Cuántas veces se han declarado en bancarrota las empresas Trump
Cuántas veces se han declarado en bancarrota las empresas Trump

Una de las frases más punzantes con las que se refiere a su contrincante a la presidencia de , , es la que dice que el magnate "ha escrito muchos libros sobre negocios, pero casi todos terminan en el capítulo 11".

 

La candidata demócrata se refiere al capítulo 11 del Código Federal de Bancarrotas y señala de esta manera las múltiples veces que empresas de Donald Trump se han declarado en quiebra para buscar protección legal de sus acreedores.

La controversia en torno a los éxitos y fracasos empresariales del candidato republicano ha venido acentuándose después que el diario estadounidense New York Times publicó el fin de semana pasado una declaración de impuestos de Trump fechada en 1995, en la que reportaba pérdidas personales por US$916 millones.

El New York Times, que asegura que el documento le fue suministrado por un informante anónimo, da a entender que Trump podría haber usado esas pérdidas para evitar pagar impuestos de renta por buena parte de las siguientes dos décadas, empleando para ello normas legales del código tributario estadounidense.

El hecho es que, para ser un candidato que alardea que su principal credencial para aspirar a ser presidente es su éxito empresarial, Trump no siempre gana en los negocios.

--- Son varias ---

Politifact, una organización periodística estadounidense que se especializa en verificar la exactitud de los pronunciamientos de los políticos, asegura que en seis oportunidades distintas, empresas de propiedad de Donald Trump se han declarado en bancarrota bajo los términos del Capítulo 11.

Esto quiere decir que las empresas no se liquidan, sino que obtienen protección legal de sus acreedores. No tienen que pagar todas sus deudas, algunas de las cuales son perdonadas en un esfuerzo de las cortes por buscar la supervivencia de dichas firmas.

El primer traspiés, según Politifact, ocurrió en 1991 con el Trump Taj Majal, un palaciego casino localizado en la ciudad hotelera de Atlantic City, a corta distancia de Nueva York.

El recinto abrió sus puertas en 1990 pero apenas un año después solicitaba protección ante sus acreedores. La empresa se había endeudado para la construcción del casino emitiendo bonos a interés muy alto.

Politifact sostiene que el casino acumulaba deudas cercanas de US$3.000 millones, mientras que las obligaciones personales de Donald Trump llegaban a los US$900 millones. Luego de la reorganización que siguió a la declaratoria de bancarrota, el magnate entregó la mitad de su participación en el casino y vendió un yate y una aerolínea, según reportó entonces el Washington Post.

--- Más casinos ---

Apenas un año después, otro casino de Trump en Atlantic City, el Trump Castle, también fue objeto de otro procedimiento de bancarrota ante las cortes.

Y en ese mismo año de 1992, un tercer casino, el Trump Plaza, seguía el mismo camino.

Según Politifact, el complejo que también incluía un hotel acumulaba deudas de US$250 millones y se acogió al capítulo 11 del código de quiebras.

En ocasiones Donald Trump se ha referido en público a las tres anteriores quiebras como un solo incidente, dando a entender que ha usado menos veces el mecanismo de la ley de bancarrotas que lo que asegura Politifact.

Pero los problemas empresariales de Trump no se detuvieron ahí en 1992, pues ese año en Nueva York, el Hotel Plaza, adquirido por el actual candidato presidencial en 1988, acumulaba más de US$550 millones en deudas y, también, se acogió a la ley de quiebras.

--- El arte del negocio ---

Esa seguidilla de quiebras a comienzos de la década de 1990 impactó de manera variable las finanzas del magnate.

"La única vez que Donald Trump enfrentó responsabilidad en su patrimonio personal fue en la quiebra del casino Trump Taj Majal en 1991", asegura la corresponsal de negocios de la BBC, Zoe Thomas.

Trump se vanagloria en sus libros de las múltiples renegociaciones de deuda que consiguió para sus negocios en esos años bajo las leyes de quiebra de Estados Unidos, presentándolas como prueba de su astucia empresarial.

En cualquier caso, para 1995, Trump reportó una enorme pérdida de US$916 millones en su declaración de ingresos al fisco, según indica el New York Times. No hay claridad sobre las circunstancias en que se produjo esa pérdida.

Hillary Clinton especuló, en el reciente debate presidencial, que Trump tal vez no habría pagado impuestos de renta por varios años, a lo que Trump respondió ante las cámaras: "Eso me haría inteligente".

Desde entonces, Donald Trump se ha negado a confirmar o rechazar de manera definitiva si realmente pagó impuestos de renta.

"No podemos saberlo, porque a diferencia de otros aspirantes a la Casa Blanca, Trump se ha negado a hacer públicas sus declaraciones de renta", indicó el reportero de negocios de la BBC, Robert Plummer.

--- En la siguiente década ---

Los problemas reportados por algunas empresas de Donald Trump se extendieron a la década siguiente.

Según Politifact, citando información de la agencia AP, la firma Trump Hotels and Casino Resorts se acogió a la ley de bancarrotas nuevamente en el 2004, enfrentando cerca de US$1.800 millones de deuda.

Le siguió una nueva restructuración en la que Trump disminuyó su porcentaje de control de la empresa.

Finalmente, en el 2009, según Politifact, la firma Trump Entertainment Resortspidió protección del Capítulo 11 del código de bancarrotas, en momentos en que el país empezaba a sufrir las consecuencias del descalabro financiero global.

--- Problemas del sector ---

Expertos advierten que hay muchas circunstancias distintas en las que las empresas se acogen a la declaratoria de bancarrota y que en muchas circunstancias, esas declaratorias no representan prueba de decisiones empresariales equivocadas por los directivos de las empresas.

Por ejemplo, es cierto que el sector de los casinos en general y los de Atlantic City en particular, sufrieron muchos tropiezos por los años en que Donald Trump declaró las quiebras.

Buscar una restructuración de las deudas de una empresa puede ser una alternativa lógica para buscar su estabilidad futura.

No obstante lo anterior, queda claro que la vida empresarial de Donald Trump ha sido turbulenta y que puede ser dudoso calificar a varios de sus anteriores negocios con el rótulo de "ganador" que el magnate siempre quiere asociar a su nombre.

Fuente: BBC

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