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“Errores garrafales” en investigación del Caso Kirk: el polémico director del FBI, Kash Patel, vuelve al ojo de la tormenta
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Kash Patel, director del FBI, se encuentra otra vez en el ojo de la tormenta. Ya venía abrumado de críticas sobre su capacidad para liderar esta agencia del gobierno estadounidense, en crisis por la salida de unos 5 mil agentes en lo que algunos calificaron de purga política ordenada por la Administración de Donald Trump. Ahora se suman los cuestionamientos sobre su actuación durante la búsqueda del asesino de Charlie Kirk y su tratamiento del caso Jeffrey Epstein. Así pues, el funcionario de 45 años tiene más de un problema por delante.
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Pero durante sus dos presentaciones de esta semana ante el Senado y la Cámara de Representantes, Patel se mostró desafiante con sus interlocutores, en particular con los parlamentarios demócratas desde donde provenía la mayoría de las críticas.
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“No pienso irme a ningún lado. Si quieren criticar mis dieciséis años de servicio, adelante”, dijo Patel durante una sesión ante el Comité Judicial de la cámara alta.
¿Quién es Kash Patel?
Kashyap “Kash” Pramod Patel nació el 25 de febrero de 1980 en Garden City, Nueva York. Hijo de dos inmigrantes indios, Patel estudió Criminología en la Universidad de Richmond y en la Facultad de Derecho de la Universidad Pace.
Patel comenzó su vida profesional en el 2005 trabajando como un defensor público en el condado de Miami-Dade, donde según su propias memorias, “Government Gangsters” (“Gangsters gubernamentales”), desarrolló una profunda antipatía por el Departamento de Justicia, a la que calificó como un nido de “corrupción endémica”. A pesar de esta antipatía, pasa a ser fiscal en la División de Seguridad Nacional en el 2013 y en la División de Lucha contra el Terrorismo en el 2014.
El cruce de su destino con el de Donald Trump ocurrió en el 2017, durante la primera gestión del líder republicano, cuando como parte de su labor como asesor de Devin Nunes, el entonces presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, estuvo a la vanguardia de los esfuerzos republicanos por desprestigiar la investigación de Robert S. Mueller III en torno a la interferencia rusa en las elecciones del 2016.
Su más notoria contribución fue escribir lo que luego se conoció como el “memo de Nunes”, un intento por parte de los republicanos para mostrar la investigación de Mueller como una artimaña política para desprestigiar a Donald Trump. Y si bien estas acusaciones de sesgo político fueron luego desmentidas, el memorándum ayudó a desprestigiar la investigación entre los sectores más conservadores.
Patel se unió a la Casa Blanca en el 2019 como asesor en materias de seguridad nacional, pasando en el 2020 a ser jefe de personal del entonces secretario de Defensa, Christopher C. Miller. Fue este mismo año en el que Trump intentó elevar a Patel al cargo de subdirector de la CIA o FBI, esfuerzo del que desistió después de que los directores de ambas agencias amenazaron con renunciar y de que su entonces fiscal general, William P. Barr, prometiera que esto solo ocurriría “por encima de su cadáver”.
Los lazos entre Patel y Trump continuaron durante la administración de Joe Biden, con el magnate colocándolo como parte del consejo de administración de Trump Media, dueños de la red social Truth Social. Patel por su parte se mantuvo fiel a su patrón, escribiendo su ya mencionada memoria “Government Gangsters”, así como una serie de libros para niños donde un avatar del autor, un hechicero llamado ‘Kash’, descubre y detiene un complot para derrocar al rey Donald por la malvada Hillary Queenton.

Esta lealtad le valió un puesto al regreso de Donald Trump al poder este año, siendo su elección para dirigir el FBI tras el cambio de guardia, a pesar de que el entonces director, Christopher Wray, todavía tenía tres años más en su mandato.
Al elegirlo, Trump no se contuvo en los cumplidos, calificando a Patel como “un brillante abogado, investigador y defensor de la política ‘América Primero’ que ha dedicado su carrera a sacar a la luz casos de corrupción, defender la justicia y proteger al pueblo estadounidense”.
Sus detractores lo veían de otra manera, no solo destacando la falta de de cualificaciones de Patel para dirigir la más importante agencia federal del país, sino también sus repetidas menciones de erradicar el ‘deep state’ (estado profundo), un grupo de burócratas que ‘infestaba’ al gobierno y que en el FBI se mostraban como un sesgo contra Trump en sus investigaciones.
A pesar de estos reparos, Patel fue confirmado el 20 de febrero, con 51 votos a favor y 49 en contra. Los tres anteriores directores del FBI fueron confirmados con al menos 90 votos.
Casa tomada
“La principal credencial de Patel no es la idoneidad para el cargo, sino su lealtad al presidente”, indica a El Comercio María Puerta Riera, profesora de Gobierno Americano en el Valencia College, de Orlando. “No tiene ninguna experiencia sobre la materia del FBI, lo que ha generado una desmoralización interna en la organización”, añade.
Para la catedrática, esto se hizo más claro durante la investigación del asesinato de Charlie Kirk, donde Patel no solo se apresuró al anunciar la captura de un sospechoso por redes sociales -mensajes de los que tuvo que retractarse horas después- sino que difundió ampliamente las fotos y videos del sospechoso, a pesar de las recomendaciones en contra de otras agencias de seguridad.

