancia particular. Eso hace que la lamentable y brutal muerte de George Floyd sea un evento que va mucho más allá de él, más allá de su propia historia y que se vuelva más la historia de muchos.

Es importante recordar también que el Perú no es ajeno a estas dinámicas. Tanto la población afro como la población indígena han sido históricamente subyugadas. Ese intento de establecer regímenes de ciudadanía diferenciados, que por su color de piel o por su matriz cultural valen menos, es lamentable y es una situación que en el Perú se mantiene hasta hoy.

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