Milagros Asto Sánchez

Los residentes de Florida siguen con incertidumbre y temor cada actualización sobre el paso del poderoso , que ha obligado a miles de personas a evacuar, mientras otras aún siguen en sus casas anhelando poder evitar los peores efectos de la tormenta. La peruana Ada Gamarra es una de las residentes que no ha podido dejar su vivienda en Sarasota, ciudad que, al igual que Tampa, se ubica exactamente en la trayectoria del ciclón. Según las autoridades, Milton, degradado de categoría 5 a 4, golpeará la costa densamente poblada del centro-oeste de Florida a partir de este miércoles 9 por la noche.

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“En Sarasota tenemos vientos huracanados y lluvias fuertes en este momento. Probablemente el huracán debe estar llegando aquí a las dos de la mañana del jueves. Tenemos vientos de más de 240 kilómetros por hora. La situación es bastante terrible. Hemos pasado otros huracanes, pero este es el más devastador”, dice a El Comercio Gamarra, quien lleva 30 de sus 59 años viviendo en Estados Unidos.

La compatriota no ha podido evacuar porque las pistas para salir de Sarasota están completamente llenas de autos. Cuenta, además, que es imposible llegar a tiempo a otro lugar porque en el camino se va acabando la gasolina y hay muchos autos que se están quedando varados.

Las autoridades de Sarasota evacuaron inicialmente las áreas A, B y C de la ciudad. Gamarra reside en el área E, por lo que permaneció en casa. “Lamentablemente, a última hora nos avisaron que estábamos en un momento desastroso porque posiblemente vamos a tener lluvias de hasta 40 centímetros. Prácticamente ahorita estamos en el ojo de la tormenta”, señala.

Huracán Milton en Sarasota
Huracán Milton en Sarasota

“Ya no se puede evacuar ahorita. Ya es muy tarde. Hay gente que ha evacuado desde el lunes, pero nosotros ya no podemos. Lo único que podemos pedirles a todos los peruanos es que oren por nosotros porque esto es un huracán enorme, no estaba pronosticado que fuera tan grande. Toda el área donde yo vivo es un área de mar, es un área de playas”, añade la peruana con preocupación.

Precauciones

Gamarra, quien vive con su esposo, su hijo y su perrita, señala que son varios los residentes de Sarasota, una comunidad de playa, que han tenido que quedarse en casa. En medio de los temores, la estrategia común ha sido extremar las precauciones para ponerse a salvo.

La peruana y su familia han aumentado la protección en las ventanas, aún cuando son ventanas anti huracanes. También han colocado bolsas de arena en las puertas para evitar que entre el agua en caso de inundaciones severas si es que el mar se sale. Han instalado camas inflables y han puesto todas las cosas de valor en coolers para que puedan flotar y no se malogren.

“Tenemos linternas, agua para tres días porque posiblemente dentro de algunas horas corten la luz y el agua. Tenemos los autos con gas y abrigos para cubrirnos del agua. También tenemos flotadores y cascos para protegernos porque las ventanas van a explotar”, narra Gamarra.

Muchos de sus vecinos han hecho lo mismo. Están dentro de sus casas con las ventanas cerradas y reforzadas con madera. Otros han puesto una especie de calaminas de metal para cubrir todos los espacios por los que pueda entrar el agua.

Mientras tanto, todos siguen con atención las informaciones oficiales que les llegan por teléfono. Las autoridades informan en qué parte está el huracán, qué grado tiene, a qué velocidad avanza el viento y de qué manera pueden resguardarse.

“En mi caso, por ejemplo, yo vivo en una casa de playa, entonces nos resguardamos en el clóset, que es el área más segura”, apunta Gamarra.

Aunque al comienzo ella y su familia estaban tranquilos, conforme ha avanzado el tiempo ha escalado la preocupación. Algunas informaciones apuntan a que tal vez el huracán no llegue a Sarasota y se dirija solo a Tampa. Pero nada es seguro.

Cerca a la casa de la peruana se han posicionado varios camiones para atender emergencias médicas. “En ocasiones anteriores teníamos camiones de reparaciones de luz eléctrica. Pero esta vez hay muchas ambulancias por todos lados porque es lo que más se va a necesitar”, cuenta Gamarra.

“Pese a todo, tenemos fe en que Dios va a calmar la situación. Tengo fe en el Señor de los Milagros en que el paso del huracán sea tranquilo”, concluye.

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