A raíz de la muerte del sacerdote español Manuel García Viejo debido al virus del ébola; una pregunta queda en el aire. ¿Qué procedimiento se sigue con los cadáveres de los pacientes infectados?
El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), del Ministerio de Sanidad español, estableció que las únicas personas que deben tener contacto con los cuerpos sean miembros entrenados.
Además, al cadáver no se le podrá realizar una autopsia, esto debido a la alta carga viral presente en los fluidos corporales.
Los cadáveres, según detalla el protocolo, deberán ser incinerados.
El féretro en el que el cuerpo será trasladado debe estar herméticamente sellado, revestido en su interior por un material absorbente y provisto de un dispositivo encargado de equilibrar la presión.
Además, tiene que contener un segundo revestimiento interior. Este debe estar elaborado en base a zinc cuidadosamente soldado.
Otra opción es que el féretro tenga paredes con un espesor mínimo de 3 centímetros, forrado con láminas de zinc u otro material similar.
Estas medidas ya fueron puestas en práctica en el caso de Miguel Pajares.