Desde el 8 de agosto, un día después de que iniciara la guerra entre Israel y Hamás en respuesta a los atentados terroristas del grupo palestino, el norte del país hebreo ha sido bombardeado de forma incesante por grupos propalestinos y la poderosa milicia chiita Hezbolá desde el Líbano. Estos últimos días, sin embargo, las tensiones escalaron hasta niveles inéditos durante el actual conflicto, haciendo temer que una nueva guerra pueda detonar en la convulsa región.
MIRA: Inician nuevas conversaciones buscando una tregua entre Hamás e Israel, ¿funcionará esta vez?
El martes, un ataque con misiles hirió de gravedad a dos civiles israelíes en la ciudad de Kyriat Shmona. Al día siguiente, otra andanada de cohetes, esta vez sobre la ciudad de Safed, provocó la muerte de una soldado e hirió a otras 7 personas. Las localidades de Netua y Matara también fueron atacadas, según reportes militares.
En respuesta, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron ataques aéreos contra posiciones de Hezbolá en Jabal el Braij, Houneh, Dunin, Adchit y Souaneh, entre ellas “bases militares, operaciones de control” y otras infraestructuras.
En total, durante estos cuatro meses de enfrentamientos se han registrado al menos 261 muertes -19 del lado israelí y 242 del lado libanés- en la frontera entre ambos países. Además, unas 160 mil personas han sido desplazadas en ambos lados de la frontera debido a los enfrentamientos.
Hassan Nasrallah, secretario general de Hezbolá, aseguró que “cientos de miles” de “colonos” no regresarían a sus casas en el norte de Israel a menos que termine la guerra en Gaza.
El ministro del Interior de Israel, el ultranacionalista Ítamar Ben Gvir, aseguró a través de su cuenta en la red social X, antes Twitter, que “esto ya no es un goteo (de cohetes), es guerra”.
Esta situación representa la mayor escalada de tensión entre Israel y el Líbano desde el fin de la guerra del 2006.
- ¿Una nueva guerra? -
“Ya hubo ataques anteriores a Safed, pero no en esta cantidad. Esta vez se dispararon más de 10 cohetes contra la ciudad. Además, el objetivo también era una base estratégica que se ubica ahí y de hecho alcanzaron una base militar donde se registraron los heridos y la soldado fallecida”, explica a El Comercio Lior Ronin, analista israelí especializado en seguridad en Medio Oriente.
Según el experto, estos ataques fueron la materialización de las amenazas que Nasrallah, lanzó a inicios de semana. “Este es un mensaje muy claro, Nasrallah dijo que expandiría el fuego contra Israel y eso se debe a dos razones. Por un lado, las eliminaciones selectivas de oficiales del Hezbolá que se están haciendo en el Líbano”, señala Lior, en referencia a la eliminación del número dos de Hamás, Saleh al Arouri, mediante un bombardeo israelí sobre Beirut a inicios de enero; y la del comandante de alto rango de Hezbollah, Wissam Tawil, en el pueblo de Kherbet Selm a los pocos días.
Un mes antes, en diciembre, Israel también eliminó a tres altos mandos de Hezbolá que se encontraban cerca de los Altos del Golán, en la frontera entre Siria e Israel.
“Por otro lado, porque se entiende que Yahya Sinwar (jefe de Hamás) está por ser capturado o eliminado en el sur de Gaza y se está intentando llevar la atención al frente norte. A Hamás le quedan 3 o 4 brigadas en pie, sobre todo en la ciudad de Rafah. Si estas caen junto a Sinwar podría abrir un enfrentamiento en el norte, esos son los tipos de amenazas de Hezbolá”, asegura el experto.
Pero, ¿habría razones para pensar en un conflicto directo entre ambas fuerzas? Lior considera que aún no se ha alcanzado ese punto, pero no estarían muy lejos.
“Creo que aún estamos en una escalada de tensiones, pero Hezbolá está estirando esta delgada línea roja casi hasta su extremo. Israel quiere terminar su operación en Gaza y recién después solucionar el problema del norte. Se buscaría hacerlo de forma diplomática, pero en realidad nadie que está a cargo de la seguridad en Israel confía en que Hezbolá cumpla un acuerdo diplomático. Sobre todo porque ese acuerdo ya existía desde el fin de la segunda guerra del Líbano (2006) e indicaba que ninguna fuerza debía estar tan cerca de la frontera”, comenta.
En efecto, dicho conflicto concluyó luego de 33 días gracias a la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU que ordena el establecimiento de una zona de contención alrededor del río Litani. Sin embargo, al igual que otros puntos de la resolución como el que ordenaba el desarme de Hezbolá y otras milicias, estos se han incumplido en repetidas ocasiones durante estos años.
- Un enemigo diferente -
Lo cierto es que Hezbolá es un enemigo totalmente distinto a Hamás y podría representar una amenaza mayor para las fuerzas hebreas, considerando sobre todo la duración que viene sumando la guerra en la franja de Gaza.
“Para comenzar, Hezbolá es chiita y Hamás sunita, serían enemigos si no fuera por Israel. Por otro lado, en armamento Hezbolá tiene fuerzas especializadas con mucho entrenamiento y experiencia en combate, como cuando apoyaron a Bashar al Assad en la Guerra Civil siria o cuando combatieron a ISIS. Además, tienen mucha más tecnologías, más de 200 mil cohetes, 15 mil misiles de precisión, dominan la guerra de guerrillas. Es un enemigo totalmente diferente que podría hacer muchísimo daño estratégico a Israel. Yo no tengo ninguna duda de que Israel le puede ganar, pero tampoco tengo dudas de que Hezbolá le haría un daño bastante importante”, explica a este Diario el especialista en seguridad.
Cabe resaltar también que mientras las fuerzas de Hamas bordeaban los 30 mil y 40 mil combatientes antes de la guerra con Israel, en el caso de Hezbolá estas ascenderían hasta las 100 mil según su líder Nasrallah.
Por otro lado, Hezbolá fue creado y entrenado directamente por las Fuerzas Quds, cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria iraní; pero no solo eso, sino que Teherán destina anualmente por lo menos 700 millones de dólares a Hezbolá, lo que ha permitido entre otras cosas que la milicia ostente el poder de facto en el Líbano.
Pero, ¿Irán estaría dispuesto a salir en defensa de Hezbolá en una eventual guerra? La experiencia previa, según Lior, haría presumir que no.
“Por más que Hezbolá es el proxy iraní desde sus orígenes, en la guerra del 2006 Irán no hizo mucho. Hoy en día puede ser que muchos proxys iraníes como los hutíes u otros grupos en Siria e Irán se sumen al combate, pero Irán no quiere sacrificar a sus propios persas y sabe que en ese caso tendría que enfrentarse a Estados Unidos con todos sus aliados. Por eso Irán prefiere utilizar a sus proxys, incluso sabiendo que puede perderlos. Siempre puede suceder algo que nos sorprenda, pero en principio no pensaría que Irán se quiera involucrar directamente”, explica.