Este miércoles 10 el grupo radical Alternativa por Alemania (AfD) anunció su alianza con otros siete partidos del Parlamento Europeo para conformar el grupo de ultraderecha Europa de las Naciones Soberanas, la cual representará la octava facción política dentro del hemiciclo. Esta coalición se posiciona incluso más a la derecha que Patriotas por Europa, agrupación oficializada a comienzos de semana y liderada por el primer ministro húngaro Viktor Orbán, la lideresa francesa Marine Le Pen y el ministro italiano Matteo Salvini.
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Además de los 14 miembros de la AfD que llegaron a la Eurocámara para esta legislación, Europa de las Naciones Soberanas incluye a tres miembros del partido polaco Konfederacja, otros tres del partido búlgaro Revival, mientras que los partidos Nuestra Patria de Hungría, Unión del Pueblo y la Justicia de Lituania, Republika de Eslovaquia, Reconquête de Francia y SPD de República Checa aportarán a un diputado más cada uno.
El grupo estará liderado por el alemán René Aust y el polaco Stanislaw Tyszka. Pocas horas antes del anuncio oficial de la coalición se esperaba que se sumaran los tres representantes de la agrupación Se Acabó la Fiesta (SALF), de Luis Alvise Pérez, pero el partido español reculó sorpresivamente y sin brindar explicaciones.
Con estas cifras, Europa de las Naciones Soberanas supera por un ligero margen el requisito de contar con 23 diputados de siete países distintos que impone el código de la Eurocámara para formar una agrupación política, convirtiéndose así en la coalición más pequeña del hemiciclo para esta legislatura.
Los partidos que no consigan entrar a un grupo político, como el SALF, quedarán como independientes o “no inscritos”, lo que limita considerablemente su acceso a fondos asignados por el Parlamento.
“De momento (los miembros de Europa de las Naciones Soberanas) son muy pocos y tienen un corte más contestatario y populista, no tan centrado en el debate actual vinculado a la migración ilegal, la seguridad y el decrecimiento económico. No creo que alcance a ser un grupo político relevante hoy en el Parlamento Europeo”, considera el internacionalista peruano Rodrigo Murillo en diálogo con El Comercio.
- Las diferentes derechas -
Según el experto, esta versión de la derecha europea ve el bloque continental como “un órgano que impide la liberalización del mercado económico y que es causante del estancamiento en el que se encuentra hoy la economía europea”. En ese sentido, Murillo considera que la influencia del presidente argentino y líder de la corriente libertaria, Javier Milei, ha jugado un papel determinante.
“Milei ha generado cierto envión ideológico en las fuerzas de derecha europeas. Han comenzado a incorporar a su discurso la necesidad de reducir los impuestos, acotar el tamaño del Estado, aligerar la carga tributaria para levantar el problema económico que atraviesa el continente”, señala Murillo, quien aclara de inmediato que la realidad europea es diametralmente distinta a la que enfrenta Argentina, especialmente por la guerra que se desarrolla en Ucrania.
“Sería tremendamente perjudicial para la Unión Europea perder aún más su base industrial y la fortaleza de sus estados. Para entender el fenómeno de las derechas debemos entender que es una construcción no del todo coherente. Se necesita aligerar la economía pero también se necesita del Estado, del armamento producido nacionalmente, de gasto público potente para hacer frente a estas fuerzas opositoras que vienen desde el este, específicamente desde Rusia y China”, explica.
Es importante resaltar, además, que Europa de las Naciones Soberanas se forma a consecuencia de la expulsión de la AfD del ahora extinto Identidad y Democracia, en la que coincidía con Le Pen y Salvini. “Es muy interesante porque la AfD era un grupo visto como muy cercano con la Agrupación Nacional de Marine Le Pen hasta que se desveló que uno de sus líderes tenía posiciones cercanas a las SS, uno de los grupos genocidas más importantes del siglo XX. Desde ese momento hubo un quiebre total en las posibilidades de acercamiento entre el que hoy en día es el partido más votado en Francia con la extrema derecha de Alemania”, apunta Murillo.
El analista señala, además, que el propio origen de los grupos de extrema derecha en el Viejo Continente dificulta su capacidad de integrarse como un proyecto político único. “Cada grupo político de derecha en Europa es totalmente distinto del otro y a veces se han nutrido ideológicamente de posiciones nacionalistas que muchas veces se alimentan de temores. En el caso francés, por ejemplo, respecto a Alemania; en el caso de Italia, respecto de Inglaterra y Alemania; en el caso de España respecto de Francia. Ahí encontramos elementos adicionales que imposibilitan una respuesta coordinada y más bien vemos unas fuerzas de derecha divididas en el Parlamento Europeo”, profundiza.
- El proyecto de Orban -
La fragmentación sobre la que advierte Murillo se puede reflejar en los tres grupos de derecha que existirán durante esta legislatura europea. De unirse, la derecha y extrema derecha sumarían 187 escaños convirtiéndose en la segunda fuerza más grande del Parlamento, apenas un voto por debajo del dominante Partido Popular Europeo.
Sin embargo, la vemos segmentada en la ya mencionada Europa de las Naciones Soberanas, además de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) dirigidos por Giorgia Meloni y los Patriotas por Europa de Le Pen, Orbán y Salvini.
“Durante la legislatura anterior, Meloni encarnó a esta derecha dispuesta a poner todo en tela de juicio y a recuperar las fronteras europeas, pero cuando tomó el poder se convirtió en una fuerza institucional que respeta los mandatos de los otros estados europeos y se ha sometido a dichos mandatos incluso si contradecían sus compromisos de campaña. Por ejemplo, Meloni dijo en campaña que Italia no recibiría a más migrantes del Mediterráneo; sin embargo, tuvo que ceder porque así lo dispone la distribución de la UE”, explica el internacionalista peruano afincado en Francia.
Para este nuevo periodo, ECR contará con 78 eurodiputados, unos cuantos escaños por debajo de los 84 que ha conseguido reunir Patriotas por Europa y que los ha convertido en la tercera fuerza más importante de la Eurocámara.
“Orban, contrariamente a Meloni, encarna una fuerza que no es institucional sino que critica la política integrada de la UE y reivindica la soberanía de cada estado respecto a su política internacional. Orban acaba de reunirse con Putin en un viaje sumamente criticado por la UE y Estados Unidos. Pero no solo Orban enarbola esa bandera de soberanía sino que es muy crítico con lo que denomina como política de puertas abiertas a la migración ilegal, no le importa cuánto pague de multa, él no recibirá migrantes”, comenta Murillo a este Diario.
Sin embargo, esta postura aparentemente independiente de Orban ha alertado a otros actores políticos europeos sobre los riesgos que podría abrir hacia el bloque regional. “Hay quienes consideran que Orban está liderando este movimiento a efectos de encontrar una postura más moderada, más cercana, a un eventual acuerdo con Putin respecto a la guerra en Ucrania. El presidente de República Checa ya ha salido a hablar al respecto para señalar que Putin opera dentro del Europarlamento a través de esa fuerza”, señala el analista.
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