Fue justamente tras una de las preguntas que le hicieron en el el Comité Judicial del Senado cuando el director del FBI defendió su acto señalando que llevó al padre de Tyler Robinson a que lo delatara con las autoridades.
Otra crítica recayó en el éxodo de personal que ha sufrido la agencia federal desde que Patel tomó las riendas. Aproximadamente 5.000 funcionarios han sido despedidos o retirados, una situación que ha tomado más relevancia con la reciente demanda de Brian Driscoll, quien fue el director en funciones del FBI antes de que Patel asumiera el cargo, por intentar proteger a los agentes que participaron en las investigaciones en torno al asalto al Capitolio de EE.UU. el 6 de enero del 2021.
En quizás lo más polémico de la demanda, Driscoll afirma que Patel le confirmó que sabía que los despidos eran “posiblemente ilegales”, pero que su propio trabajo “dependía de la salida de agentes que trabajaron en casos contra el presidente”.
Para Puerta, otra partida notable fue la salida de Mehtab Syed, jefa de la oficina de Salt Lake City (Utah) de la agencia, en circunstancias todavía poco claras, notando que la experiencia de la agente trabajando en múltiples casos de terrorismo y contrainteligencia hubiera sido importante en la búsqueda del asesino de Kirk y cómo su ausencia asimismo debilitó los esfuerzos de los agentes en el campo.
“El caso de Utah mostró las consecuencias de despedir a funcionarios con trayectoria, resultando en errores garrafales que pusieron en riesgo investigaciones críticas”, considera la politóloga.
Por su parte, durante su presentación ante el Senado, Patel negó rotundamente que la pérdida de personal haya reducido la efectividad del FBI y también las acusaciones de la demanda de Driscoll. “Cualquiera que haya sido despedido del FBI lo ha sido por no cumplir con los estándares, no respetar su juramento constitucional y no llevar a cabo la misión”, afirmó ante el Comité Judicial del Senado.
La sombra de Epstein
Otro punto de confrontación fuer el manejo de los archivos de Jeffrey Epstein, aquel desprestigiado magnate y depredador sexual que se suicidó en prisión en el 2019 y cuya cercana relación con figuras políticas estadounidense lo puso en el centro de teorías conspirativas, particularmente desde la derecha y los MAGA, que esperaban que documentación encontrada durante la investigación de sus crímenes vinculara también a sus oponentes políticos, los demócratas y figuras de Hollywood, en una “lista de clientes” en una red de tráfico sexual de menores.
Patel, quien antes de llegar a su puesto anticipó la liberación de los archivos durante la administración de Trump, fue blanco de críticas luego de que el Departamento de Justicia de Trump y el FBI publicaran un memorando - difundido en julio por Axios - en el que cerraban la investigación sobre Epstein concluyendo que no tenía ninguna “lista de clientes” y descartaban que el exfinancista chantajera a figuras poderosas.

Fue una afirmación que volvió a repetir esta semana ante los cuestionamientos de los demócratas. Afirmó que no hay “información creíble” en los archivos de la policía que indique que Jeffrey Epstein traficaba con mujeres jóvenes. “No hay información creíble, ninguna”, expresó Patel. “Si la hubiera, habría presentado el caso ayer”.
En los últimos meses, la Administración Trump ha intentado sofocar cualquier referencia a Epstein y su otrora cercanía con el mandatario, algo que han aprovechado los demócratas publicando recientemente un presunto mensaje de cumpleaños que el presidente le enviaba a Epstein por su cumpleaños 50 que incluía el contorno de una mujer desnuda y frases como “tenemos algunas cosas en común”. Trump ha asegurado que la actual obsesión por los archivos de Epstein es una artimaña de los demócratas para ocultar las profundas fallas de su partido.
Espectáculo para uno
Para María Puerta, a pesar de los desplantes de Patel, se necesitará de mucha más presión para que este sea sacado de su cargo ya que mantiene el apoyo de Trump.
“Es el mismo problema que ocurre con Pam Bondi y se basa en que esta administración ha elegido gente no necesariamente por sus habilidades o disposición a hacer cumplir la Constitución, sino para servirle al mandatario”, consideró. “Y eso se vio en la audiencia del martes, donde todo lo que hizo Patel, todas las peleas que tuvo contra los demócratas, se convirtieron en un espectáculo para complacer a un solo espectador: Trump”.
Sin embargo, la experta advierte que esto pone a los funcionarios de Trump en una especie de espiral negativa, donde son criticados por sus acciones para complacer al gobernante y realizan más de estas acciones para mantener su trabajo. “Tenemos un presidente que celebra lo que una persona como Patel está haciendo y es justamente esto lo que le está trayendo críticas a la administración”, consideró.
Eso lo pareció confirmar Trump recientemente, cuando declaró en Fox News que “estaba muy orgulloso del FBI, Kash, y todos los demás. Han hecho un gran trabajo".
Sin embargo, esta confianza no parece ser ilimitada y The New York Times reveló que la Casa Blanca instaló este lunes 15 a Andrew Bailey, exfiscal general de Missouri, como codirector adjunto, cargo que compartirá con Dan Bongino, para ayudar a dirigir las operaciones diarias de la agencia.










